domingo, 27 de abril de 2014

Zafiro 15

Escuché un suave suspiro de Zafiro y nuestras miradas se encontraron, ella sonrió dulcemente y, sin avisarme, me tomó en sus brazos y saltó, la fuerza de su impulso hizo que dibujáramos una amplia parábola que nos llevó justo hacia el borde del cráter, en el lugar donde habíamos descendido

-¡aaaaaaahhh!! ¿Me querías matar de un susto o qué?
-jajajajaja qué exagerada… es que quiero que veas el tallado desde arriba, pues a ras de suelo no se aprecian bien muchos detalles debido a sus dimensiones.
-¡A la próxima avisas…!!!
-bueno, ya deja de quejarte y sube

Dijo con una sonrisa mientras me abría la puerta del auto, le obedecí haciendo un mohín arrugando la nariz. Tomamos cierta altura y una potente luz delantera iluminó la totalidad del cráter, visto desde ese punto aquel monumento lunar era sencillamente hermoso.

-¡Oh!
-Lo sé, se ve mejor a distancia, volveremos en unas semanas, pues la luz del sol destaca detalles que la artificial no puede… por ahora tengo otro destino en mente

Yo la miré entre confundida y asombrada. La luz se apagó, y sólo me di cuenta de que nos movíamos cuando volví a ver la luz del sol reflejada en la arena lunar.

-ya puedes quitarte el casco, a donde vamos no lo necesitarás
-¿volvemos a casa?
-Sí, volvemos a la Tierra

Le obedecí y me quité el casco dejándolo descansar sobre mis piernas y sacándome los guantes en el proceso. No podía quitar la mirada del vasto espacio frente a nosotras, donde la tierra iba aumentando de tamaño cada milésima de segundo dada la velocidad a la que íbamos; el cálido roce de su mano sobre la mía hizo que pudiera ver el guiño que me hizo con sus ojos y su sonrisa juguetona, le hice una interrogación muda juntando mis cejas, ella solo se encogió de hombros y me señaló con su mentón hacia el frente, entonces devolví mi mirada al espacio para quedar boquiabierta con las luces boreales que danzaban sobre el polo norte.

Volamos en círculos para poder contemplar con mayor detenimiento aquel espectáculo natural, luego dimos unas dos vueltas al planeta mientras ella, como si de una clase de geografía se tratara, me iba señalando sus lugares favoritos, a la vez que me daba una pequeña lección de meteorología y las diversas formaciones de nubes existentes. Debo decir que aprendí más con ella en esos pocos minutos que en mis doce años de escuela ya olvidados.

Nos acercamos al océano Pacífico y entramos en la atmósfera terrestre, volando sobre esa tenue franja en penumbra que separa la noche del día, de momento solo podía contemplar el inmenso azul profundo del mar, pero luego, poco a poco comencé a distinguir algunos puntos más claros, donde se formaban grupos de islas, seguimos sobrevolando ya claramente en la zona diurna, y nos alejamos de esas formaciones insulares hasta estar de nuevo en mar abierto, pero justo cuando creí que seguiríamos quién sabe a dónde, ella descendió considerablemente, entonces pude notar una diminuta formación coralina, abandonada en medio del inmenso océano, un hermoso atolón que formaba un círculo casi perfecto.

Yo sonreía como tonta, ver todo aquella belleza desde el aire y en su compañía era lo mejor de lo mejor. Tal vez tendría ahora una clase sobre la formación de las islas, o sobre las mareas, debido a la poca altitud a la que volábamos, o quizá fuera una demostración del vuelo de las gaviotas y otras aves marinas, a las que perseguíamos en círculos sobre el atolón, estaba en total expectativa, simplemente disfrutando cada nanosegundo de ese vuelo maravilloso.

Su velocidad se redujo notablemente al tocar el agua en el lago interno del atolón, entonces la mire con un gesto de ironía.

