jueves, 22 de octubre de 2015

Esa boca linda

Quiero probar los besos de tu boca,
que han de saber a miel, canela y chocolate,
a brisa de mar 
y noche fresca,
roja tentación que se cuela entre mis sueños, 
y me embriaga 
con anhelo delirante 
de solo imaginar el licor de tu dulzura;
quiero probar tus labios suavemente,
cual catador experto frente a vinos exquisitos,
y degustar esa ambrosía que se guarda tan celosamente
tras las rosadas puertas de tu sonrisa.

viernes, 14 de agosto de 2015

Poema a mi amor desconocido

Hogar es el tacto suave de tu voz
acariciando mi corazón cansado,
es el dulce hechizo de tu aroma
que cobija mi alma en la fría noche.

Hogar es tu mirada, que me vacía y me desborda,
esos ojos tuyos que al encontrarse con los míos
apagan mi sed y me sosiegan,
tú me encuentras y te encuentro
y al calor de tus brazos me siento al fin en casa.

Hogar es tu corazón, que da cobijo 
a este amor que libremente yo te entrego.
Hogar es tu amor, que abre mis alas 
y me empuja al vasto cielo
para seguir volando desnuda y sin cadenas
tan sólo el ser como equipaje 
y la luz del infinito como meta.

¿Dónde estás amor, por qué no llegas?
servido está el vino y hay fuego en la hoguera
a la mesa pan fresco, blanco mantel y velas nuevas,
un cálido abrazo esperando en la puerta
y el corazón abierto para cuando vengas.

sábado, 8 de agosto de 2015

Zafiro 24

Salimos del auto simultáneamente. Lo primero que notaron mis ojos es que había una pequeña multitud de barcas de todos los tamaños, todas ocupadas por pescadores que llegaban a ofrecer el fruto de su trabajo en altamar. La luz de esa hora le daba un matiz entre cálido y frío a toda la escena, era una vista preciosa. Simultáneamente mi piel registró la temperatura un poco alta a pesar de ser una hora tan temprana, sin embargo la brisa marina hacía que esa sensación cálida fuera muy placentera.

Zafiro tenía razón, era el lugar perfecto para probar si su barrera invisible aún permanecía. Volví mi mirada hacia ella, estaba como yo, muy quieta junto a la puerta de Skadi mirando la multitud de manera calculadora, el sol le daba en el rostro haciendo brillar su piel y quedé un poco embelesada contemplándola, pero entonces caí en cuenta de que si no llamaba la atención por su “barrera” lo haría por su piel

-¡Zafiro!

Ella me miró curiosa

-dime

-¿no deberíamos usar algo de camuflaje?

-¿camuflaje?

-sí, entra al auto y hablamos

Me obedeció por curiosidad, y una vez dentro le expuse mi teoría

-Cariño, tanto si ha funcionado como si no, no queremos armar un alboroto ¿verdad?

Me miró confundida y respondió dubitativa levantando una de sus cejas
-pues… esa es la idea

-van a notar el brillo de tu piel expuesta al sol, y tu color… creerán que eres Shiva o alguna de sus divinidades, pues sus dioses tienen la piel azul

-¡Claro! Lo había olvidado, estaba tratando de gestionar tantas sensaciones nuevas para mí que pasé por alto ese detalle, pero sí que venimos preparadas
-¿venimos?

-por supuesto cariño, debemos ser convincentes

Dio una orden a Skadi y una pequeña gaveta se desplegó justo detrás de los asientos, ella sacó unas telas preciosas y las puso sobre mis rodillas

-tendremos que vestirnos, ven, conozco una zona despoblada muy cerca

En cuestión de segundos estábamos en otra parte de la costa muy solitaria, el paisaje allí era más desértico. Nos bajamos del auto y ella comenzó a envolverme con una de esas telas, era de un color azul cielo con figuras plateadas y violeta, una amplia franja del mismo color bordeaba toda la tela, cuando Zafiro terminó me miró satisfecha de su obra, entonces me giró para que viera mi reflejo en los vidrios del auto y quedé sorprendida me veía como una mujer hindú. Ella por su parte tomó la tela verde manzana y amarillo, con bordados en blanco. Las dos llevábamos velo, ella para ocultar un poco su tono violeta y yo para disimular mi corte de cabello.

No podía faltar el maquillaje y pude ver que tenía una gran destreza al hacerlo, pues logró una tonalidad canela muy convincente para su piel, de manera que no tendría diferencia alguna con las mujeres locales, estuve tentada a pedirle que me hiciera lo mismo, ya que ahora a su lado parecía albina.

Sin más demora volvimos al puerto inicial y la aglomeración de personas era mucho mayor.

-Bien Lisa, bajaremos en aquel punto que está un poco más despejado y trataremos de ir a la zona de mercado, por favor no te separes de mí, tengo la sensación de que el experimento ha funcionado y no nos notarán

-no tengo intenciones de alejarme de ti, así que ¿qué estamos esperando?

Salimos de nuevo, esta vez con paso decidido, no lo había notado pero el “auto” había adoptado la forma de un pequeño yate blanco, miré intrigada a Zafiro

-es solo un holograma escudo… camuflaje, ¿recuerdas?

-para ser un holograma me parece muy sólido

-es uno muy convincente

Zafiro había escogido bien el sitio, el pequeño muelle de madera estaba solitario en el momento que bajamos, pero a medida que avanzamos se fue llenando de hombres que, como nosotras, acababan de atracar.

