Quiero probar los besos de tu boca,
que han de saber a miel, canela y chocolate,
a brisa de mar
y noche fresca,
roja tentación que se cuela entre mis sueños,
y me embriaga
con anhelo delirante
de solo imaginar el licor de tu dulzura;
quiero probar tus labios suavemente,
cual catador experto frente a vinos exquisitos,
y degustar esa ambrosía que se guarda tan celosamente
tras las rosadas puertas de tu sonrisa.
jueves, 22 de octubre de 2015
viernes, 14 de agosto de 2015
Poema a mi amor desconocido
Hogar es el tacto suave de tu voz
acariciando mi corazón cansado,
es el dulce hechizo de tu aroma
que cobija mi alma en la fría noche.
Hogar es tu mirada, que me vacía y me desborda,
esos ojos tuyos que al encontrarse con los míos
apagan mi sed y me sosiegan,
tú me encuentras y te encuentro
y al calor de tus brazos me siento al fin en casa.
Hogar es tu corazón, que da cobijo
a este amor que libremente yo te entrego.
Hogar es tu amor, que abre mis alas
y me empuja al vasto cielo
para seguir volando desnuda y sin cadenas
tan sólo el ser como equipaje
y la luz del infinito como meta.
¿Dónde estás amor, por qué no llegas?
servido está el vino y hay fuego en la hoguera
a la mesa pan fresco, blanco mantel y velas nuevas,
un cálido abrazo esperando en la puerta
y el corazón abierto para cuando vengas.
acariciando mi corazón cansado,
es el dulce hechizo de tu aroma
que cobija mi alma en la fría noche.
Hogar es tu mirada, que me vacía y me desborda,
esos ojos tuyos que al encontrarse con los míos
apagan mi sed y me sosiegan,
tú me encuentras y te encuentro
y al calor de tus brazos me siento al fin en casa.
Hogar es tu corazón, que da cobijo
a este amor que libremente yo te entrego.
Hogar es tu amor, que abre mis alas
y me empuja al vasto cielo
para seguir volando desnuda y sin cadenas
tan sólo el ser como equipaje
y la luz del infinito como meta.
¿Dónde estás amor, por qué no llegas?
servido está el vino y hay fuego en la hoguera
a la mesa pan fresco, blanco mantel y velas nuevas,
un cálido abrazo esperando en la puerta
y el corazón abierto para cuando vengas.
sábado, 8 de agosto de 2015
Zafiro 24
Salimos del
auto simultáneamente. Lo primero que notaron mis ojos es que había una pequeña
multitud de barcas de todos los tamaños, todas ocupadas por pescadores que
llegaban a ofrecer el fruto de su trabajo en altamar. La luz de esa hora le
daba un matiz entre cálido y frío a toda la escena, era una vista preciosa.
Simultáneamente mi piel registró la temperatura un poco alta a pesar de ser una
hora tan temprana, sin embargo la brisa marina hacía que esa sensación cálida
fuera muy placentera.
Zafiro tenía
razón, era el lugar perfecto para probar si su barrera invisible aún
permanecía. Volví mi mirada hacia ella, estaba como yo, muy quieta junto a la
puerta de Skadi mirando la multitud de manera calculadora, el sol le daba en el
rostro haciendo brillar su piel y quedé un poco embelesada contemplándola, pero
entonces caí en cuenta de que si no llamaba la atención por su “barrera” lo
haría por su piel
-¡Zafiro!
Ella me miró
curiosa
-dime
-¿no deberíamos
usar algo de camuflaje?
-¿camuflaje?
-sí, entra al
auto y hablamos
Me obedeció por
curiosidad, y una vez dentro le expuse mi teoría
-Cariño, tanto
si ha funcionado como si no, no queremos armar un alboroto ¿verdad?
Me miró
confundida y respondió dubitativa levantando una de sus cejas
-pues… esa es
la idea
-van a notar el
brillo de tu piel expuesta al sol, y tu color… creerán que eres Shiva o alguna
de sus divinidades, pues sus dioses tienen la piel azul
-¡Claro! Lo
había olvidado, estaba tratando de gestionar tantas sensaciones nuevas para mí
que pasé por alto ese detalle, pero sí que venimos preparadas
-¿venimos?
