lunes, 14 de julio de 2014

Zafiro 19

Pasaron horas en las que me olvidé del mundo, trazo a trazo daba forma a una vorágine de imágenes, un pliego tras otro; perdí la noción del tiempo, llegó el amanecer y yo seguía absorta en mi trabajo, el sol invadió con fuerza todo el espacio interior, toda esa luz nueva solo acrecentó mi excitación, por fortuna encontré detrás de la pequeña biblioteca un bastidor de proporciones suficientes, solo unos centímetros más alto que yo, el ancho era justo lo que abarcan mis brazos abiertos, rebusqué en los cajones y me deleité con las pinturas encontradas, me decidí por los acrílicos. Tomé la paleta y los pinceles y me sumergí en la magia del color.

Con trazos largos y un poco toscos, fui plasmando en el lienzo la danza de colores que la luz del sol dejó en evidencia frente a mis ojos, mi sala de estar a esa hora de la mañana me abrió la puerta a un sueño vívido del que tenía que dejar constancia.

Sin embargo el sol continuaba su carrera compitiendo contra mí, apremiándome antes de dar paso a nuevos ángulos de luz, diferentes sombras, nuevas tonalidades, el sudor corría por mi espalda desnuda mientras yo luchaba frenética con el pincel para ganarle la carrera al sol.

Cuando al fin terminé ya el reloj marcaba las 10 de la mañana y transpiraba por cada poro de mi piel, sumergí los pinceles en agua, me dirigí nuevamente a la ducha suspirando agradecida por la caricia del agua fresca, mi mente en blanco solo percibía sensaciones, el líquido cubriendo mi piel, mis músculos relajándose, mi respiración saboreando cada partícula del aire.

Al salir, un leve mareo me notificó de la fatiga causada por la falta de sueño, me limité a tomar un vaso de agua y caí rendida sobre la cama, sin molestarme siquiera en quitar el cubrelecho. Había suficiente oscuridad en la habitación como para permitirme un buen descanso.


Abrí los ojos un poco confusa, ¿qué hora es?... ¿dónde estoy?... ¿qué día es?... Di vueltas en la cama sin querer levantarme aún, en mi todavía dormido cerebro estaba convencida de que eran por lo menos las 5 de la mañana debido a la oscuridad de mi habitación, revolví las sábanas y retiré las almohadas, entonces mi mano tocó un pedazo de papel cuidadosamente doblado, noté que era un sobre de tamaño mediano, la curiosidad se impuso, así que lo tomé y me dirigí a la sala, por un breve segundo me extrañó la pintura que encontré en medio, pero entonces recordé todo y alarmada miré el reloj: las 4 de la tarde.

¡Mierda, mierda, mierda!!! No fui a clase y llegaré tarde al bar…. ¡Qué carajos!, siempre hay una primera vez para todo, primero lo primero, me senté en el sofá y abrí el sobre:

“Cariño

Te busqué tratando de solucionar un problema de mi fisiología, pero lo que he encontrado en ti supera con creces todo lo que pude anhelar. Por siglos enteros me acostumbré a que me llamaran diosa y monstruo, el aislamiento, la soledad y todo lo que conlleva mi naturaleza me han hecho encontrar en el conocimiento un refugio, una fortaleza que me ha mantenido firme a través del tiempo.

Pero carecía de una experiencia, de un conocimiento más sublime que aportara a mis ojos una luz nueva para contemplar el universo. Esa faceta del amor oculta para mí hasta ahora, no el amor filial con el que crecí, no la compasión, tan natural en mi ser desde la más tierna infancia, no la caridad que me ha hecho sentirme una con todos los seres, sino esta mezcla extraña de emociones que estremece mis entrañas y que me otorga la sensación de plenitud al mirar tus ojos.