-¡esto ya es el colmo! ¿También navega? ¿Y qué más hace, se convierte en submarino?
-jajajajajajaja- digamos que sí, se parece un poco a la dueña, es muy resistente y versátil
-¡Dios!!! Nadie va a creerme
-¿Es necesaria la credibilidad de otros?
-pero… algo tendré que decirles sobre mi desaparición este fin de semana en compañía de una hermosa y aterradora mujer… además que poder hablar sobre ti te haría más real, pues de mis amigos solo Richard te ha visto, y sinceramente estos días contigo han sido demasiado bellos para ser reales
-puedes contar lo esencial sin entrar en detalles… ¿no crees?
-Sí, bueno, tienes razón
-¿Es tan importante que todos conozcan tus intimidades?
-¡No!!... cómo te explico… es solo que quisiera poder hablar de ti con libertad, y compartir un poco la felicidad que le has traído a mi vida en estos días, lo maravilloso que es pasar el tiempo junto a ti… eso es lo importante… no es necesario decir que me llevaste de paseo a la luna, ni nada por el estilo, porque independientemente de todo esto, -dije con un gesto circular de mi brazo señalando el todo y la nada,- es tu compañía la que lo hace maravilloso
-oh, ya veo, ¿quieres presentarme oficialmente?

Abrí mis ojos atónita ¿tan evidente era?

-no… bueno, sí, ¡No!... ¡no lo sé!!
-jajajajaja te ves adorable cuando te sonrojas
-Zafiro…
-… ¿sí?
-es que… (¿quieres ser mi novia? La pregunta sonó fuerte en mi mente) ¡nada! Solo… ¡gracias! –dije cerrando la distancia y abrazándome a su cuello en la medida que la estrechez del auto lo permitía
-¿qué es lo que agradeces?
-el fin de semana más maravilloso que he tenido en toda mi vida
-uh… eso suena a que ya te aburriste
-¡No!! No quise decir eso
-entonces no agradezcas lo que yo también he disfrutado… además, aquí el domingo apenas empieza, así que lo siento por ti si ya querías irte a casa, pero te informo que es hora de salir del Skadi
-No quiero volver a casa… (quiero vivir contigo… ¡Por Dios qué estoy pensando!!!)
-Me alegra escucharlo, pues planeo retenerte durante las siguientes 12 horas

Sonreí feliz de que no pudiera leerme el pensamiento, y también de saber que aún tenía todo un día para disfrutar su compañía. Abrí la puerta pero la volví a cerrar de inmediato al ver que estábamos sobre el agua, en el centro del atolón y por el color del mar parecía no tener fondo.

-es muy profundo… dije con cierto temor
-jajajaja de qué te asustas si nadas perfectamente, solo quítate la ropa, así no tendrás que cargar con todo ese peso extra
-debiste decirlo antes
-creí que no era necesario, ¿es obvio, no? Aquí no se necesita tanta ropa, ¿acaso no has visto el paisaje alrededor?
-sí, bueno, ya no te burles… creo que aún estoy en la luna… tú me sacas de la realidad todo el tiempo

No supe en qué momento, pero ella ya estaba luciendo un seductor bikini de un brillante color lila que lucía perfecto sobre su piel turquesa, abrió su puerta y saltó al agua, entonces torpemente procedí a quitarme toda la ropa que traía… ¿Por qué en primer lugar, me había dejado esa ropa para mí si planeaba traerme al mar?

Terminé de desnudarme y entonces noté el color de ropa interior que traía y al que al salir de la ducha no le había puesto atención con tantos afanes, era un conjunto de baño muy sensual, de un brillante tono rojo escarlata que resaltaba sobre mi piel como un anuncio de neón, ella sí que había planeado muy bien mi ropa, sentí vergüenza en el acto, y creo que mi cara se puso más colorada que las diminutas prendas, pero cerré mis ojos, abrí la puerta y salté al agua con la esperanza de que el mar cubriera mi pudor, ¿por qué no había prestado más atención al vestirme esta mañana?

Me sumergí lo suficiente para disipar mis temores y luego salí a la superficie, ella emergió alegremente frente a mí, retándome en una carrera de nado hasta la orilla, que de carrera no tuvo nada pues jugueteamos durante todo el trayecto

Caminamos por la suave arena de la orilla, recorrimos la pequeña extensión de vegetación, recolectamos pequeñas conchas marinas e hicimos unas buenas horas de buceo, la belleza de los corales y la fauna submarina me dejó maravillada. Me enseñó a recolectar ostras de las que disfrutamos su sabor y en las que encontramos siete hermosas perlas, completamos el almuerzo con unos peces que ella sacó del mar abierto, y que asados tenían un sabor exquisito.