Me tensé un poco porque esperaba las reacciones de pánico, pero nada sucedió, al contrario, al estar cerca de nosotras ralentizaban sus pasos y nos miraban sonrientes, así que le dije casi susurrando

-genial, lo de pasar desapercibidas no lo logramos

-solo están llenos de testosterona y el paso de un par de bellezas femeninas no los puede dejar indiferentes

-por el momento nadie ha entrado en pánico, así que este éxito hay que celebrarlo

-no todavía, hay algo extraño

-¿a qué te refieres?, yo veo todo muy calmado

-exacto… demasiada calma para tanta gente

Efectivamente pude comprobar cómo todo alrededor estaba tan calmado que hasta la brisa y el oleaje del mar parecían haberse serenado, ya llegábamos al final del pequeño muelle y en la calle que transcurría paralela al mar había tanto flujo de personas que parecía imposible caminar, sin embargo todos estaban estáticos, mirándose sorprendidos unos a otros, como si abrieran los ojos a la vida por primera vez, otros miraban al cielo y unos cuantos habían adoptado una postura de meditación, solo los niños, al menos los que alcanzaba a ver entre la muchedumbre, estaban felizmente asombrados con todo

-¿no notas nada extraño? Me dijo Zafiro mirándome a los ojos por primera vez desde que desembarcamos

-Sí- contesté en un susurro, -parece que llegamos a la ciudad más feliz del mundo, míralos no más, había escuchado que la India era un país religioso, pero no creí que lo fuera tanto, viven como en el paraíso

-sí, claro- respondió con sarcasmo. –y yo soy la madre Teresa… ¡esto no es normal Lisa!

-pues a mí me parece maravilloso, relájate mujer, tu cura ha funcionado, por qué no mejor vamos y aprovechamos el paseo ya que estamos aquí, disfruta hacer turismo por primera vez en tu vida

Ladeó su cabeza mientras me daba una de esas miradas que me penetraban hasta el alma, y entonces comenzó a sonreír con calidez, entrelazó su brazo con el mío y mirando a la muchedumbre avanzó con su felina elegancia, yo caminaba a su lado feliz de verla avanzar entre la gente con libertad, era esto lo que buscaba en primer lugar cuando me buscó, y lo consiguió, pero lo mejor de todo es que yo estaba junto a ella para contemplar el fruto de su persistencia y verla disfrutar de su éxito. Mi pecho estaba lleno de orgullo mientras avanzaba junto a ella sin dejar de contemplarla sonriente, lo que sea que había en mi ADN le había servido, había podido ayudarla y esa era mi mayor satisfacción.

-para ser una turista te estás perdiendo del paisaje- me dijo sacándome de mis pensamientos

-¿eh?

-no has dejado de mirarme en todo el camino y ya nos encontramos en medio de las calles con más flujo de gente, por si no lo has notado

Miré en derredor, no caminábamos, éramos arrastradas por el flujo de personas que avanzaban en una calle atestada de tiendas de telas, variedades y puestos ambulantes de comidas, para mi sorpresa no había tanto ruido, todos allí tenían la misma expresión de éxtasis que los del muelle, esto ya era muy raro.

-puedo ver que la felicidad es un estado general de esta gente

-no lo es, ven, entremos a uno de los restaurantes y probamos la comida local, así nos sentamos un momento y tratamos de aclarar lo que está sucediendo

Avanzamos un par de calles más y llegamos a lo que parecía un restaurante muy elegante, el Valet de la entrada apenas si nos miró, sumergido como estaba en su estado extático mirando sonriente al infinito, Zafiro intercambió unas palabras en hindú con el elegante recepcionista, quien gustoso y con un elevado grado de cortesía nos llevó a una mesa privada en la parte más exclusiva del lugar, nos entregó la carta y se retiró después de varias reverencias

-¿qué le has dicho?

-le he pedido una mesa exclusiva para que podamos hablar tranquilamente y nos ha traído hasta aquí

-pero nos ha tratado como si fuéramos de la realeza

-eso se debe a que está plenamente feliz, como todos aquí, por eso nos ha tratado con tanta amabilidad

-entiendo- dije no muy convencida, y tomé la carta que nos había entregado el amable hombre, nada más que por tener las manos ocupadas, ya que todo estaba en una lengua totalmente desconocida para mí, aun así me detuve a admirar la fina estética con que estaba elaborada esa carta de comidas. –es hermosa la carta, parece un manuscrito ilustrado de la edad media

-y sus platos son deliciosos también

-eso no podría saberlo ni aunque pudiera entender el idioma

-Confía en mí, estarás encantada de probar su gastronomía

-siempre lo hago, no me cabe la más mínima duda sobre tu gusto, lo que sea que escojas será exquisito, ésa es una certeza

Me sonrió ampliamente y con un elegante gesto llamó a uno de los meseros y le hizo el pedido, luego juntó sus manos reposando el mentón sobre ellas y me miró en silencio a los ojos, podía verla tratando de organizar sus ideas, tenía ese brillo perspicaz que se asomaba a sus ojos cada que hablaba de ciencia o que me explicaba sus teorías filosóficas, por tanto aguardé en silencio a que hablara, sabía que no había podido relajarse desde que llegamos, su mirada no había dejado de analizarlo todo aunque adoptara esa actitud elegante y desinteresada en su semblante y caminar. Esperaba una de sus extensas reflexiones, pero sólo me hizo una pregunta

-¿Recuerdas cuál era tu estado de ánimo mientras estabas en mi laboratorio?

Dudé un momento.

-¿te refieres a…?

-mientras te “estudiaba”

-querrás decir mientras me operabas y hacías todo este cambio

-como digas, ¿pero recuerdas cómo te sentías en ese momento?

-¡cómo olvidarlo!! Estaba en el paraíso, nunca había experimentado algo así, era como los místicos describen el cielo, o el nirvana, o como los teólogos hablan del estado perfecto ante la presencia de Dios: paz y felicidad perfectas, así me sentí

Ocultó su rostro entre las manos

-¡Oh por todos los dioses!!

