domingo, 30 de marzo de 2014

Zafiro 12

Sopesé las posibilidades, y definitivamente el quedarme era con mucho la mejor opción, en mi solitario apartamento nada me esperaba, ni siquiera la nevera que estaba vacía, pues no mercaba hacía semanas, a excepción del infaltable té al que ya era adicta, y bueno unas cuantas cajas de chocolates que mantenía en la nevera para que no se derritieran ni se llenaran de hormigas. Solo estaban mis bitácoras de dibujo, bastidores y los elementos necesarios para mi trabajo universitario, que era también mi pasión, si volvía dormiría en mi fría y desordenada cama, más solitaria que una noche sin luna, en cambio quedarme, dormir entre los brazos de Zafiro, uh eso era estar en el cielo… solo habría que madrugar un poco, pasar por mi bitácora para la clase de dibujo… ¡mierda! Cómo pude olvidarlo, no he hecho los deberes y mañana debo presentar mi proceso. No, no puede ser que me pierda de pasar más tiempo con ella por no haber hecho mis tareas a tiempo, pero qué torpe!!!

-¿me dirás lo que está sucediendo en tu cabeza? Haces los gestos más variados, ibas de la confianza al placer, luego a la frustración, todo en el mismo minuto ¿en qué estás pensando Lisa? ¿he ido demasiado lejos pidiéndote que te quedes? No tienes que…

-¡No es eso! Es que quiero quedarme, pero he olvidado por completo mis deberes y mañana debo hacer una entrega para la clase de dibujo… y no tengo nada
Dije con profunda decepción, y casi en un susurro al final
Ella sonrió divertida por la cara que estaba poniendo

-qué linda te ves haciendo pucheros, pareces un niño al que se le ha caído su helado favorito

Un tenue calor subió por mis mejillas, pero no el suficiente como para colorearme, estaba decepcionada de mí misma. Ella me abrazó y tomó mi rostro entre sus manos

-entonces ve y haz tus labores, no quiero que por estar aquí abandones tus obligaciones… ¿y exactamente qué es lo que tienes que hacer?

-debo entregar 20 dibujos de estudio sobre la figura humana, anatomía femenina, para ser más específica

-¡veinte! wau, ¿y cuántos llevas?

-nada, no he empezado, regresaba muy cansada del bar estos días, así que no tenía ganas de dibujar nada.

-¿y en una noche podrás hacerlos todos?
-eh… eso espero, sería más fácil si tuviera modelo, tendré que llegar a descargar fotos de internet, eso me quitará tiempo

-mmm… nunca es lo mismo dibujar de una foto a dibujar un modelo al natural

-sí, tienes toda la razón, pero no puedo pagar una modelo

-¿es necesaria la paga?

-Nadie lo hace gratis, y mucho menos si es un desnudo

-¡Ay Lisa! Puedes ser verdaderamente obtusa si te lo propones

Dijo aquello dando dos pasos hacia atrás, permitiéndome verla por completo, entonces caí en la cuenta ¿por qué soy tan lenta? Apenas comprendí me abalancé sobre ella

-¡tengo la mejor modelo del mundo!

-tardaste mucho en entenderlo

-soy un poco lenta

-sí, ya me di cuenta… ¿necesitas algún tipo de papel en especial?

-pensaba hacerlos en papel guarro, para trabajar algunos con acuarelas y tintas, y otros en opalina, ¿hay alguna papelería cerca?

-Pues… tengo algunas reservas en casa

Lo dijo a manera de disculpa, como si la hubiera pillado en alguna travesura, ese gesto me llenó de tanta ternura que tuve que contenerme para no comérmela a besos allí mismo.

La seguí por el corredor, hasta llegar a la sala en la que me había contado su historia, pasamos por una puerta que estaba junto al estante de libros y entramos a un salón de grandes dimensiones, en la pared a la que estaba adosada la puerta, estaba un estante laboriosamente trabajado en madera de roble contenía volúmenes de libros perfectamente ordenados, justo al frente una prístina pared de cristal decorada con hermosos vitrales ricamente coloridos, mientras que las dos paredes opuestas, con su blancura y desnudez inmaculada le daban a todo el espacio un agradable ambiente de sobria elegancia, el piso de piedra gris sin labrar silenció nuestras pisadas, en medio de ese enorme espacio había un escritorio de estilo antiguo, junto con su silla, una amplia mesa de dibujo, y en una esquina, casi tímido, un caballete de madera de pino cuyo color evidenciaba sus múltiples años de servicio.

Ella se acercó al escritorio abriendo con delicadeza uno de sus cajones, de él extrajo una caja de cartón prensado decorada con un suave color verde manzana y sellada con una satinada cinta naranja, deshizo el nudo de la cinta y quitó la tapa de la caja dejando ver su contenido, papel de diferentes colores y texturas.