Todo esto me desborda, pues contigo es como si por primera vez viera brillar el sol. No, no es la metáfora adecuada, tal vez si pudieras experimentar lo que yo siento en mi piel al recibir la luz solar podrías tener un punto de comparación, pues es como si pudiera al fin saborear cada fotón que penetra mis células. A tal punto has despertado mi sensibilidad.

Por eso contigo he perdido la mesura, y crees que he derrochado al ofrecerte unas pocas cosas, pero no es así, discúlpame por lo de tu apartamento, pero lo volvería a hacer, sé que es una forma muy materialista de expresar una realidad mucho más profunda, pero por el momento no encontré otra manera más sublime de hacerlo. Sé que tú lo entiendes, solo te pido, por favor no te mortifiques por mis locuras, soy feliz sorprendiéndote, así que vete acostumbrando.

Quiero que hagas parte de mi mundo, que te sientas cómoda a mi lado, y eso incluye las cosas. Te he mostrado muy poco, pero ya me encargaré de que puedas conocerme y que me permitas conocerte, que nuestra confianza mutua se fortalezca, pues te daré acceso a todos mis secretos y desde ya te advierto que algunos de ellos son delicados.

Enfrentarás riesgos que no has conocido, por eso necesito que confíes en mí y me permitas protegerte, soy perfectamente consciente de que puedes cuidar de ti misma, pero hay fuerzas a las que eres completamente vulnerable y de las que yo puedo mantenerte a salvo. Me entenderás más tarde. No entres en pánico, no es ésa mi intención, ya tendremos tiempo de hablar sobre estos temas.

Por ahora, tratemos un asunto más importante: he dejado en tu armario, en el cuarto cajón a la derecha unos lentes, póntelos y sal a las 5:30am a tu balcón y mira la salida del sol atentamente, si logras descifrar el nuevo color del espectro solar entonces comprenderás lo que le has otorgado a mi vida con tu sola presencia.

Tuya:
Zafiro.

PD: revisa la nevera”

Sonreí, pasé mis dedos sobre el papel acariciando la pulida caligrafía ¿qué podía argumentar? Mi corazón bailaba el mapalé celebrando la tácita declaración de amor escondida en sus palabras, y mi mente se enfrentaba de nuevo al tema de discusión en el desayuno ¿cómo que solo unas pocas cosas? Por Dios ¡remodeló mi apartamento entero!! ¿y que me vaya acostumbrando? Por lo visto ésta es una batalla sin sentido; pero ese enigmático párrafo sobre la confianza me dejó picada por la curiosidad ¿de qué me quiere proteger? ¿quiere decir que me seguirá vigilando desde lejos?, miré alrededor y hablé en voz alta, por si estaba escuchando, aunque sin evitar la sonrisa que ya tenía en mi rostro

-Zafiro, más te vale que mires a otro lado en este momento, si no sabes a dónde pues cuenta las hormigas que caminan sobre Plutón, yo no sé lo que estás haciendo en éste momento, y prefiero imaginarlo a tener una cámara escondida siguiéndote a todas partes… Así que deja de mirarme ¡No hagas trampa!

No sé si estará realmente prestando atención, pero la advertencia no está mal por si acaso, y ¿qué es eso tan delicado que me quiere mostrar? ¿en qué tipo de negocios está involucrada? ¿hay un par de lentes en el cuarto cajón del armario? ¿y qué hay en la nevera?

Ésta última inquietud me hizo abandonar la comodidad del sofá para ir al mencionado electrodoméstico e inspeccionar su contenido. Bueno, tal como lo dijo, tendría que irme acostumbrando, pero no por ello mi mandíbula casi toca el piso y mis ojos por poco abandonan sus cuencas, -lo admito, estoy exagerando,- pero quedé presa del asombro por el surtido de portacomidas que encontré, todos debidamente marcados con la elegante caligrafía de mi carta: “miércoles: desayuno/ almuerzo/ cena” y así los dos restantes días de la semana, además de bebidas, barras energéticas, frutas y postres para picar entre comidas.