Hicimos el amor sobre la playa, entre la caricia de las olas y el cálido sol del atardecer, así recibimos la noche y pudimos luego contar estrellas fundidas en un íntimo abrazo que ninguna de las dos tenía intención de romper… el silencio entre las dos solo era roto por mutuos besos cargados de dulzura y amor, pues las palabras eran insuficientes para expresar lo que estaba experimentando, tuve la conciencia clara de que en sus brazos había encontrado por fin mi lugar en el mundo.

-es hora de volver
-no quiero
-tienes clase en una hora
-¿Qué?
-así es
-pero… si es media noche
-Aquí son las dos de la madrugada, pero en tu bella patria ya son las 7am
-¡No!... ¿cómo?... no llegaremos a tiempo

En cuanto lo dije quise no haber dicho nada, en mi burbuja personal había olvidado la alucinante velocidad de Skadi, seguramente estaríamos en Medellín en menos de lo que dura un parpadeo. Ella puso sus ojos en blanco con un gracioso gesto de exasperación

-¡eres tan olvidadiza!
-sí, ya lo sé, estaremos allí en un segundo… ¿pero realmente tengo que ir?
-Tú dirás… puesto que pasaste casi cinco horas dibujándome para poder entregar tus deberes
-Está bien… pero creo que no estaré en el estado mental adecuado para recibir clases
-um… no pensé que sería tan perjudicial para ti

Frunció las cejas con una sombra de decepción en la mirada, yo me apresuré a tomar su rostro entre mis manos para aclararle mis palabras

-¡No!! No me malinterpretes… lo que quise decir es que no es tan fácil bajar del cielo, contigo he estado en el paraíso y creo que tendrán que pasar unas buenas horas mientras vuelvo a adaptarme a la vida terrenal, o que al menos logre ser algo funcional con la rutina de mi cotidianidad, pues dudo que logre “aterrizar” del todo

La besé tierna y apasionadamente, para dejarle en claro a qué me refería con el paraíso, dejando el paisaje circundante como mero telón de fondo, cualquier maravilla natural perdía importancia cuando, no solo nuestros cuerpos sino, sobre todo nuestras almas se fundían de aquella manera. Culminé el beso con la misma suavidad que lo había empezado, para decirle en un susurro

-volvamos a casa

Tal como lo había pensado, estuvimos en casa de Zafiro en menos de un minuto, hubo tiempo suficiente para un buen baño que sacara la salinidad de nuestros cuerpos. Me devolvió mi ropa en estado de limpieza, la miré extrañada, pues ya había olvidado lo que traía puesto para encontrarme con ella.

Después de vestirme con mi querido jersey de rayas azules, los jeans grises y mis converse, sin olvidar la chaqueta impermeable de color gris oscuro, tomé los dibujos que había hecho de Zafiro y los guardé cuidadosamente en una carpeta que ella me prestó, agregué unos cuantos papeles en blanco y algunos lápices para trabajar en clase, desayuné otra de sus exquisiteces en su cocina y al fin salimos rumbo a la universidad.

Nos despedimos con un suave beso y bajé del auto. Caminé directo a la puerta como si estuviera soñando, ahora comprendía cabalmente el surrealismo, pues después de semejantes vivencias allí estaba, caminando sobre los adoquines de cemento, de vuelta a la realidad.


Encendí mi teléfono, y ni siquiera me sorprendí al descubrir el escandaloso número de llamadas perdidas y los mensajes que tenía en mi buzón. Suspiré. Sí, estaba de vuelta, y aquel sería un largo día.

5 comentarios:

  1. Triste y aburrida realidad! Como para no pasar el día con la cabeza en la Luna :P

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    1. jajajajaja total, yo aquí estoy en la luna conversando con Lisa, a ver cómo le arreglamos el día

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    2. Jaja, después de ese fin de semana, lo veo difícil

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  2. Aish! Me sentí identificada con aquello de querer contarle a los demás lo que se siente o vive y que no te permitan hacerlo.

    ummm... cuando salen a la venta los Skadi? Ya quiero uno.

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