Octubre y tu recuerdo

Hace ya tres años desde aquel octubre en el que encontré la felicidad más plena entre tus brazos, la dulzura de tus labios y tu piel aún guardan fresco su lugar en mi memoria, solo que en este octubre tu recuerdo es como fría niebla que me empaña los sentidos y congela los huesos de mi alma... algún poeta dijo "corto es el amor, pero largo es el olvido"  sin embargo es solo eso, niebla... dulce, anhelante, nostálgica, tentadora, pero pasajera niebla.

Soledad

En silencio la noche avanza, 
sin medir sus pasos solitarios, 
en silencio espero en mi ventana 
la caricia etérea del viento.

Nada encuentro en mi oscura soledad, 
nada llena mi vacío...
la quietud nocturna me rodea
como uniéndose a mi alma solitaria.

Negro el cielo sin estrellas
negros los tejados,
calladas y meditabundas
las luces naranjadas de las calles.

Así avanzan mis horas
desiertas, despojadas,
tal vez llegará mañana
una aurora distinta
cargada de músicas, colores,
alegrías nuevas y esperanzas,
que dejen esta noche solitaria
en el recuerdo silencioso
de un momento en el pasado.

Soy

Soy piel, carne, huesos,

sudor, lágrimas y risas,

soy alegrías y nostalgias,

soy serenidad y cobardía.

Soy silencios y palabras,

soy miradas que conocen,

y miradas que ocultan,

soy anhelo, sueños,

ilusiones y esperanzas.

Soy pasión y calma,

soy timidez y abrazo

soy soledad y compañía

soy admiración infante

y experimentada apatía.

Soy hija, hermana y tía,

soy amiga, confidente

compañera, vecina,

peatón desconocida,

un número de cédula.

Soy la mano dibujante

que traza un mundo de fantasía,

soy blanco y negro,

y arcoíris colorido.

Soy emoción e indiferencia,

sentimiento permanente

que no siempre se expresa

Soy y no soy;

mi presente, mi pasado,

y el ansia del futuro.

Me desconozco y me encuentro,

me revelo en otros ojos

otras manos,

otras voces que me cuentan

lo que no veo de mí misma.

Soy lo que busco,

lo que callo,

lo que expongo,

y lo que guardo,

soy desorden y lucidez,

soy caos y armonía.

Soy y no termino de ser,

un ser inacabado,

que cada día se construye

se conoce,

se desvanece y se reintegra,

soy miedo y valentía,

soy fe y desesperanza,

soy vida,

que empieza y termina

en cada segundo

sin pausas y sin prisas,

una vorágine de pensamientos

de dudas,

de imágenes y sonidos,

de aromas y sabores,

de momentos vividos.

soy el sonido de un nombre,

soy la forma de mi cuerpo,

lo etéreo de mi pensamiento,

la esencia de mis afectos,

soy lo que siento que soy.

Soy mujer.

Sed de tus besos

Tengo sed de besos y caricias
sed de suspiros y miradas,
sed de cálidas sonrisas,

sed de la cercanía de un abrazo.
Tengo sed de ti, de tu dulzura,
del calor tibio que se halla entre tus pechos,
sed de tu piel desnuda,
sed de tu amor de fuego.
Yo tengo sed de tus gemidos
y en mis labios secos
se ahoga un grito
al pronunciar una a una las letras de tu nombre.
Dónde te encontraré amor mío
que ya mi pecho cansado te suspira,
mis manos heladas de esperarte,
mi piel entera en tembloroso trance
sueña con que tú la buscas y deseas.

niña mía

Hoy quiero hablarte niña mía

de mis fantasías, de mis sueños,

de mis horas de silencio,

de mis suspiros mudos,

de mi amor tan caprichoso,

de mi llanto y de mi risa,

de mis manos productivas,

y también de mi quietud.

Hoy quiero escucharte niña mía

con tu voz de terciopelo,

escuchar tus cosas,

el vaivén de tu rutina,

tus aventuras juguetonas,

el sonido del viento entre tu pelo,

y los rayos de sol en tus mejillas;

escuchar el susurro de la noche en tu ventana,

y el compás de tu respiración mientras duermes.