-Me vas a engordar y luego me abandonarás por obesa, descubrí tu maquiavélico plan

Una nota adherida al regulador de temperatura captó mi atención

“Los almuerzos sabrán mejor si los calientas por un minuto en el microondas, pero no te pases del tiempo porque alterarás su sabor, los desayunos y cenas los puedes tomar fríos, pero si lo prefieres puedes ponerlos 30 segundos en el micro para que los gustes a una temperatura más agradable.
No protestes; con cada bocado que alimente tu cuerpo, un poco de mi cariño tocará tu corazón. Ésta es mi manera de dejarte un poquito de mí en estos días de ausencia.
Besos (donde los quieras)”

Qué hermoso detalle, me invadió la ternura de tal manera que quería encontrarla y colmarla de besos. Me reí por ese “No protestes”, ya me conoces Zafiro.

Fui en busca de mi celular, pero en medio del desorden que había causado la noche anterior me llevó tiempo encontrarlo, cuando al fin pude dar con él me encontré con el buzón lleno de llamadas perdidas, mensajes de texto y de voz… más tarde dedicaría tiempo a revisar toda esa lista, presioné la llamada rápida y la voz de Zafiro me respondió sin dejar sonar el primer tono

-Lisa, no pienso poner tu salud en riesgo, ¿por qué te abandonaría por obesidad?

-¡así que estabas escuchando!! Corazón solo bromeaba

-me tomo muy en serio tu alimentación, y he vigilado escrupulosamente la cantidad de fibra, proteína, carbohidratos y grasas de todo lo que…

-¡Amor!! Fue solo una broma, nunca lo dije en serio, llamaba precisamente para agradecerte ése hermoso detalle, y dudo que yo engorde aunque me coma una vaca entera todos los días, lo he intentado a conciencia en varias ocasiones y no logro parecer un Michelín, soy un espagueti sin remedio

-qué exagerada

-amo que me hayas dejado toda esa comida preparada, me has salvado de mis propios desastres

-pero no los has probado

-he estado ocupada

-Sí, ya lo he visto

-corazón, ¿escuchaste mi advertencia?

-sí cariño, y puedes estar plenamente segura de que no hay hormigas en Plutón

-¡chanfle, yo que tenía esa esperanza!!

-lamento la decepción

-entonces cuenta sus rocas y cuando acabes con ellas sigue con los granos de arena -pasé a un tono de voz un poco más serio, pero se escuchó como una súplica- por favor, ponte en mi lugar, déjame mi intimidad, haz conmigo como cuando eras una del resto de los mortales

-lo he intentado, solo te he mirado cuando no respondías a mis llamadas y te vi sentada leyendo, entonces noté todo lo que has hecho en este tiempo, te ha quedado muy bella la pintura, y no he podido dejar de mirarte, quería ver tus reacciones

-bueno ya me has visto, así que en cuanto termine la llamada, vuelve a tus asuntos

-sí, ya entendí, no te preocupes

-estaré bien… ¿qué es eso de enfrentarme a riesgos, estás en algún negocio peligroso?

-uhm- ya lo verás, todo a su tiempo, y cuando llegue el momento estarás preparada

-me estás asustando

-no es nada de lo que tengas que preocuparte ahora, no tendré secretos para ti, pero te los iré mostrando a su debido tiempo, ¿tú no tienes algún secreto del que deba preocuparme?

-oh sí, pero no es nada, solo unas pequeñas vacaciones con mis amigos del Al Qaeda, explotamos unas cuantas bombas por mi cumpleaños, nada serio, solo juego de niños, tu sabes

-¡QUÉ!!!

-jajajaja caíste, no tengo ningún oscuro secreto, mi vida ha sido más bien aburrida, ni siquiera he probado el cigarrillo, así que no hay nada de lo que tengas que preocuparte

-qué humor tan particular tienes

-oyeee!! Jajaja creo que si tuvieras hijos serían las criaturas más sobreprotegidas del planeta

-¿quieres tener hijos?