-por supuesto
cariño, debemos ser convincentes
Dio una orden a
Skadi y una pequeña gaveta se desplegó justo detrás de los asientos, ella sacó
unas telas preciosas y las puso sobre mis rodillas
-tendremos que
vestirnos, ven, conozco una zona despoblada muy cerca
En cuestión de
segundos estábamos en otra parte de la costa muy solitaria, el paisaje allí era
más desértico. Nos bajamos del auto y ella comenzó a envolverme con una de esas
telas, era de un color azul cielo con figuras plateadas y violeta, una amplia
franja del mismo color bordeaba toda la tela, cuando Zafiro terminó me miró
satisfecha de su obra, entonces me giró para que viera mi reflejo en los
vidrios del auto y quedé sorprendida me veía como una mujer hindú. Ella por su
parte tomó la tela verde manzana y amarillo, con bordados en blanco. Las dos
llevábamos velo, ella para ocultar un poco su tono violeta y yo para disimular
mi corte de cabello.
No podía faltar
el maquillaje y pude ver que tenía una gran destreza al hacerlo, pues logró una
tonalidad canela muy convincente para su piel, de manera que no tendría
diferencia alguna con las mujeres locales, estuve tentada a pedirle que me
hiciera lo mismo, ya que ahora a su lado parecía albina.
Sin más demora
volvimos al puerto inicial y la aglomeración de personas era mucho mayor.
-Bien Lisa,
bajaremos en aquel punto que está un poco más despejado y trataremos de ir a la
zona de mercado, por favor no te separes de mí, tengo la sensación de que el
experimento ha funcionado y no nos notarán
-no tengo
intenciones de alejarme de ti, así que ¿qué estamos esperando?
Salimos de
nuevo, esta vez con paso decidido, no lo había notado pero el “auto” había
adoptado la forma de un pequeño yate blanco, miré intrigada a Zafiro
-es solo un
holograma escudo… camuflaje, ¿recuerdas?
-para ser un
holograma me parece muy sólido
-es uno muy
convincente
Zafiro había
escogido bien el sitio, el pequeño muelle de madera estaba solitario en el
momento que bajamos, pero a medida que avanzamos se fue llenando de hombres
que, como nosotras, acababan de atracar.
Me tensé un
poco porque esperaba las reacciones de pánico, pero nada sucedió, al contrario,
al estar cerca de nosotras ralentizaban sus pasos y nos miraban sonrientes, así
que le dije casi susurrando
-genial, lo de
pasar desapercibidas no lo logramos
-solo están
llenos de testosterona y el paso de un par de bellezas femeninas no los puede
dejar indiferentes
-por el momento
nadie ha entrado en pánico, así que este éxito hay que celebrarlo
-no todavía,
hay algo extraño
-¿a qué te
refieres?, yo veo todo muy calmado
-exacto…
demasiada calma para tanta gente
Efectivamente
pude comprobar cómo todo alrededor estaba tan calmado que hasta la brisa y el
oleaje del mar parecían haberse serenado, ya llegábamos al final del pequeño
muelle y en la calle que transcurría paralela al mar había tanto flujo de
personas que parecía imposible caminar, sin embargo todos estaban estáticos,
mirándose sorprendidos unos a otros, como si abrieran los ojos a la vida por
primera vez, otros miraban al cielo y unos cuantos habían adoptado una postura
de meditación, solo los niños, al menos los que alcanzaba a ver entre la muchedumbre,
estaban felizmente asombrados con todo
-¿no notas nada
extraño? Me dijo Zafiro mirándome a los ojos por primera vez desde que
desembarcamos
-Sí- contesté
en un susurro, -parece que llegamos a la ciudad más feliz del mundo, míralos no
más, había escuchado que la India era un país religioso, pero no creí que lo
fuera tanto, viven como en el paraíso
-sí, claro-
respondió con sarcasmo. –y yo soy la madre Teresa… ¡esto no es normal Lisa!
-pues a mí me
parece maravilloso, relájate mujer, tu cura ha funcionado, por qué no mejor
vamos y aprovechamos el paseo ya que estamos aquí, disfruta hacer turismo por
primera vez en tu vida
Ladeó su cabeza
mientras me daba una de esas miradas que me penetraban hasta el alma, y
entonces comenzó a sonreír con calidez, entrelazó su brazo con el mío y mirando
a la muchedumbre avanzó con su felina elegancia, yo caminaba a su lado feliz de
verla avanzar entre la gente con libertad, era esto lo que buscaba en primer
lugar cuando me buscó, y lo consiguió, pero lo mejor de todo es que yo estaba
junto a ella para contemplar el fruto de su persistencia y verla disfrutar de
su éxito. Mi pecho estaba lleno de orgullo mientras avanzaba junto a ella sin
dejar de contemplarla sonriente, lo que sea que había en mi ADN le había
servido, había podido ayudarla y esa era mi mayor satisfacción.