-¿qué sucede?

-pues que ese estado es lo que todos experimentan ahora. Al parecer tu ADN se transformó mientras estabas en ese “éxtasis” y al mezclarlo con mis células, la onda que activaba el pánico ha cambiado de frecuencia, por así decirlo; ahora influye no sólo en la amígdala cerebral sino también en el lóbulo frontal, y lo peor es que se ha elevado su potencia afectando a todo ser humano que se encuentre en un radio de 10 km alrededor de mí, pero no a ti por supuesto, sigues siendo inmune.

Parecía cansada y frustrada. Guardé silencio por un breve momento mientras asimilaba sus palabras

-puedes pedir una botella de champán por favor

Me miró totalmente confundida

-¿qué?

-por favor

-pero… ¿qué?... no es momento para bromas

-no estoy bromeando, hablo muy en serio, pide la botella

-pero si no toleras el alcohol

-creí que habías solucionado ese detalle, y definitivamente beberé champán, es un momento para celebrar
-para ya, me confundes

-Cariño, de verdad, no entiendo tu preocupación, me parece maravilloso, lo que ha pasado en ti es mejor de lo que podías imaginar, ahora eres una portadora de paz

-no era eso lo que quería, no quiero seguir manipulando las emociones de las personas

-míralo de esta manera: ahora eres una embajadora de paz, ¿te imaginas lo que tu mera presencia lograría en zonas de conflicto? Muchísimas personas mueren sin experimentar ese estado de felicidad, piensa nada más en lo que estás logrando en esta ciudad justo ahora

Levanté mi mano y llamé al mesero más cercano y pronuncié lentamente: -champán please- Zafiro me miró entrecerrando sus ojos antes de dirigirse al joven en su lengua materna y traducirle mi pedido

-lo ves, míralos a todos, están genuinamente felices

-pero parecen atontados

-yo veo que continúan con sus vidas, solo que sin tanta prisa, están en paz, ya quiero ver lo que logras en alguien depresivo

-ese es el problema, es un estado inducido, no han llegado allí por sí mismos

-y eso qué, es lo mejor que podría pasarles, quizá experimentarlo les ayude a transformar sus vidas, deja de ver problemas donde no los hay

Justo en ese momento llegó el joven con la botella de champán y un par de delicadas copas de cristal cuya base estaba finamente labrada, le sonreí mientras él servía atento una de las copas y se la pasaba a Zafiro, ella cual experta catadora hizo girar el dorado líquido en la copa acercándola a su olfato con gesto concentrado y probando solo un poco entre sus labios, ya sabía yo que lo hacía para guardar las apariencias, pues su olfato podría conocer perfectamente la calidad del licor sin sacarlo de la botella, pero aun así ella hizo una perfecta puesta en escena antes de aprobar  la cosecha y pedir que nos sirvieran las copas espumantes.

La levanté para brindar mirándola a los ojos con genuina alegría

-Por ti y por la paz que traerás al mundo

Ella sonrió para acercar su copa a la mía

-Por tu compañía y apoyo, pues esto lo he logrado gracias a ti


-¡salud!- dijimos al unísono mientras nuestras copas tintineaban y cruzábamos nuestras miradas sonrientes.

viernes, 27 de febrero de 2015

Intuición

Este punto, este estado, este no sé qué en el que estoy... sí, ese mismo en el que todo desencaja, en el que la mente no se enfoca, en el que los afectos son solo vacío, silencio, búsqueda a tientas pues nada es lo que se busca. Ese no querer, hastío de todo, del pensar, del sentir, del hacer, y a la vez la necesidad casi asfixiante, necesidad de sentir, de ser, de vivir pero sin la certeza clara del qué, ¿sentir, ser qué? ¿esto es el limbo? andar como flotando en ese espacio informe, vasto, extenso e inefable que se siente casi como la soledad, el silencio y la nada, indefinible, inasible, intangible pero omnipresente, como líquido amniótico en el que floto a ciegas... sin punto de referencia, ni alto, ni bajo, ni profundo, sin horizonte, sin tiempo ni espacio, tal como imagino la vastedad del cosmos... como la muerte... como el no ser... como el silencio previo al parto, como... nada, solo yo en esta ambigüedad, impotente potencia, fuerza latente, como la semilla en las oscuras entrañas de la tierra, sola enfrentándose al caos, a la fuerza germinante que la destruye y la conduce a un nuevo estado del ser.
Así estoy... ni pesimista ni optimista, solo silente, impasible esperando el momento en el que todo este caos interno se revele y de paso al fin a una nueva forma de existencia.
Justo en ese punto exacto de calma perfecta que precede a la más gloriosa, explosiva y magnífica tormenta... o tal vez no pase nada, y sea la nada la continuidad de ese silencio.

martes, 24 de febrero de 2015

Aviso importante

Blogger cambiará sus políticas de privacidad, no sé cómo afectará eso a este blog... pero, por si acaso les invito a que se unan a la página que creé en facebook para este blog, allí veremos qué sucede con estas nuevas políticas y me pueden escribir en caso de que no puedan ver las entradas, de esta manera vemos cómo les comparto los capítulos y encontramos soluciones:
https://www.facebook.com/pages/Zafiro/1486174474956627

lunes, 26 de enero de 2015

Zafiro 23

Quedé un poco sorprendida, por supuesto que había escuchado sobre los rayos del Catatumbo, pero verlos en persona sería tan emocionante, estaba tratando de asimilar la información, muy seguramente con mi cara de idiota, cuando Zafiro me tomó de una mano y me hizo dar una graciosa vuelta sobre mí misma

-¿y bien, te gustan los cambios?

-¿cambios?