Y entre tus sueños contarte niña mía

que encendiste la llama de mi corazón,

mis pensamientos, mis palabras, mis suspiros,

al calor de este cariño corren a buscarte,

para regalarte un beso con la sutileza de la brisa.

y te pienso...

La tecnología a veces se rebela, y esta semana mi computador ha estado con algunos problemas, después de varios días sin escribir en el blog, hoy te quiero contar lo que ha sido de mí... Cada día siento más y más tu ausencia, te extraño, te pienso, te imagino. Sí, mi pensamiento es el único lugar en el que me puedo acercar a ti. Imagino cómo serán estos días tuyos, si al menos en un escondido rincón de tu pensamiento aún estoy yo, pues a mí me haces muchísima falta. Afortunadamente tengo a mano mis pinceles, un lápiz y papel, he pasado horas y horas entre líneas y colores, entre formas y figuras, intentando ocupar en algo mis manos a ver si también mi mente siente un poco menos tu silencio.
Amarte no es delito, tampoco hay tiempo, ni normas, ni reglas, al amor no le importa. Si me enamoré de ti en poco tiempo, si fueron suficientes pocas palabras, pocos momentos, si me tocaste el corazón desde el primer instante, si eso es delito, me declaro culpable. Dime tú ¿Cuándo es prudente empezar a amar? ¿No es acaso cuando así lo decida el corazón? Mi corazón así lo decidió y nada pude hacer para evitarlo. Si no quieres ver algo cierras los ojos, si no quieres oír te tapas tus oídos, si no quieres comer no lo haces, si no quieres hablar cierras tu boca, ¿Cómo cerrar el corazón cuando quiere amar? 

Noche

Qué pesada es la noche,

como una cobija de plomo

sin la suave caricia de tu voz.

Pesados los segundos,

con su lento paso,

jorobados y melancólicos segundos,

doblegados bajo el peso de tu ausencia.

Pesados mis dedos al escribir tu nombre

pesados mis ojos

pesado mi cuerpo hasta el dolor.

Pero no, no es mi cuerpo el que pesa,

lo que pesa es mi amor,

de tan condensado y hondo,

encerrado, sin salida

como si encerrara el mar en una urna de metal.

¿Cómo contenerlo?

¿Cómo refrenarlo?

¿Cómo impedir que siga su curso natural?

Sería como detener el sol en su eterno movimiento,

como frenar la luna,

como atrapar la tierra.

No se puede parar lo imparable;

así es como te lo puedo explicar,

¡No puedo dejarte de amar!

Lo que pasa en mi silencio

Una brisa helada congela mis dedos mientras camino hacia la universidad, la frescura de la mañana parece una suave caricia que limpia mi mente; respiro, siento, vivo... Una a una las horas van dejando silenciosas el reloj, el sol hoy ha brillado con toda su luz inyectando su energía en cada poro de mi piel. Aún así la danza de la vida parece bailar en silencio, como un gesto mudo, como una obra teatral sin espectador....Y siento el silencio como un manto que me cubre y me invita a escuchar mi propio corazón. El silencio, mi amigo fiel y confidente, al que no se le escapa el más fugaz de mis pensamientos, con su dedo invisible me señala mis verdades, aquellas que sé, pero que prefiero ignorar, él las pone ante mis ojos para que no huya de mí misma, se pone frente a mí, para que me vea como en un espejo en toda mi desnudez más íntima. Y en el centro de todo: mis afectos, por los que gozo y sufro, los responsables de mis risas y mi llanto.