-jajajaja ¡Dios!!! No he dicho eso, he dicho que si los tuvieras Tú, es mi manera no tan sutil de llamarte sobreprotectora… y no quiero hijos, nunca me he visto como madre, ni en embarazo, ni haciéndolos, no, no quiero tener bebés

-oh, eso es un grave problema, quería tener contigo una docena de bebés, serían lindos, tendrían tus ojos grises y el cabello violeta

-¡QUÉEEE!!!!

-jajajajajajaja caíste!!

-aprendes rápido

-tengo una buena maestra

-um, bueno querida, tengo que irme, ya es tarde y no me he vestido, Santi se pondrá histérico si no llego a tiempo para abrir el bar

-ve con cuidado, toma un taxi a la salida… por favor

-sí, hoy tendré que irme en taxi, ya es muy tarde para bajar trotando

-no, regresa en taxi a casa, a esas horas no deberías caminar

-no te preocupes, estaré bien, te llamo mañana

-cuídate

-igual tú, un besito

-um… ya quiero dártelo personalmente

-aww… el viernes nos desatrasamos

-es una pena que no pueda manipular el tiempo

-ya sabía que algo no andaba bien contigo

-¡ah!!! ¿Ahora soy defectuosa?

-jajajaja es injusto que no pueda verte, imagino la expresión que habrás puesto

-es una ventaja ser yo

-sí, pero no te aproveches, ya sabes… bueno amor, chaito, hablamos luego ¿sí?

-bueeeno, está bien, besos

Colgué la llamada y corrí a la ducha; después de 15 minutos ya estaba en la puerta lista para salir, recordé que no había comido nada así que fui a la nevera y empaqué en mi mochila el portacomidas marcado como “miércoles/almuerzo” cerré con llave y detuve el primer taxi que se me atravesó en el camino, tal como pensaba, Santi estaba abriendo el local, en cuanto me vio me hizo señas mostrándome su reloj

-¿se puede saber por qué no contestas el teléfono?

-¿me estuviste llamando?

-creo que tienes como 500 llamadas perdidas

-ay si exageras, bueno ¿y para qué me llamabas?

-necesitaba que fueras a mi casa, pero como no respondías me pasé por aquí antes de llamar al GAULA y resulta que no habías llegado ¿dónde estabas?

-bueno, se me hizo tarde y como tenía el celular en silencio no me enteré de ninguna llamada, solo son 10 minutos tarde Santi, no es el fin del mundo, pero ¿Por qué me querías en tu casa? ¿pasó algo?

-bueno querida, pues esperemos que llegue alguien a quien podamos dejar a cargo y te vienes conmigo, necesito que me ayudes, ocurrió una tragedia y de verdad, no sé a quién más acudir

-pero cómo que tragedia ¿qué fue lo que pasó? ¡Ya me estas asustando!!!

-el decorador de la boda, sufrió un accidente, estará hospitalizado unos tres meses y no podrá hacerse cargo, Lisa, por favor, a estas alturas ninguno quiere aceptar, no me abandones por favor

-ay no llores Santi, todo va a salir bien, no te preocupes; pero tengo entendido que ya tenías todo listo con él, ¿no es así?

-sí, después de muchos debates habíamos llegado a un acuerdo que unía las ideas de Sebas y mías, la propuesta era hermosa, pero ya él no estará y como trabaja solo no hay quien continúe

-¿Qué clase de decorador trabaja solo?

-uno maniático y perfeccionista compulsivo, pero es el mejor

-¿Y ya había adelantado algo?

-sí, pero no sé si me entregue esa información, ya aparté cita para verlo en el hospital el sábado en la mañana y que me diga qué es lo que falta, por eso te necesito en mi casa, él me había entregado un portafolio con fotografías y una maqueta del decorado final, necesito que las veas, para que te hagas una idea

-sí, sería muy oportuno, pero ¿tiene que ser hoy?