No tenía la menor idea de qué estaba hablando, ¿acaso no íbamos rumbo al Catatumbo? O dijo algo más y no la escuché, ¿de qué me perdí?

-jajajajajaja tu cara es un poema, mírate, ¿o pensaste que saldríamos de aquí sin dejar que te vieras al espejo?

-ah…

No había notado que estaba frente al enorme espejo de su baño, ella estaba justo detrás, con sus manos en mi cintura, mirándome por el espejo sobre mi hombro derecho, le sonreí y me fijé en mi propio reflejo.

Por un momento quedé sin palabras, siempre me había gustado lo que veía en el espejo, pero ahora parecía que veía el reflejo de mí misma a los 20 años, los cambios eran muy sutiles y eso me encantaba, era yo misma, pero más joven, lo único notable era el cabello, su color castaño se había aclarado unos dos tonos y había adquirido un toque rojizo que le daba más armonía a mi rostro, y mis cejas ahora lucían perfectas, agradablemente más pobladas y mejor delineadas, mis ojos habían ganado con ese pequeño cambio.

Mi sonrisa se ensanchó, levanté los brazos eufórica y di una vuelta para quedar frente a Zafiro y agradecerle apropiadamente. Mi beso la sorprendió por un instante pero en seguida me respondió, fue un beso cargado de alegría, juntas lo terminamos con una gran sonrisa

-eres maravillosa, gracias de corazón, por todo

-gracias a ti, me has dado esperanza, y sabes… me gustas mucho, pero los cambios que sugeriste realmente se sientan de maravilla

-cambios que tú hiciste- enfaticé- me veo tan joven

-eso es porque rejuvenecí la edad biológica de tu cuerpo

-¿cómo?

-sí, rejuvenecí todas tus células, ahora tienes el cuerpo de unos 19-20 años aproximadamente

-waaao, me has quitado literalmente 10 años de encima…¡¡¡y me encanta!!!!

-me alegra que te hayan gustado los cambios

-no me gustan, me fascinan… ahora sí ¿nos vamos?

-Vamos

Subimos a Skadi y ésta salió disparada hacia el cielo con ese estallido bajo que ya conocía, al instante ya habíamos descendido sobre el mar, era intimidante, el negro reinaba solemnemente, sabía que estábamos sobre el agua por los suaves destellos plateados que la luz de la luna reflejaba sobre su ondulada superficie. Pero apenas si pude apreciar el negro paisaje, al siguiente segundo ya teníamos justo enfrente la imponente luz violeta de una descarga eléctrica.

Zafiro redujo notablemente la velocidad, como si navegáramos tranquilamente sobre el río. Habíamos remontado el Catatumbo desde su desembocadura en el lago Maracaibo y ahora nos acercábamos a una de sus orillas. Nos detuvimos en tierra, en una zona rocosa por lo que pude apreciar con el destello del siguiente relámpago, justo detrás de una enorme piedra un poco más grande que Skadi

-Por favor quédate dentro, no es seguro para ti que salgas, podrás verlo todo desde aquí pero te suplico que no salgas por ningún motivo

-no pensaba salir, aquí la inmortal eres tú

-Skadi es muy segura, estarás bien

-lo sé, ve tranquila, te espero aquí

El dispositivo de seguridad nos liberó y ella se giró hacia mí, correspondí su gesto, por primera vez vi en Zafiro un atisbo de nerviosismo, estaba ante lo que sería un evento muy importante en su vida si lo que iba a realizar tenía éxito. Inspiré profundo y me acerqué a ella lo que más me permitía aquella postura, uní mi frente a la suya y tomé su rostro entre mis manos.

-todo estará bien

Susurré junto a sus labios una y otra vez tratando de transmitirle todo mi apoyo

-todo estará bien, confía

La sentí inspirar profundamente, depositó un ligero beso sobre mis labios y salió, una vez fuera se despojó de sus ropas, las dejó sobre su silla y cerró la puerta activando a la vez el sistema de seguridad que me sujetó a mi propia silla. Se quedó un momento en pie junto al auto y luego la vi caminar lentamente hasta subir a lo más alto de la piedra junto a la que nos habíamos detenido. Se quedó en pie, como una majestuosa estatua de hielo, sostenía entre sus manos el frasco con el extracto de mi ADN, lo sabía porque la había visto tomarlo entre sus dedos, pero a ojos de cualquier otro observador incauto parecería que ella estaba orando, su semblante reflejaba la concentración pura.

Sentí el cambio en la atmósfera, las nubes brillaron con las luces azul violeta de varios relámpagos, la carga eléctrica se notaba en el aire. El primer rayo cayó potente sobre Zafiro, una hermosa descarga de luz de tonos violeta, ella lo esperaba con los brazos abiertos y el rostro dirigido al cielo, su cuerpo entero se transformó en luz por un brevísimo instante, elevándose casi un metro sobre la roca. Dos esferas de luz se formaron en torno a sus manos, las fue acercando frente a su pecho y las dos esferas fueron una, ésta levitó lentamente hasta estar justo sobre su frente, y, en ese momento una descarga más potente que la anterior cayó sobre ella, y luego otra más, y otra más y otra más.

Los rayos descendían sobre la roca, pues ya me era imposible distinguir su figura entre tanta luz, sin contar que el sonido era ensordecedor. Mi corazón se encogió, ¿y si no había resultado?, ¿y si en lugar de hacerle bien le había hecho daño?, ¿y si se había vuelto vulnerable?, sentí crecer el pánico en mi pecho, no podía perderla así.

-¡¡¡ZAFIRO!!!