He mirado cada emoción atentamente, cada sentimiento, cada estado de mi ánimo, y hay uno en especial que me deja atónita, ¿Cómo es posible que uno solo de ellos me haga conocer la dicha y el dolor juntos? he interrogado al amor, y me ha dicho: no soy el responsable de tu llanto, sino de tu dicha, porque cuando yo estoy presente puedes conocer la verdad profunda de las personas y las cosas, gracias a mí puedes apreciar la auténtica belleza de todo lo que te rodea; pero cuando lloras es porque me olvidas, porque no me dejas acompañarte. Lloras porque crees que me has perdido al no poder alcanzar el objeto de tus deseos, porque al igual que un niño quieres poseer en lugar de contemplar. Si contemplas te admiras, conoces profundamente y podrás amar sin dolor, pero si te obstinas en poseer no habrán lágrimas que desahoguen tu sufrimiento.

Si, hoy al conversar con el amor he comprendido que tiene válidas razones, pero eso es porque estuvimos muy filosóficos en la discusión. En la realidad de mi carne siento en cambio, que el amor es a la vez dulce y amargo, que tal vez esa pureza de la que me habló, se experimente pocas veces, pero que es uno de los sentimientos y estados afectivos que le otorgan verdadero valor a esta existencia. Lo auténticamente sorprendente, es que son muy pocas las personas que lo logran despertar, hay tanta gente a mi alrededor, pero no, solo una mujer es la que ha desbocado la marea de mis afectos encabezados por el amor.

Te amo...

Te amo...

te amo en mi silencio,

te amo en mi nostalgia,

te amo con locura,

y te amo en calma.

Te amo porque eres

tan llena de dulzura,

te amo porque tienes

una sonrisa de luna.

Te amo en tu silencio,

y amo tus palabras,

te amo en mis recuerdos,

y amo tus miradas,

amo lo que eres

y lo que me muestras,

te amo en lo que escondes,

te amo cuando callas.

Te amo porque entiendes

mi amor tímido y profundo,

te amo aunque no quieras

abrir mi puerta a tu mundo.

te amo como ama 

la tierra  a la mañana,

y te amaré en silencio 

las horas que haga falta...

pero,  ¿Qué es el tiempo?

el tiempo es nada,

si miras las estrellas 

en una noche cerrada,

infinitas y hermosas

sin prisas

siempre en calma,

así te amo yo

con la eternidad de mi alma

Esperanza...

Agua dulce es tu palabra, 

que apaga la sed de mi ser desierto, 

agua generosa, 

agua que fluye como río fresco en la mañana. 

Agua que inunda, 

agua que lava 

y se lleva en su corriente 

mi esterilidad, mi hastío.

Más ahora tengo tu recuerdo

como una pequeña gota en la rama de mi mente

una fresca y traslúcida gota

que me hace soñar de nuevo 

con tu río,

con tu mar

con tu lluvia abundante,

con la suave caricia

de tus palabras al hablar

Reverdece mi esperanza

se endereza mi alegría

mi corazón como atalaya vigilante

escudriña el horizonte

aguardando tu regreso

Te amo.

Tu silencio...

Gris la tarde,

como gris es tu mirada,

grises tus palabras,

tu silencio es gris.

¿A dónde te has ido,

tú la que pintabas mis días de colores?

tú la que llenabas de música mi mente

con la dulce melodía de tu voz?

Dónde estás tú,

la que inundabas de risas mis recuerdos

con el eco de tus palabras?

¿Por qué callas y enmudeces

dejándome el silencio frío

que como sable afilado 

me hiere y me destroza?

Mil veces prefiero tu ira

a cambio de tu indiferencia

que cual helada roca me oprime el corazón.

Tal vez enfurecida,

me gritaras las razones 

que me han hecho tan aborrecible a tu mirada

y así podría yo presentarte una ofrenda en desagravio.

Pero callas y me huyes

dejándome en un mar de incertidumbre,

en un hondo sinsentido

con un interminable por qué...

Hasta el sol comprende mi tristeza

y se ha ocultado tras las nubes,

dejando la tarde lóbrega, húmeda y solitaria

como mi afligido corazón.

Quizá la tenue melodía del ocaso me recuerde

que el amor es el arma cruel

que ha matado nuestra amistad

y me ha condenado al abismo de tu adiós.