-para ser una
turista te estás perdiendo del paisaje- me dijo sacándome de mis pensamientos
-¿eh?
-no has dejado
de mirarme en todo el camino y ya nos encontramos en medio de las calles con
más flujo de gente, por si no lo has notado
Miré en
derredor, no caminábamos, éramos arrastradas por el flujo de personas que
avanzaban en una calle atestada de tiendas de telas, variedades y puestos
ambulantes de comidas, para mi sorpresa no había tanto ruido, todos allí tenían
la misma expresión de éxtasis que los del muelle, esto ya era muy raro.
-puedo ver que
la felicidad es un estado general de esta gente
-no lo es, ven,
entremos a uno de los restaurantes y probamos la comida local, así nos sentamos
un momento y tratamos de aclarar lo que está sucediendo
Avanzamos un
par de calles más y llegamos a lo que parecía un restaurante muy elegante, el
Valet de la entrada apenas si nos miró, sumergido como estaba en su estado
extático mirando sonriente al infinito, Zafiro intercambió unas palabras en
hindú con el elegante recepcionista, quien gustoso y con un elevado grado de
cortesía nos llevó a una mesa privada en la parte más exclusiva del lugar, nos
entregó la carta y se retiró después de varias reverencias
-¿qué le has
dicho?
-le he pedido
una mesa exclusiva para que podamos hablar tranquilamente y nos ha traído hasta
aquí
-pero nos ha
tratado como si fuéramos de la realeza
-eso se debe a
que está plenamente feliz, como todos aquí, por eso nos ha tratado con tanta
amabilidad
-entiendo- dije
no muy convencida, y tomé la carta que nos había entregado el amable hombre,
nada más que por tener las manos ocupadas, ya que todo estaba en una lengua
totalmente desconocida para mí, aun así me detuve a admirar la fina estética
con que estaba elaborada esa carta de comidas. –es hermosa la carta, parece un
manuscrito ilustrado de la edad media
-y sus platos
son deliciosos también
-eso no podría
saberlo ni aunque pudiera entender el idioma
-Confía en mí,
estarás encantada de probar su gastronomía
-siempre lo
hago, no me cabe la más mínima duda sobre tu gusto, lo que sea que escojas será
exquisito, ésa es una certeza
Me sonrió
ampliamente y con un elegante gesto llamó a uno de los meseros y le hizo el
pedido, luego juntó sus manos reposando el mentón sobre ellas y me miró en
silencio a los ojos, podía verla tratando de organizar sus ideas, tenía ese
brillo perspicaz que se asomaba a sus ojos cada que hablaba de ciencia o que me
explicaba sus teorías filosóficas, por tanto aguardé en silencio a que hablara,
sabía que no había podido relajarse desde que llegamos, su mirada no había
dejado de analizarlo todo aunque adoptara esa actitud elegante y desinteresada
en su semblante y caminar. Esperaba una de sus extensas reflexiones, pero sólo
me hizo una pregunta
-¿Recuerdas
cuál era tu estado de ánimo mientras estabas en mi laboratorio?
Dudé un
momento.
-¿te refieres a…?
-mientras te “estudiaba”
-querrás decir
mientras me operabas y hacías todo este cambio
-como digas, ¿pero
recuerdas cómo te sentías en ese momento?
-¡cómo
olvidarlo!! Estaba en el paraíso, nunca había experimentado algo así, era como los
místicos describen el cielo, o el nirvana, o como los teólogos hablan del
estado perfecto ante la presencia de Dios: paz y felicidad perfectas, así me
sentí
Ocultó su
rostro entre las manos
-¡Oh por todos
los dioses!!
-¿qué sucede?
-pues que ese
estado es lo que todos experimentan ahora. Al parecer tu ADN se transformó
mientras estabas en ese “éxtasis” y al mezclarlo con mis células, la onda que
activaba el pánico ha cambiado de frecuencia, por así decirlo; ahora influye no
sólo en la amígdala cerebral sino también en el lóbulo frontal, y lo peor es
que se ha elevado su potencia afectando a todo ser humano que se encuentre en un
radio de 10 km alrededor de mí, pero no a ti por supuesto, sigues siendo
inmune.