-Sí nena, el tiempo corre, solo quedan 29 días para la boda

-Ok, haré lo que pueda, ¿y dónde está John? Él podría encargarse del bar por unas horas

-No, solo lleva un día aquí, esperemos a los demás, Confío en Mariza y Carlos, míralos ya llegaron, déjame hablar con ellos, ve buscando un taxi que nos vamos enseguida

-como digas jefe

No había mucho que buscar, había una larga fila amarilla en la calle, pero con lo nervioso que estaba Santi preferí esperarlo fuera, en menos de cinco minutos él ya estaba saliendo, dando las últimas indicaciones desde la puerta, así que me adelanté hasta el primer taxi de la fila y mantuve la puerta abierta para el novio en apuros. Sería una larga noche.

-Por cierto Santi, ¿me dejarás usar el microondas de tu casa? Aún no he almorzado

-oh, si es por eso podríamos pasar primero a un restaurante

-¡No! Santi, solo necesito el microondas para calentar mi almuerzo, ya lo tengo preparado, nada de restaurantes

-ok, no hay problema, gracias por ayudarme Lisa, te debo la vida

-no exageres


Miré por la ventana tratando de imaginar lo que me mostraría, mi fuerte no es la decoración pero contaría con la ayuda muy cualificada de cierta personita, trabajar juntas será divertido.

viernes, 11 de julio de 2014

Zafiro 18

El inconfundible aroma del chocolate hirviendo y pan horneándose me sacó suavemente del sueño, abrí los ojos desorientada, no reconocía el lugar, ni mi cama, ¿dónde estoy? Flashes de recuerdos me invadieron, Zafiro sentada en la sala, Zafiro besándome, Zafiro guiándome a la habitación, Zafiro y yo fundidas haciendo el amor, ahora todo tenía sentido, fragmentos de una conversación telefónica se filtraron a pesar de las eróticas imágenes que poblaron mi mente… -“¿qué tanto cariño le tienes a tu mueble de cocina?” estaba clarísimo que no había cambiado únicamente mi cocina, había hecho remodelación entera de todo mi apartamento y lo peor era que me encantaba como lucía este nuevo aspecto, pero tenía que hablar con ella seriamente acerca de mi privacidad.

Misión casi imposible teniendo en cuenta el tremendo efecto seductor que tiene sobre mí, aun así trataría de parecer enojada. Tal vez una ducha fría me ayude un poco y enfríe mis neuronas.

Error tras error, la noche anterior con la excitación y el cansancio que me inundaban no tuve oportunidad de apreciar mi nuevo cuarto de baño, pero ahora totalmente despierta sí que podía verlo a conciencia ¿cómo y en qué momento lo hizo? El elaborado y hermoso mosaico que llenaba las paredes con motivos marinos me dejó muda del asombro, quería saltar de alegría pero mi cuerpo se negaba a hacer movimiento alguno ¿cómo es que no vi todo esto anoche? ¿tan ciega me pone? Deslicé la suave puerta de cristal opaco que separaba la ducha y me dediqué a disfrutar, abrí el agua fría para asegurarme que todo esto no era un sueño.

Sin duda estaba perfectamente despierta, salí de la ducha envuelta en la toalla y me dirigí al nuevo closet rezando por encontrar mi ropa, pero no podía ser de otra manera, el nuevo closet pulcramente organizado estaba lleno de prendas que nunca antes me habían pertenecido, resoplé entre abrumada y desesperada ¿dónde está mi ropa?