-Escoge los que necesites

Abrí la boca para responder algo pero no tenía palabras, los quería todos, parecía una niña en una tienda de chocolates a la que le piden escoger, era evidente mi emoción. Pasé mis dedos sintiendo la textura de cada papel, escogiendo algunos y dejando otros a mi pesar, pues ya tenía las 20 hojas necesarias, ella sonreía al verme. 

Cerró nuevamente la caja y la puso en su lugar, organizó cuidadosamente los papeles que había escogido, dejándolos en una perfecta pila sobre el centro del escritorio, luego tomó mi mano y nos dirigimos al estante de libros, ella se detuvo justo en la mitad, donde terminaba un estante y empezaba el otro, puso su mano en el borde del segundo estante y dio un suave empujón, manteniéndome con ella junto al otro estante, aquél que había tocado se puso en movimiento dando una vuelta completa, era un pasaje giratorio, en lugar de libros aparecieron pinturas de todos los tipos, colores lápices, pinceles, yo estaba en éxtasis, era como ver el tesoro de los pintores

-¡oh por Dios!

-¿te gusta?

-¿Qué clase de pregunta es esa? …¿cómo es que tienes tantas pinturas aquí?

-bueno, tú no eres la única artista en este salón

-sí, ya lo suponía por la mesa y el caballete, pero todo este almacén de pigmentos es realmente alucinante

-pero tengo entendido que tu trabajo es de dibujo, así que te interesa más por el momento el lado derecho de este estante

Y allí había toda una gama de lápices, sanguinas y carboncillos, lápices de todos los colores, estaba babeando al ver todo aquello, nuevamente me pidió que escogiera y al igual que los papeles me encontré en un dilema, tardé mucho más en escoger, pero al fin me decidí por algunos carboncillos, sanguinas, lápices acuarelables y unas cuantas tintas, por supuesto no podían faltar unos buenos azules para completar mi selección.

Me volví a mirarla con las manos llenas, ahora me infundía mucho respeto, pues sin duda como pintora debía ser excelente, y el calor me subió al rostro poniéndome colorada por la timidez, pero afortunadamente ella interpretó mi rubor como vergüenza por haber escogido demasiado

-no te avergüences, sé lo difícil que es escoger, y tú has hecho unas elecciones interesantes, ya quiero ver lo que harás con todo eso

Y como no podía ser de otra manera, me puse más roja aún por sus palabras. Sería un gran reto dibujar a una maestra.

Me indicó que llevara los materiales a la mesa de dibujo mientras ella empujaba nuevamente la estantería, dejándola abierta en un ángulo de 90° con respecto a la pared, era la entrada a un pequeño almacén en el que entró con toda tranquilidad, su voz llamándome desde adentro me sobresaltó un poco debido al creciente nerviosismo que se apoderaba de mí

-¡Lisa, ven!

Entré un poco tímida y respetuosa sin dejar de mirar esa estantería que por un lado tenía libros y por el otro pinturas y que a su vez era una puerta giratoria

-¿qué es lo que tanto te demora? Ya, ven aquí

Me dijo extendiéndome su mano. Era una cámara semicircular iluminada por la blanca luz difusa de un foco en todo el centro del techo abovedado, allí doblados cuidadosamente había algunos manteles y telones de variados colores, aunque primaban los colores oscuros, jarrones metálicos y una variada colección de vasijas y ánforas de barro y cristal, candelabros, tapetes, un diván grecorromano finamente tallado, elementos todos que servirían para armar preciosos bodegones o decorar elegantemente salas y ambientes de la casa

-waoo ¿qué haces con todo esto?

-bueno, no creerás que mi casa permanece así todo el año, hay que variar los ambientes, y estos son algunos elementos de recambio cuando me pongo en modo decoradora, van y vienen por toda la casa, pero en esta temporada están de descanso aquí. Pensé que te podrían servir, ¿o no?

-Claro que me sirven, sobre todo ese diván

-¿y nada más?

-mmm… tal vez ese telón rojo sangre

Ella puso el telón que nombré sobre el diván, y lo tomó de uno de los extremos mientras yo tomaba el otro para sacarlo de allí hacia el salón.

-¿dónde quieres ubicar ese telón?

-pues quisiera ponerlo de fondo, el drapeado le daría un toque sensual a las escenas, ¿hay manera de colgarlo de alguna parte sin arruinar la pared?

-claro que la hay

Se acercó al caballete y me lo pasó, indicándome que lo llevara a la bodega, ella halaba de un cordón en el que no había reparado antes en la esquina junto a la pared de cristal, oyéndose el característico suave sonido de una polea bien engrasada.