Parecía cansada
y frustrada. Guardé silencio por un breve momento mientras asimilaba sus
palabras
-puedes pedir
una botella de champán por favor
Me miró
totalmente confundida
-¿qué?
-por favor
-pero… ¿qué?...
no es momento para bromas
-no estoy bromeando,
hablo muy en serio, pide la botella
-pero si no
toleras el alcohol
-creí que
habías solucionado ese detalle, y definitivamente beberé champán, es un momento
para celebrar
-para ya, me
confundes
-Cariño, de
verdad, no entiendo tu preocupación, me parece maravilloso, lo que ha pasado en
ti es mejor de lo que podías imaginar, ahora eres una portadora de paz
-no era eso lo
que quería, no quiero seguir manipulando las emociones de las personas
-míralo de esta
manera: ahora eres una embajadora de paz, ¿te imaginas lo que tu mera presencia
lograría en zonas de conflicto? Muchísimas personas mueren sin experimentar ese
estado de felicidad, piensa nada más en lo que estás logrando en esta ciudad
justo ahora
Levanté mi mano
y llamé al mesero más cercano y pronuncié lentamente: -champán please- Zafiro
me miró entrecerrando sus ojos antes de dirigirse al joven en su lengua materna
y traducirle mi pedido
-lo ves,
míralos a todos, están genuinamente felices
-pero parecen
atontados
-yo veo que
continúan con sus vidas, solo que sin tanta prisa, están en paz, ya quiero ver
lo que logras en alguien depresivo
-ese es el
problema, es un estado inducido, no han llegado allí por sí mismos
-y eso qué, es
lo mejor que podría pasarles, quizá experimentarlo les ayude a transformar sus
vidas, deja de ver problemas donde no los hay
Justo en ese
momento llegó el joven con la botella de champán y un par de delicadas copas de
cristal cuya base estaba finamente labrada, le sonreí mientras él servía atento
una de las copas y se la pasaba a Zafiro, ella cual experta catadora hizo girar
el dorado líquido en la copa acercándola a su olfato con gesto concentrado y
probando solo un poco entre sus labios, ya sabía yo que lo hacía para guardar
las apariencias, pues su olfato podría conocer perfectamente la calidad del
licor sin sacarlo de la botella, pero aun así ella hizo una perfecta puesta en
escena antes de aprobar la cosecha y
pedir que nos sirvieran las copas espumantes.
La levanté para
brindar mirándola a los ojos con genuina alegría
-Por ti y por
la paz que traerás al mundo
Ella sonrió
para acercar su copa a la mía
-Por tu
compañía y apoyo, pues esto lo he logrado gracias a ti
-¡salud!-
dijimos al unísono mientras nuestras copas tintineaban y cruzábamos nuestras
miradas sonrientes.
viernes, 27 de febrero de 2015
Intuición
Este punto, este estado, este no sé qué en el que estoy... sí, ese mismo en el que todo desencaja, en el que la mente no se enfoca, en el que los afectos son solo vacío, silencio, búsqueda a tientas pues nada es lo que se busca. Ese no querer, hastío de todo, del pensar, del sentir, del hacer, y a la vez la necesidad casi asfixiante, necesidad de sentir, de ser, de vivir pero sin la certeza clara del qué, ¿sentir, ser qué? ¿esto es el limbo? andar como flotando en ese espacio informe, vasto, extenso e inefable que se siente casi como la soledad, el silencio y la nada, indefinible, inasible, intangible pero omnipresente, como líquido amniótico en el que floto a ciegas... sin punto de referencia, ni alto, ni bajo, ni profundo, sin horizonte, sin tiempo ni espacio, tal como imagino la vastedad del cosmos... como la muerte... como el no ser... como el silencio previo al parto, como... nada, solo yo en esta ambigüedad, impotente potencia, fuerza latente, como la semilla en las oscuras entrañas de la tierra, sola enfrentándose al caos, a la fuerza germinante que la destruye y la conduce a un nuevo estado del ser.
Así estoy... ni pesimista ni optimista, solo silente, impasible esperando el momento en el que todo este caos interno se revele y de paso al fin a una nueva forma de existencia.