Ya que no tenía opción busqué entre las nuevas prendas algo que ponerme, puesto que no quería tratar temas serios estando desnuda. Abrí un cajón esperando encontrar ropa interior y casi brinco de la impresión al encontrar lencería de encaje en diferentes tonos de rojos y negros… cajón equivocado, abrí otro y suspiré aliviada, prendas deportivas, bien, éstas serían, un cómodo brassier y unas bragas mucho más familiares, nota mental, devolver toda esa lencería, se ve mejor en Zafiro... ¡Oh! ¿Ella me quiere ver con esas prendas?, peligroso pensamiento, necesito estar perfectamente en calma, respiré profundamente serenando mi mente. Afortunadamente había un buen surtido de jeans, me decidí por unos cafés y escogí una camisa gris a cuadros bastante cómoda, al menos respetó un poco mis gustos.

Al fin salí de la habitación, tomando conciencia de mi propia respiración me dirigí al nuevo comedor donde me esperaba Zafiro sentada tan tranquilamente con una cara de inocencia que era tremendamente distractora, me sonrió y me saludó

-Buenos días, preciosa
-Buenos días, cariño

Le di un suave beso en los labios y me senté frente a ella, el olor del chocolate me distrajo brevemente y mi estómago hambriento gruñó con fuerza, logrando que me sonrojara, mentalmente regañé a mis vísceras ¿por qué no puedes comportarte?

-Tienes tan buen apetito

Solo sonreí por toda respuesta, traté de concentrarme pensando cómo iniciar la conversación, la amabilidad y el encanto de Zafiro me tenía en serios problemas, pues tenía que mantener a raya el impulso de abrazarla y cubrirla de besos allí mismo.

Ella se movió con gracia hacia la cocina y luego de vuelta con una muy surtida bandeja trayendo mi desayuno, inhalé hondo ¿por qué eres tan adorable? Sonreí bobamente mientras ella ubicaba todo frente a mí, aproveché un momento  mientras ella parecía concentrada en ubicar perfectamente mi plato, para tomar su rostro entre mis manos y besarla con toda la ternura que había despertado en mí.
Terminé el beso con suma delicadeza y susurré un suave “gracias” sobre sus labios

-A ti.
-¿por qué?
-porque me llenas de alegría

Me dijo sonriente, luego se sentó frente a mí invitándome a probar el desayuno; huevos revueltos con cebolla, tomate y especias, lonjas de tocino crujiente, pan caliente, queso, mantequilla y chocolate en leche, mi desayuno preferido, ¿cómo lo supo? Recordé que estuvo siguiéndome por un mes. Es una excelente espía, y con sus cualidades no lo dudo.

-hay algo que te tiene pensativa, suéltalo de una vez
-¿eh?

¡Ay Dios!, se dio cuenta, ¿por dónde empiezo? ¿por qué me pone tan nerviosa?

-pues… éste desayuno está delicioso… y todo… la verdad estoy sin palabras ¿por qué has hecho todo esto? -Lo dije señalando el apartamento en general- Es hermoso… es más de lo que hubiera soñado… y de verdad te estoy tan agradecida… pero es un poco…
-¿demasiado?
-¡Sí! Es... abrumador… No tenías que tomarte tantas molestias

Ella me miró a los ojos y entonces pude ver que mis escrúpulos eran innecesarios, no pude sostener su mirada, pues caló demasiado hondo, así que centré mi vista sobre mi tenedor, que intentaba sin mucho éxito atrapar un trozo de tocineta, mientras ella hablaba

-no ha sido de ninguna manera una molestia, ¿por qué te incomodas por algo que no son nada más que cosas?

Porque me siento en desventaja??

-Lisa mírame… ésta es solo la muestra más superficial de mostrar mi agradecimiento, lo sé, pero no encontré por el momento otra forma de expresarlo
-No tienes qué hacer nada, ni agradecer nada
-Tu presencia en mi vida es lo que estoy agradeciendo
-no fue muy casual, me perseguiste ¿recuerdas?
-eso fue después de encontrarte, y es ése el hecho que estoy celebrando, y no encontré otra forma de hacerlo
-insisto en que es excesivo, no…
-¿no lo dejarás pasar verdad?
-no
-bueno, entonces tómalo como parte del pago por la investigación, porque ya está hecho y no acepto devoluciones

