sábado, 4 de febrero de 2012

Tu silencio...


Gris la tarde,
como gris es tu mirada,
grises tus palabras,
tu silencio es gris.

¿A dónde te has ido,
tú la que pintabas mis días de colores?
tú la que llenabas de música mi mente
con la dulce melodía de tu voz?
Dónde estás tú,
la que inundabas de risas mis recuerdos
con el eco de tus palabras?

¿Por qué callas y enmudeces
dejándome el silencio frío
que como sable afilado 
me hiere y me destroza?

Mil veces prefiero tu ira
a cambio de tu indiferencia
que cual helada roca me oprime el corazón.
Tal vez enfurecida,
me gritaras las razones 
que me han hecho tan aborrecible a tu mirada
y así podría yo presentarte una ofrenda en desagravio.

Pero callas y me huyes
dejándome en un mar de incertidumbre,
en un hondo sinsentido
con un interminable por qué...

Hasta el sol comprende mi tristeza
y se ha ocultado tras las nubes,
dejando la tarde lóbrega, húmeda y solitaria
como mi afligido corazón.

Quizá la tenue melodía del ocaso me recuerde
que el amor es el arma cruel
que ha matado nuestra amistad
y me ha condenado al abismo de tu adiós.

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