Justo en ese punto exacto de calma perfecta que precede a la más gloriosa, explosiva y magnífica tormenta... o tal vez no pase nada, y sea la nada la continuidad de ese silencio.
Así estoy... ni pesimista ni optimista, solo silente, impasible esperando el momento en el que todo este caos interno se revele y de paso al fin a una nueva forma de existencia.
Justo en ese punto exacto de calma perfecta que precede a la más gloriosa, explosiva y magnífica tormenta... o tal vez no pase nada, y sea la nada la continuidad de ese silencio.
martes, 24 de febrero de 2015
Aviso importante
Blogger cambiará sus políticas de privacidad, no sé cómo afectará eso a este blog... pero, por si acaso les invito a que se unan a la página que creé en facebook para este blog, allí veremos qué sucede con estas nuevas políticas y me pueden escribir en caso de que no puedan ver las entradas, de esta manera vemos cómo les comparto los capítulos y encontramos soluciones:
https://www.facebook.com/pages/Zafiro/1486174474956627
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lunes, 26 de enero de 2015
Zafiro 23
Quedé un poco
sorprendida, por supuesto que había escuchado sobre los rayos del Catatumbo,
pero verlos en persona sería tan emocionante, estaba tratando de asimilar la
información, muy seguramente con mi cara de idiota, cuando Zafiro me tomó de
una mano y me hizo dar una graciosa vuelta sobre mí misma
-¿y bien, te
gustan los cambios?
-¿cambios?
No tenía la
menor idea de qué estaba hablando, ¿acaso no íbamos rumbo al Catatumbo? O dijo
algo más y no la escuché, ¿de qué me perdí?
-jajajajajaja
tu cara es un poema, mírate, ¿o pensaste que saldríamos de aquí sin dejar que
te vieras al espejo?
-ah…
No había notado
que estaba frente al enorme espejo de su baño, ella estaba justo detrás, con
sus manos en mi cintura, mirándome por el espejo sobre mi hombro derecho, le
sonreí y me fijé en mi propio reflejo.
Por un momento
quedé sin palabras, siempre me había gustado lo que veía en el espejo, pero
ahora parecía que veía el reflejo de mí misma a los 20 años, los cambios eran
muy sutiles y eso me encantaba, era yo misma, pero más joven, lo único notable
era el cabello, su color castaño se había aclarado unos dos tonos y había
adquirido un toque rojizo que le daba más armonía a mi rostro, y mis cejas
ahora lucían perfectas, agradablemente más pobladas y mejor delineadas, mis
ojos habían ganado con ese pequeño cambio.
Mi sonrisa se
ensanchó, levanté los brazos eufórica y di una vuelta para quedar frente a
Zafiro y agradecerle apropiadamente. Mi beso la sorprendió por un instante pero
en seguida me respondió, fue un beso cargado de alegría, juntas lo terminamos
con una gran sonrisa
-eres
maravillosa, gracias de corazón, por todo
-gracias a ti,
me has dado esperanza, y sabes… me gustas mucho, pero los cambios que sugeriste
realmente se sientan de maravilla
-cambios que tú
hiciste- enfaticé- me veo tan joven
-eso es porque
rejuvenecí la edad biológica de tu cuerpo
-¿cómo?
-sí, rejuvenecí
todas tus células, ahora tienes el cuerpo de unos 19-20 años aproximadamente
-waaao, me has
quitado literalmente 10 años de encima…¡¡¡y me encanta!!!!
-me alegra que
te hayan gustado los cambios
-no me gustan,
me fascinan… ahora sí ¿nos vamos?
-Vamos
Subimos a Skadi
y ésta salió disparada hacia el cielo con ese estallido bajo que ya conocía, al
instante ya habíamos descendido sobre el mar, era intimidante, el negro reinaba
solemnemente, sabía que estábamos sobre el agua por los suaves destellos
plateados que la luz de la luna reflejaba sobre su ondulada superficie. Pero
apenas si pude apreciar el negro paisaje, al siguiente segundo ya teníamos
justo enfrente la imponente luz violeta de una descarga eléctrica.
Zafiro redujo
notablemente la velocidad, como si navegáramos tranquilamente sobre el río.