El grito se escapó de mi garganta, quería salir corriendo y abrazarla, saber que todo estaba bien, que ella estaba bien, pero por más que luché no pude liberarme de mi asiento y las lágrimas inundaron mis ojos nublando mi visión, solo distinguía los flashes de luz que me indicaban que la lluvia de rayos seguía cayendo implacable sobre aquella roca donde estaba la mujer que amaba. Sí, ella tenía que estar ahí, no soportaba el pensamiento de que algo le hiciera daño y un momento de duda había bastado para hacerme ver que era posible su pérdida.

Su nombre salió de mis labios como un grito, como una súplica, como una necesidad, las lágrimas eran ya un torrente, no soportaba más la incertidumbre y los flashes de luz no se interrumpían. Ya no pude pronunciar más palabras, solo sollozaba impotente mirando aquella danza de luz que se me hizo macabra.

Cuando creía colapsar un eco de sus palabras vino a mi mente, “si logras desarrollar el autocontrol, podrás tener un mejor dominio de ti misma que el resto de los humanos” necesitaba serenarme. Respiré profundamente una y otra vez hasta que las lágrimas cesaron “medita” Cerré mis ojos y me centré en el propio latido de mi corazón hasta que su ritmo dejó de ser un frenesí alocado para convertirse en una suave danza de pulsaciones más serena cada vez. Cuando la paz volvió a mí abrí los ojos.

Parecía que una estrella se había posado sobre la roca y extendía ramas de luz hacia las nubes, aunque bien sabía que el proceso era a la inversa y eran las nubes quienes alimentaban aquella esfera luminosa, tuve que protegerme del resplandor con una mano, pues se había hecho demasiado intenso como para mirarlo fijamente.

Después de lo que me pareció una eternidad la luz disminuyó a medida que los rayos fueron haciéndose más escasos, luego todo quedó en silencio y no hubo más descargas, solo una figura luminosa en pie sobre la roca, quien la viera diría que era una aparición divina, un ángel, una diosa, imponente, hermosa, majestuosa, hecha solo de luz.

Lentamente descendió y se ubicó junto a mi puerta que se abrió y al instante la silla me liberó de su prisión, quedé en pié frente a ella, muda ante la majestuosidad de su aspecto, Dios tendrá que verse de manera parecida, pues todo lo que me ordenaba mi instinto era inclinarme a sus pies y adorarla, sin embargo sus manos cálidas tomaron las mías mucho antes que mi cuerpo hiciera movimiento alguno. Me es imposible describir con palabras lo que estaban viendo mis ojos.

Su mano derecha se posó bajo mi mentón y me hizo alzar el rostro para encontrarme con su mirada, ella sonreía dulcemente, yo sonreí y quebré la barrera de mi propia estupefacción, en un impulso la abracé estrechamente

-¡estás aquí!

-aquí estoy

-por un momento creí que te había perdido

-lo sé, te escuché

-estás aquí, no vuelvas a hacerme algo así, no puedo soportarlo

-tranquila, al parecer sigo siendo indestructible

-¿funcionó?

-pues por el momento tu ADN se ha mezclado con el de las células de mi amígdala cerebral y éstas no lo han rechazado, así que esa parte funcionó, habrá que comprobar si ha logrado derribar la barrera de terror

La abracé por un momento más hasta que ella suavemente se separó de mí

-vamos antes que vengan de nuevo sobre mí, los atraigo irremediablemente, soy para ellos como un imán

Me hizo entrar de nuevo en el auto, se vistió y se sentó en su lugar y salimos de allí

-creí que nos quedaríamos aquí eternamente

-solo fue una hora

-oh, no lo creo, fue demasiado tiempo

-no, comprueba el reloj

-¿qué reloj?

Me entregó mi celular. ¿pero cómo…? Lo miré y efectivamente eran las 8 de la noche, solo había pasado una hora desde que salimos de su casa

-¿cómo es que llegó mi celular aquí?

-creí que lo necesitarías

Suspiré resignada, ¿en qué momento había pensado en ese bendito aparato?, pero así es ella, siempre sorprendiéndome.

-¿Cuánto tiempo durarás así, ya sabes- la señalé completa- con toda esa luz?

-ah, ya pasará en una media hora

-tienes el aspecto de una divinidad

-todos los que me han visto luego de un banquete de éstos piensan lo mismo

-no puedo imaginar por qué será, no es como si estuvieras brillando con luz propia

Soltó una sonora carcajada ante mi sarcasmo

-jajajaja claro, no sé por qué, tal vez en la mente colectiva un dios está hecho de luz y al verme así inmediatamente la imagen visual concuerda perfectamente con la imagen mental y… ¡taraaan! Aquí hay un dios frente a mí

-¿y a dónde nos dirigimos tan lentamente?

-¿voy muy lento?

-si llegamos aquí desde Medellín en menos de un minuto y ahora que vamos tan tranquilamente por el lago Maracaibo no dejo de sentir curiosidad

-pues estoy haciendo tiempo hasta dejar de ser un ente luminoso, estaremos llegando a Bombay en aproximadamente 45 minutos

-¿Bombay?

-para entonces allí serán casi las 7 de la mañana y sus calles estarán tan abarrotadas que tendremos que avanzar a empujones… el sitio perfecto para saber si por fin dejé de causar terror a la raza humana

-¿y si no?

-habrá una estampida

-suena peligroso

-así es, pero seremos cuidadosas, no te preocupes, mientras tanto, ¿prefieres hacer el viaje por mar o por aire?

-nunca he navegado, pero preferiría hacerlo de día, el mar de noche es intimidante

-oh, no lo es, es hermoso, solo que no lo has apreciado bien, por eso le temes… entonces, por mar será

Skadi se deslizaba suavemente sobre las olas, hacía ya unos minutos que habíamos dejado atrás las costas venezolanas y nos adentrábamos en el océano atlántico, me mostró en un holograma del globo terráqueo la ruta que estábamos tomando, formando una S desde el lago de Maracaibo hasta las costas de la India. En ese momento íbamos en medio del océano frente a Brasil y Nueva Guinea rumbo hacia el sur

-en unos 10 minutos estaremos cerca del polo sur, ¿quieres dar un vistazo?