Una barra metálica con algunos ganchos bajaba horizontal a unos escasos centímetros de la pared, la detuvo a la altura de su pecho, luego hábilmente tomó el telón y pasó los ganchos de la barra por las argollas de madera incrustadas en la tela, yo me acerqué a ayudarle

-estás muy silenciosa, ¿es eso timidez?

Yo le sonreí

-un poco, es que tú no has parado de sorprenderme desde que te cruzaste en mi camino

-espero que puedas seguir diciendo lo mismo por mucho tiempo

-estoy segura que así será
Dije tratando de ocultar la emoción que me produjo escuchar esa promesa escondida en sus palabras.

En cuanto terminamos de ubicar el telón me paso el cordón que activaba la polea para que yo decidiera la altura a la que dejaría la tela, hice unas tres pruebas hasta que decidí dejarla a media altura, para que hubiera suficiente tela que pudiera dejar sobre el diván o en el piso a modo de alfombra, ya se me irían ocurriendo ideas.

Mientras yo cuidaba esos detalles y hacía pruebas de composición ella traía la silla del escritorio y en una de sus manos una tabla casi cuadrada que no había visto antes, ubicó la silla en el centro, a unos escasos pasos del diván, tal vez un metro como mucho, luego se dirigió con la tabla a la mesa de dibujo, dejándola junto con otros elementos que no pude ver por estar pendiente del telón. 

Cuando me vio satisfecha me llamó a su lado en la mesa de dibujo, entonces supe lo que era, un soporte para dibujo, cinta, limpia tipos, difuminos, una pequeña toalla gris de algodón, unos cuantos pinceles de acuarela y tinta china y una pequeña paleta para acuarela con una delicada tacita de agua.

-creo que esto también lo necesitas

La abracé emocionada por sus detalles, y en un susurro le dije 
-¡Gracias!- depositando a la vez un tierno beso junto a su oreja

Se separó de mí invitándome a organizar los materiales mientras me abrazaba por la espalda y observaba mis movimientos. 

Tomé la cinta y adherí uno de los papeles a la tabla, había decidido iniciar con una prueba a carboncillo, así que tomé también el limpia tipos ubicándolo en una de las esquinas, el difumino y la toalla, cuando ya me disponía a ir a la silla tomé como último recurso una sanguina tostada, quizá la necesitaba, o tal vez no, era difícil decidirme con tanto para escoger, pero era solo la primera prueba así que el carboncillo y la sanguina estarían bien.

Me dirigí a la silla acompañada de Zafiro que me tenía abrazada por la cintura

-¿no vas a disponer de la modelo?
Me dijo con un suave tono seductor en su voz

-claro que sí, y empezaré por quitar todo esto
Dije tomando su vestido, pero ella me tomó de las manos impidiéndome avanzar

-Se equivoca, apreciada artista, solo me desnudaré si usted también lo hace, de lo contrario tendrás que dibujar el diván únicamente.

Uh… Zafiro seduciéndome. Sonreí inevitablemente ante su descaro, y abrí mis brazos para que ella dispusiera de mí. Sin hacerse esperar me quitó la ropa, no sin dejar sugerentes caricias en mi piel que iban nublando todos mis sentidos, ella se divertía al ver mi estado de excitación, susurrándome al oído

-Tendrá que contenerse dibujante, o no tendrá trabajos que mostrar mañana y perderá la asignatura

Inspiré profundamente tratando de serenarme, pero su aroma me envolvió llevándome a la locura, ella se separó un paso de mí para mirarme, y esa mirada fue la perdición de mi escaso autocontrol, me abalancé sobre ella besándola apasionadamente, pero ella supo frenar el ímpetu de mi beso con su respuesta suave y delicada, terminando el beso con un suave roce de sus labios.

-ahora es su turno de desvestir a la modelo, querida artista

Tomó mis manos entre las suyas para llevarlas a su vestido, me detuve un segundo para disfrutar la calidez que emanaba de su cuerpo pegado al mío, luego dirigí mis manos al cierre en su espalda y con lenta suavidad abrí la cremallera, mis manos hicieron el camino de regreso subiendo por la piel de su espalda hasta sus hombros, tomé la tela de las mangas y la deslicé por sus brazos dejando que la gravedad hiciera el resto del trabajo, el vestido cayó al suelo mientras mis manos se apoderaron de su cintura y buscaron el camino a sus preciosos senos, solo las bragas evitaban su completa desnudez, pero no tenía prisa en quitarlas, sus erectos pezones y el aroma de su cuello tenían toda mi atención por el momento.