Habíamos remontado el Catatumbo desde su desembocadura en el lago Maracaibo y
ahora nos acercábamos a una de sus orillas. Nos detuvimos en tierra, en una
zona rocosa por lo que pude apreciar con el destello del siguiente relámpago,
justo detrás de una enorme piedra un poco más grande que Skadi
-Por favor
quédate dentro, no es seguro para ti que salgas, podrás verlo todo desde aquí
pero te suplico que no salgas por ningún motivo
-no pensaba
salir, aquí la inmortal eres tú
-Skadi es muy
segura, estarás bien
-lo sé, ve
tranquila, te espero aquí
El dispositivo
de seguridad nos liberó y ella se giró hacia mí, correspondí su gesto, por
primera vez vi en Zafiro un atisbo de nerviosismo, estaba ante lo que sería un
evento muy importante en su vida si lo que iba a realizar tenía éxito. Inspiré profundo
y me acerqué a ella lo que más me permitía aquella postura, uní mi frente a la
suya y tomé su rostro entre mis manos.
-todo estará
bien
Susurré junto a
sus labios una y otra vez tratando de transmitirle todo mi apoyo
-todo estará
bien, confía
La sentí
inspirar profundamente, depositó un ligero beso sobre mis labios y salió, una
vez fuera se despojó de sus ropas, las dejó sobre su silla y cerró la puerta
activando a la vez el sistema de seguridad que me sujetó a mi propia silla. Se
quedó un momento en pie junto al auto y luego la vi caminar lentamente hasta
subir a lo más alto de la piedra junto a la que nos habíamos detenido. Se quedó
en pie, como una majestuosa estatua de hielo, sostenía entre sus manos el
frasco con el extracto de mi ADN, lo sabía porque la había visto tomarlo entre
sus dedos, pero a ojos de cualquier otro observador incauto parecería que ella
estaba orando, su semblante reflejaba la concentración pura.
Sentí el cambio
en la atmósfera, las nubes brillaron con las luces azul violeta de varios
relámpagos, la carga eléctrica se notaba en el aire. El primer rayo cayó
potente sobre Zafiro, una hermosa descarga de luz de tonos violeta, ella lo
esperaba con los brazos abiertos y el rostro dirigido al cielo, su cuerpo
entero se transformó en luz por un brevísimo instante, elevándose casi un metro
sobre la roca. Dos esferas de luz se formaron en torno a sus manos, las fue
acercando frente a su pecho y las dos esferas fueron una, ésta levitó
lentamente hasta estar justo sobre su frente, y, en ese momento una descarga más
potente que la anterior cayó sobre ella, y luego otra más, y otra más y otra
más.
Los rayos
descendían sobre la roca, pues ya me era imposible distinguir su figura entre
tanta luz, sin contar que el sonido era ensordecedor. Mi corazón se encogió, ¿y
si no había resultado?, ¿y si en lugar de hacerle bien le había hecho daño?, ¿y
si se había vuelto vulnerable?, sentí crecer el pánico en mi pecho, no podía
perderla así.
-¡¡¡ZAFIRO!!!
El grito se
escapó de mi garganta, quería salir corriendo y abrazarla, saber que todo
estaba bien, que ella estaba bien, pero por más que luché no pude liberarme de
mi asiento y las lágrimas inundaron mis ojos nublando mi visión, solo
distinguía los flashes de luz que me indicaban que la lluvia de rayos seguía
cayendo implacable sobre aquella roca donde estaba la mujer que amaba. Sí, ella
tenía que estar ahí, no soportaba el pensamiento de que algo le hiciera daño y
un momento de duda había bastado para hacerme ver que era posible su pérdida.
Su nombre salió
de mis labios como un grito, como una súplica, como una necesidad, las lágrimas
eran ya un torrente, no soportaba más la incertidumbre y los flashes de luz no
se interrumpían. Ya no pude pronunciar más palabras, solo sollozaba impotente
mirando aquella danza de luz que se me hizo macabra.
Cuando creía
colapsar un eco de sus palabras vino a mi mente, “si logras desarrollar el autocontrol, podrás tener un mejor dominio de
ti misma que el resto de los humanos” necesitaba serenarme. Respiré
profundamente una y otra vez hasta que las lágrimas cesaron “medita” Cerré mis ojos y me centré en
el propio latido de mi corazón hasta que su ritmo dejó de ser un frenesí
alocado para convertirse en una suave danza de pulsaciones más serena cada vez.
Cuando la paz volvió a mí abrí los ojos.