Intenté comer aunque ya mi apetito se había ido, qué manera tan excéntrica tienes de dar las gracias, o tal vez lo hace porque realmente aprecia la compañía humana, tanto aislamiento ha hecho que el más insignificante contacto resulte tan sobredimensionado para ella

-Zaf... creo que ya no podré cobrar nada, pero si así lo quieres me quedo con todo esto, de todas maneras no pensaba devolvértelo, me encanta lo que has hecho - dije señalando el apartamento remodelado- pero prométeme que no lo volverás a hacer
-um… no sé si pueda prometer eso, pero no te preocupes, trataré de no abrumarte en adelante
-será suficiente para mí… por ahora
-jajajaja lo tendré presente, aunque siento que hay algo más, dilo
-sí, lo hay
-¿qué es?
-tiene que ver con tus “poderes”
-no tengo poderes
-sí que los tienes, esas habilidades tuyas nadie más las posee
-está bien, ¿qué pasa con eso?
-pasa que… es lindo saber que piensas en mí, que te preocupas por mí, que te agrada mi compañía
-¿pero?
-pero no es tan agradable sentirme vigilada… necesito mi intimidad, mi espacio, necesito distanciarme y que te distancies, que podamos extrañarnos de veras, conservar un pedazo de mi mundo y que también conserves el tuyo… ¿cómo podré discernir lo que siento por ti si no me das espacio para respirar? Si esto que estamos construyendo entre las dos inicia fusionándonos de esa manera, pronto se perderá el asombro (aunque dude que eso ocurra contigo) quiero que seas mi pareja, no mi vigilante privado, no necesito que me protejas, llevo cuidando de mí misma desde los 12 años y ya tengo 29, así que creo que estoy perfectamente cualificada, aprecio tu preocupación, pero no es necesaria, además ¿cómo podré contarte lo que me ha pasado al final del día si estás pendiente de cada uno de mis parpadeos?... eso raya en lo enfermizo (y en parte creo que tanta soledad te ha hecho pasarte al lado obsesivo con la primera persona con la que tienes contacto)… no dudo de tu cariño, pero está tan cercano al apego que si continuamos por ese camino el amor se ahogará antes de haber nacido... lo digo también por mí, pues también estoy obsesionada contigo, y en verdad, ésta vez quiero amar en libertad, no desde el apego.

Nos miramos a los ojos en silencio, yo no podía creer que había podido decirlo todo, pero respiré aliviada de haberlo hecho, quería que esto que había iniciado tan tempestivamente pudiéramos encauzarlo en adelante con un poco más de equilibrio, ella me importa de verdad y quiero algo con ella pero lo quiero bien, quiero amor, no cualquier otro sustituto, no simplemente lujuria, no una relación asfixiante, quiero un amor en libertad, que podamos volar juntas, no esclavizarnos juntas.

Llevé la taza de chocolate a mis labios sin romper el contacto visual, el silencio se prolongaba entre nosotras, pero no era incómodo, ella me miraba tan intensamente, sabía que estaba dándole vueltas a todo lo que yo había dicho, pero al fin habló

-he estado ciega…

La miré interrogativamente, ¿por qué ciega?

-sin duda tú lo has tenido más claro que yo… no me había atrevido a darle nombre a lo que estamos viviendo, ni a lo que estoy sintiendo, he estado como una niña que se maravilla al ver el amanecer por primera vez y no he procesado todo lo que ha estado ocurriendo
-sigo sin entender Zafiro, ¿qué es lo que no has procesado?
-¿somos novias?
-bueno… yo diría que (¿en verdad eres tan inocente?)… después de hacer el amor tantas veces… si, lo somos, (¿qué creías que somos? Nadie trata así a sus amigos)… a no ser que solo me consideres tu pareja sexual, y todo esto no haya sido más que una tórrida aventura erótica… pero creo que ese no es el caso… hemos entregado mucho más que solo el cuerpo…
-sí, ha sido mucho más… nunca había tenido que lidiar con estas emociones en mi larga existencia
-¿en verdad, nunca antes te has enamorado?
-no he sentido por nadie más lo que por ti siento tan intensamente