Mis caricias suscitaron la respuesta de Zafiro, pues sus manos comenzaron a dibujar senderos en mi espalda, yo seguía mi ritual de besos y caricias bajando con mis dos manos por su vientre hasta encontrar el borde de sus bragas, metí en ellas mis pulgares y rodeé su cadera para deslizar la pequeña prenda hacia sus muslos, y mientras mis manos bajaban, mi boca hacía su propio camino de besos hasta su pezón izquierdo, me apoderé de él con delicadas caricias de mi lengua, a la par que mis dedos encontraban sus tobillos, dejé caer la prenda al suelo para emprender el camino de regreso con la yema de mis dedos acariciando la longitud de sus torneadas piernas, mi boca alternó sus atenciones con el pezón derecho, y mis manos se apoderaron de sus glúteos y la parte baja de su espalda. Las manos de zafiro por su parte iban de mis hombros a mi cabello, enredando sus dedos en mis cortos mechones y halando suavemente al ritmo de mis besos.

Acaricié con mi nariz el contorno bajo de sus senos y siguiendo por su vientre hasta encontrar su ombligo, mis manos bajaron de sus glúteos a la parte posterior de sus rodillas, para luego subir lentamente por la cara interior de sus muslos, mi lengua por su parte jugaba con su ombligo y su bajo vientre, rodeé con mis besos su pelvis mientras mis manos encontraron sus labios vaginales, ella abrió un poco más sus piernas para darme un mejor acceso, mi nariz se saturó con su delicioso aroma y mi lengua probó sus flujos que ya la habían humedecido notablemente, saboreé su clítoris mientras uno de mis dedos se aventuraba en su interior.

Perdí la noción del tiempo disfrutando de aquel manjar, las contracciones de su vagina, un leve temblor de sus piernas y el quejido de placer de su boca me indicaron que ella había alanzado el éxtasis  gracias a mí, y con solo oírla mi propio orgasmo me llenó mientras me fundía en ese particular e íntimo beso. Ella me tomó por los hombros poniéndome en pie para fusionarse conmigo en un apasionado y cálido beso.

Nuestro abrazo duró unos cuantos minutos. Cuando al fin recobramos la compostura ella unió su frente a la mía y susurró

-¿Será que la dibujante ya se siente lo suficientemente preparada?

-es usted una modelo irresistible señorita


Sonreímos por nuestros propios comentarios, pero ella besó mi nariz y luego mi frente, para separarse de mí y descansar en el diván. 

Yo la seguí con la mirada, tardé unos segundos en reaccionar y buscar mi propio puesto para comenzar mi boceto. 

Tuve que respirar varias veces, pues mi cuerpo aún temblaba de emoción, pero al fin con seguridad mi mano fue dejando trazos firmes en el papel, mientras mis ojos se deleitaban con su figura y una sonrisa se estableció permanentemente en mi rostro. Estaba plenamente feliz

12 comentarios:

  1. Bueno, al parecer la semana de parciales me ha dejado algo inspirada, aquí les dejo el capítulo 12, si, ya sé, inesperado también para mí, pero me alegra poder escribir tan seguido, hay que aprovechar las letras cuando llegan.
    Espero que lo disfruten, y si no, pues que al menos no les aburra :)
    Feliz noche de domingo

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  2. Hola Lis, hace una semana, por un afortunado error para mí, me topé con tu diario. Me gusta mucho esta historia, espero que mantengas la inspiración así no me mata la incertidumbre :P
    Aparte de felicitarte por tu imaginación te agradezco enormemente el cuidado ortográfico y gramatical, es un placer leer tus escritos. Seguí así...

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    1. Gracias María Laura, me alegra que vengas a visitar mi blog y que te agraden mis escritos, gracias por comentar, un cálido abrazo desde Medellín

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    2. Perdón mi ignorancia, pero ya que estamos aprendo geografía, que no es lo mío, Medellín en Colombia, Argentina, o España... Quizá hay más que desconozco...
      Por la manera de escribir me imagino que Colombia...

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    3. Acertaste, soy Colombiana ;)

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    4. Jaja, me lo dijeron tus verbos, los argentinos acentuamos distinto.
      Espero tengas una linda semana llena de inspiración, o sólo una linda semana, saludos de la tierra del sol y del buen vino ;)

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    5. Tan hermosa!!! gracias :D una bella semana también para ti

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  3. Queridas lectoras y lectores, no sean tan tímidos y dejen sus comentarios :D

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  4. Si yo fuera Lisa.... nunca habria empezado los bocetos. Me encanta tu forma de describir esos momentos calientitos, en la medida exacta sin exagerar la dosis.

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  5. La verdad si... no tenes una zafiro por ahi guardada?

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