-me encantaría, pero creo que no vengo vestida apropiadamente para esas temperaturas

-pero no he hablado de caminatas, solo si quieres ver desde aquí

-Entonces supongo que sí, no quiero congelarme

-bien, entraremos solo un momento y luego seguiremos

Efectivamente diez minutos después nos adentrábamos por la hermosa blancura del polo sur, por primera vez en mi vida podía ver la nieve y eso me emocionó profundamente, no me importó el frío, le pedí que se detuviera y nos bajamos unos minutos, el cambio de temperatura fue brutal, pero estaba feliz de poder tocar la nieve con mis manos y caminar un poco por aquel valle plateado, Zafiro se mantuvo junto a mí transmitiéndome su calor evitando así que el frío austral me hiciera daño.

En medio de aquella blancura Zafiro parecía brillar aún más, pero demasiado pronto para mi gusto, mis pies no resistieron tanto frío y tuvimos que volver dentro de Skadi y reanudar nuestro camino, poco a poco fui notando que el resplandor de su piel se iba atenuando así como nos acercábamos progresivamente al amanecer, cuando vimos las primeras luces de la aurora íbamos ya frente a las costas de Somalia, pocos minutos después teníamos a Bombay frente a nosotras, para entonces Zafiro había vuelto a la normalidad con su hermosa piel azul frente al sol de la mañana que la hacía parecer de hielo pulido. Suspiró audiblemente.

-llegó la hora de la verdad

-¿nerviosa?

-yo diría que expectante, entraremos por uno de los puertos más alejados, y si todo va bien iremos al centro de la cuidad


Avanzamos lentamente hasta que se detuvo en el puerto que había señalado, nos miramos y permanecimos en silencio un instante, quitó la seguridad de las sillas y me sonrió, no necesitamos palabras, la resolución estaba ya en sus ojos, y las puertas se abrieron.

domingo, 25 de enero de 2015

Zafiro 22

Aún no había amanecido cuando sus besos me despertaron, un ronroneo de placer se escapó de mi garganta y me abracé aún más a su cuerpo, amo tanto su delicadeza, y despertar en sus brazos es lo mejor. Cuando me dí cuenta ella me había envuelto en la sábana y me llevaba por los pasillos de la casa como si yo fuera un bebé

-¿a dónde me llevas eh?

-a mi laboratorio

-pero si aún no amanece

-oh si, ya veo el espectro solar en el horizonte, en unos 10 minutos será visible para ti

-y no podíamos esperar hasta que el sol se viera entero por la ventana

-no, prefiero aprovechar cada segundo de luz y espero haber terminado al atardecer, así que empezamos ya

-¿en serio?...entonces bájame, no me he bañado, debería ir a ponerme decente ¿no crees?

-no, estás bien, luego iremos juntas a la ducha, o al lago, o al cuerpo de agua que prefieras

-eh… ¿tengo hambre?

-no es verdad, solo estás nerviosa, tranquila, estarás bien, no te haré daño

-de todas formas no deja de asustarme un poco

-solo relájate y ponte cómoda

-¿voy por algo de ropa?

-jajajaja dormiste desnuda junto a mí y ahora estás pudorosa

-aw, eres imposible, es que…

-shhh tranquila, estarás bien

Me acarició el pelo mientras me acomodaba en una camilla un poco demasiado elevada sobre el piso para mi gusto. Estaba nerviosa sin motivo, pues ella no haría nada para dañarme, tal vez solo era temor a lo desconocido, el mundo científico estaba lejos de mi alcance, pero mi confianza en ella es absoluta, así que para disipar el nerviosismo me centré en sus ojos y en sus suaves caricias, poco a poco mi respiración se normalizó y mi cuerpo se relajó notablemente.

Vencido mi nerviosismo inicial pude apreciar mejor su laboratorio, no sé por qué me imaginé un lugar subterráneo lleno de tubos de ensayo, cables, mesas de disección y aparatos complicados; nada más lejos de la realidad, en realidad era casi como un invernadero, en vez de paredes y techo había un material transparente cubriendo una fina estructura de madera, dejando pasar la luz exterior, el piso era de mármol blanco muy pulido. Junto a la “pared” del fondo había una serie de estanterías de vidrio llenas con lo que parecían ser frascos de perfume, debido a que su contenido era líquido de distintos colores, estaban organizados de tal forma que la luz incipiente del amanecer los hacía brillar, aportando al lugar un agradable ambiente cromático.

En el costado derecho, también recostada a la pared una mesa metálica tenía una serie de montoncitos de minerales, algunos en polvo y otros en pequeñas rocas y cristales ordenados milimétricamente en hileras, también por colores hasta la mitad de la mesa, la otra mitad, estaba llena de hierbas organizadas de igual manera.

A la izquierda en cambio había una enorme U en torno a la camilla que ocupaba el lugar central en el espacio, (donde yo estaba sentada tratando de cubrirme con la sábana) Consistía en una plataforma cristalina que parecía un súper computador y verticalmente una pantalla curva transparente con recuadros de diferentes tamaños, donde aparecían una serie de algoritmos y gráficas indescifrables para mí en las que Zafiro estaba muy concentrada, le bastaba con pasar su mano sobre éstas para que su contenido cambiara. Cuando estuvo satisfecha con todo ese galimatías volvió a mí su mirada

-Bueno todo listo, recuéstate, ponte cómoda

-eh, ok… qu… qué es lo que harás

-empezaré por observar tu actividad cerebral, y estudiaré 
minuciosamente la composición química de tus neuronas, tus fluidos endocrinos y todo tu sistema nervioso en general. Tú no sentirás nada, pues sabes que no necesito extraer nada de ti, mis ojos me bastan para ver todo lo que necesito. Pero puede llevarme algunas horas todo el proceso, pues no quiero dejar nada por fuera, así que lo más probable es que te duermas.