Nuestras sonrisas dieron paso a una mirada más profunda, sin contenerme más me levanté y fui hacia ella, tomé su rostro besándola, ella respondió abrazándome por la cintura y atrayéndome hacia ella, me acomodé sobre sus piernas mientras nuestro profundo beso llegaba a su fin, posé mi frente sobre la suya, inhalé profundamente disfrutando su aroma y sonreí

-Zafiro, quiero darte todo de mí
-también quiero dártelo todo ¿entiendes por qué todo esto?
-lo sé, lo entiendo, pero no pude evitar sentirme tan… tú me entiendes
-sí
-quiero que este amor crezca fuerte como un roble, quiero poder contar contigo y que puedas confiar en mí, quiero que seas feliz, y ser feliz junto a ti

Ella me besó suavemente los labios antes de decir

-también lo quiero
-podemos hacerlo, sé que podemos
-todo esto es nuevo para mí
-aprenderemos juntas

Nos besamos nuevamente durante unos minutos más, pero ella terminó para decirme

-¿no te ha gustado el desayuno?
-um… verdad que había un desayuno

Ella me miró entre sorprendida e incrédula

-sí, ya lo terminaré

A regañadientes volví a mi silla y despaché lo que quedaba del desayuno y sin darle oportunidad de reaccionar, recogí los platos y los llevé a la cocina para lavarlos, por supuesto ella me siguió protestando, pero no le permití que tocara nada; ella, obviamente, ocupó sus manos en mi anatomía logrando que el hecho de lavar unos simples platos resultara casi imposible. Me centré nuevamente en mi respiración para poder disfrutar de sus caricias y a la vez hacer bien mi tarea. Al terminar me giré para apoderarme de sus labios, con besos que fueron creciendo en intensidad hasta que terminamos haciendo el amor en medio de la cocina.

Pero el tiempo siguió su marcha y tuve que ir a clase, prometí a Zafiro que nos veríamos el fin de semana, ella me recogería el viernes al salir del trabajo, nos separamos con un beso antes de salir de mi apartamento, ella insistió en quedarse con la excusa de que necesitaba ducharse, aunque no se lo creí, pero estaba tan gloriosamente feliz para negarle nada.

El resto del día seguí mi rutina, como en una nube, sumergida en mi propia esfera personal de felicidad, al fin, cuando regresé nuevamente después del trabajo en el bar y volví a mi apartamento pude notar su ausencia. Recorrí silenciosa cada rincón observando al fin atentamente cada detalle, cada color con el que había impregnado mi espacio, los efectos de luz, texturas, aromas, todo en perfecta armonía, en un canto a la acogida, a la intimidad, como si la casa me abrazara cálidamente para darme la bienvenida, no, casa no es el término, es más propio llamarle hogar ahora, pues así lo siento.

Imaginé a Zafiro abrazándome por la espalda, o sentada en uno de los sofás, leyendo en una esquina, mirando por la ventana, la pude visualizar allí, conmigo, pero también pude verme a mí misma, sentada en esa nueva y cómoda silla de madera junto a la mesa de dibujo, pude verme de pie frente al caballete junto al ventanal del balcón, pude verme en la cocina intentando algún extraño experimento, pude verme en mi habitación, inspiré profundamente y me sentí feliz. El cansancio desapareció por completo, me sentí llena de energía, con ese impulso vital que me urgía a tomar mis lápices y expresar toda esa marejada interna.


Me fui despojando de la ropa en mi camino al dormitorio, pasé de largo a la ducha y dejé que el agua tibia purificara mi cuerpo, tan solo me puse unas bragas y me senté eufórica frente a un pliego de papel, tomé mis lápices y me dejé llevar por el frenesí creador.