-bueno, no es tan aterrador como pensé… solo estarás mirándome fijamente durante horas, puede llegar a ser un poco intimidante pero nada más

-¿qué te imaginabas?

-no lo sé, tal vez que me llenarías de cables y esas cosas

-jajajajaja no, nada más lejos de la realidad

-lo sé, olvidaba que no eras una científica común y corriente

-solo voy a pedirte un favor

-claro, solo dime

-que no me distraigas

-oh ¿yo te distraigo?

-es verdad, no me seduzcas, que con observarte es más que suficiente

-jajajaja vale, no entiendo cómo puedo distraerte si estaré aquí acostada, casi dormida, ¿qué puedo hacer?... soy un alma inocente

-sí claro, lo estás haciendo ahora mismo

-¿ah sí?

-ya, deja de hacerme esas caritas, debo empezar

-pero si no estoy haciendo nada

-Shhh

No pude evitar sonreír, con toda seguridad ella se estaría sonrojando visiblemente en este momento si pudiera, pero el tono azulado de su rostro no varió en lo más mínimo, aunque la sonrisa de sus labios me lo decía todo. Cerré los ojos por un momento para dejarla concentrarse, pero luego la observé a mi placer durante un buen rato. La luz del amanecer se iba haciendo más fuerte a cada segundo, su rostro adquirió una concentración única, ni siquiera parpadeaba, sus pupilas se dilataron notablemente y el delgado iris de sus ojos parecía girar dejándome notar cuándo hacía un ajuste de enfoque, era hipnotizante.

Tal como ella lo dijo terminé durmiéndome.

-Lisa, ven siéntate, debes alimentarte

El exceso de luz me impidió abrir los ojos, lo que me hizo arrugar un poco el ceño

-¿qué hora es?

-las 8 de la mañana

-¿tan rápido?

-te dormiste profundamente, pero han pasado dos horas y media desde que te traje aquí

-sí eso parece

-toma

Me entregó un enorme vaso lleno de un líquido espeso de color verdoso

-¿y esto qué es?

-una mezcla de proteínas, minerales, vitaminas y nutrientes, tu sistema digestivo no tendrá que esforzarse mucho para absorberlo íntegro, te alimentará y te dejará satisfecha durante al menos unas ocho horas más

-huele a…

-¿a qué te huele? Tengo curiosidad

-a… ¿agua?... no… no lo sé, no logro identificar este olor… mmm pero sabe a… ¿jugo de albahaca y hierba buena?, sabe bien, se siente bien… es cremoso como una malteada

-esa era mi intención, que te gustara

-estaba delicioso, me encantó y sobre todo ese vaso antiadherente, pude disfrutar hasta la última gota, así deberían estar hechos los vasos de yogurt, que siempre se quedan con la mitad del contenido pegado a sus paredes

-decidido, te quedas con el vaso

-gracias

-tecnología Zafiro, tú sabes

-¡¡cuánta humildad!!!

-siempre. ¿Continuamos?

-cuando guste

Ya estaba completamente despierta así que nos observamos mutuamente, bueno yo contemplaba su rostro mientras ella veía mi composición atómica y molecular. Uf de esas cosas comunes que pasan al lado de Zafiro. 

Aunque por mi parte no duré mucho, puesto que caí en un profundo sueño a los pocos minutos. Un sueño sin sueños, en el silencio total de la consciencia. Solo vacío, un espacio vacío, sin tiempo, blanco en un principio pero fue llenándose de colores que se iban alternando uno tras otro, en un silencio absoluto y una paz total. Creo que de haber sido budista habría comparado ese estado con el Nirvana

En mi realidad alterna habría transcurrido un segundo y un siglo a la vez cuando la voz de Zafiro me llamó de vuelta y desperté

-Lisa

-Aquí estoy

-cómo te sientes

-como que he conocido a Dios

-tienes una curiosa manera de emplear la hipérbole

-no lo hago, es que sería lo único comparable al estado en el que he entrado, por primera vez experimento el silencio y la paz absoluta

-bueno, me alegra que la hayas pasado tan bien

-y dime, ¿pude serte útil en algo?

-totalmente, creo que la respuesta estaba en tu ADN, tienes una ligera mutación en tu sistema nervioso, por eso eres tan sensible, pero si logras desarrollar el autocontrol, podrás tener un mejor dominio de ti misma que el resto de los humanos. No te vendría nada mal un poco de entrenamiento, quizá tengas en cuenta la posibilidad de pasar algún tiempo en algún monasterio del Tíbet y aprendas a meditar, así despertarás tu potencial.

-así que soy una mutante… y me enviarás al Tíbet

-yo no te enviaré a ningún lado, solo es una sugerencia, por otra parte tu mutación es mi antídoto. Mira

Me mostró un diminuto tubo de ensayo lleno de un líquido plateado

-¿qué es?

-Esencia de Lisa

-no en serio, dime

-así lo he llamado. Es un gramo de la porción mutante de tu ADN

-bueno y cómo lo harás entrar en tu cuerpo si dices que es impenetrable y que incluso tu sistema digestivo no absorbe nada

-es verdad, pero trataré de forzarlo, haré que mi lengua lo asimile y mi torrente sanguíneo lo conduzca directamente a la zona problemática de mi cerebro y hacer que se fusione con ese pequeño grupo de células que conforman mi amígdala

-¿funcionará?

-no he hecho nada parecido antes, así que no lo sé

-bueno, nada pierdes con intentarlo

-oh sí, este gramo es muy valioso, no ha sido fácil extraerlo y no quiero arriesgarlo de cualquier manera

-¡El Sol!!

-¿qué pasa con el sol?

-que sus rayos te penetran y te alimentan, ¿no puedes hacer que esa sustancia se transforme en luz y así hacerla entrar en ti?

-wao, es una excelente idea, es posible, aunque algo complejo el proceso de transformar ésta sustancia en luz

-pero tú puedes así que manos a la obra

-aún no, ven, recuéstate de nuevo

-¿y eso?

-Voy a hacerte un regalo Lisa, en la hora que queda antes que se ponga el sol. Dime ¿hay algún aspecto visual de tu cuerpo que desearías cambiar?

Quedé un poco aturdida por la pregunta, tenía la mente en blanco y no procesé a tiempo sus palabras

-ah… como ¿a qué te refieres?

-como a si quieres el pelo de un color distinto, una nariz más larga, orejas puntiagudas… no lo sé algo que quieras modificar

-jajajajajaja nariz larga y orejas puntiagudas ¿me quieres convertir en una especie de bruja elfo?

-jajaja solo te estoy dando ideas, piénsalo, no sé, algo que quieras

-mmm… a ver, me la pones difícil eh, nunca me he sentido incómoda con nada

-oh eso es perfecto

-además acabas de sugerirme hace un momento que recibiera entrenamiento budista, ya sabes, desprendimiento de todo deseo y vanidad y esas cosas

-veo que estás enterada de los valores budistas, y me alegra saber que amas tu cuerpo, solo lo sugería porque limpiaré y fortaleceré tus células y eliminaré todo el lastre de enfermedades genéticas que heredaste de tus antepasados que podrían desarrollarse en tu vejez, y ya que haré una limpieza tan estructural pues pensé que podrías estar interesada además en algún cambio de apariencia, es solo eso

-bueno, a ver, dame un espejo y así tal vez pueda responderte 
mejor

-claro, aquí lo tienes

Con un gesto de su mano hizo aparecer frente a mí un pulido espejo de cuerpo entero, me tomé un buen momento para hacer un minucioso escaneo de mi cuerpo, juzgando la imagen del espejo tal como lo haría con uno de mis dibujos, entonces pude ver que se podrían hacer unos pequeños ajustes, con mis manos le fui indicando mientas le hablaba:

-bueno, tal vez me poblaría un poquito más las cejas, justo aquí, sí… y limpiaría estas pecas que me quedaron por el sol de la playa una vez… mmm tal vez reducir unos gramos de la grasa de mis pechos, para que se levanten , así, mira, no es mucho…ah también me pondría un poco más de trasero, no mucho, solo levantarme un poquito las nalgas, tú me entiendes, así… ya está… ah, y me aclararía el cabello, pero solo un tono y si puedes hacer que esté un poco más en armonía con el gris de mis ojos mejor, sí un toque de plata no quedaría nada mal... aunque cobrizo también me quedaría bien, auch… no lo sé, tú decide el tono que me quede mejor: castaño cobre o castaño plata ¿me explico?

-perfectamente, ¿algo más?

-bueno, si eliminas del todo el vello púbico te lo agradecería

-¿de veras? ¿Eliminarlo totalmente?

-sí, me ahorrarías mucho en afeitadores

-y qué te parece si lo dejo como el resto del vello de tu piel

-oh… no estaría nada mal

-tú eres lampiña, quedará tan invisible como los vellos del envés de tu brazo

-pero no tengo vellos ahí

-sí los tienes, pero son tan finos y pequeños que no los notas

-uf, entonces será perfecto

-muy bien, manos a la obra. Vuelve a acostarte

El espejo desapareció en el aire con un movimiento de su mano, tal como había aparecido. Me acomodé nuevamente sobre la camilla, no me cubrí con la sábana, ya hacía suficiente calor, de lo último que fui consciente fue la mano de Zafiro sobre mi frente y volví a entrar en ese estado de paz en el que estuve inmersa durante el día.

-Lisa

-dime

-ya puedes levantarte

-gracias

Me senté lentamente y me puse en pie, mi cuerpo se sentía tan liviano y lleno de vida

-me siento maravillosamente, gracias Zafiro

-para mí ha sido un verdadero placer, me alegra que lo disfrutes

-parece que se ha hecho tarde, ¿qué hora es?

-las seis y media de la tarde

-definitivamente tarde

Ella me miraba sonriente, la calidez de su mirada fue como un imán y la abracé expresando así la gratitud y ternura que suscitaba en mí, cerré los ojos y aprecié su aroma, al abrirlos de nuevo mis ojos enfocaron un brillo plateado a sus espaldas, entonces me separé un poco para preguntarle

-¿ahora te dedicarás a tu poción?- dije señalando el diminuto frasco sobre la plataforma cristalina del computador

Su rostro se iluminó, tomó el frasco encerrándolo en su puño izquierdo mientras me tomaba con su mano derecha para salir apresuradamente, la seguí corriendo sin preguntar hasta que llegamos a su habitación y fue directo al clóset para extenderme algo de ropa

-toma, ponte esto

La obedecí mientras ella también se vestía rápidamente, a pesar de las prisas había escogido muy bien, un par de vestidos de algodón, el suyo de un blanco perlado y el mío de una bella tonalidad turquesa, con sandalias y accesorios a juego. Parecía que iríamos a una velada en la playa, teniendo en cuenta que ya era de noche

-¿A dónde vamos?

-necesito un rayo de alta potencia y conozco el lugar perfecto

-¿sí, dónde?


-el delta del Catatumbo- dijo con una gran sonrisa