Parecía que una
estrella se había posado sobre la roca y extendía ramas de luz hacia las nubes,
aunque bien sabía que el proceso era a la inversa y eran las nubes quienes
alimentaban aquella esfera luminosa, tuve que protegerme del resplandor con una
mano, pues se había hecho demasiado intenso como para mirarlo fijamente.
Después de lo
que me pareció una eternidad la luz disminuyó a medida que los rayos fueron haciéndose
más escasos, luego todo quedó en silencio y no hubo más descargas, solo una
figura luminosa en pie sobre la roca, quien la viera diría que era una
aparición divina, un ángel, una diosa, imponente, hermosa, majestuosa, hecha
solo de luz.
Lentamente descendió
y se ubicó junto a mi puerta que se abrió y al instante la silla me liberó de
su prisión, quedé en pié frente a ella, muda ante la majestuosidad de su
aspecto, Dios tendrá que verse de manera parecida, pues todo lo que me ordenaba
mi instinto era inclinarme a sus pies y adorarla, sin embargo sus manos cálidas
tomaron las mías mucho antes que mi cuerpo hiciera movimiento alguno. Me es
imposible describir con palabras lo que estaban viendo mis ojos.
Su mano derecha
se posó bajo mi mentón y me hizo alzar el rostro para encontrarme con su
mirada, ella sonreía dulcemente, yo sonreí y quebré la barrera de mi propia
estupefacción, en un impulso la abracé estrechamente
-¡estás aquí!
-aquí estoy
-por un momento
creí que te había perdido
-lo sé, te
escuché
-estás aquí, no
vuelvas a hacerme algo así, no puedo soportarlo
-tranquila, al
parecer sigo siendo indestructible
-¿funcionó?
-pues por el
momento tu ADN se ha mezclado con el de las células de mi amígdala cerebral y
éstas no lo han rechazado, así que esa parte funcionó, habrá que comprobar si
ha logrado derribar la barrera de terror
La abracé por
un momento más hasta que ella suavemente se separó de mí
-vamos antes
que vengan de nuevo sobre mí, los atraigo irremediablemente, soy para ellos como
un imán
Me hizo entrar
de nuevo en el auto, se vistió y se sentó en su lugar y salimos de allí
-creí que nos
quedaríamos aquí eternamente
-solo fue una
hora
-oh, no lo
creo, fue demasiado tiempo
-no, comprueba
el reloj
-¿qué reloj?
Me entregó mi
celular. ¿pero cómo…? Lo miré y efectivamente eran las 8 de la noche, solo
había pasado una hora desde que salimos de su casa
-¿cómo es que llegó
mi celular aquí?
-creí que lo
necesitarías
Suspiré resignada,
¿en qué momento había pensado en ese bendito aparato?, pero así es ella,
siempre sorprendiéndome.
-¿Cuánto tiempo
durarás así, ya sabes- la señalé completa- con toda esa luz?
-ah, ya pasará
en una media hora
-tienes el
aspecto de una divinidad
-todos los que
me han visto luego de un banquete de éstos piensan lo mismo
-no puedo
imaginar por qué será, no es como si estuvieras brillando con luz propia
Soltó una
sonora carcajada ante mi sarcasmo
-jajajaja
claro, no sé por qué, tal vez en la mente colectiva un dios está hecho de luz y
al verme así inmediatamente la imagen visual concuerda perfectamente con la
imagen mental y… ¡taraaan! Aquí hay un dios frente a mí
-¿y a dónde nos
dirigimos tan lentamente?
-¿voy muy
lento?
-si llegamos aquí
desde Medellín en menos de un minuto y ahora que vamos tan tranquilamente por
el lago Maracaibo no dejo de sentir curiosidad
-pues estoy
haciendo tiempo hasta dejar de ser un ente luminoso, estaremos llegando a Bombay
en aproximadamente 45 minutos
-¿Bombay?
-para entonces
allí serán casi las 7 de la mañana y sus calles estarán tan abarrotadas que
tendremos que avanzar a empujones… el sitio perfecto para saber si por fin dejé
de causar terror a la raza humana
-¿y si no?
-habrá una
estampida
-suena peligroso
-así es, pero
seremos cuidadosas, no te preocupes, mientras tanto, ¿prefieres hacer el viaje
por mar o por aire?
-nunca he
navegado, pero preferiría hacerlo de día, el mar de noche es intimidante
-oh, no lo es,
es hermoso, solo que no lo has apreciado bien, por eso le temes… entonces, por
mar será
Skadi se
deslizaba suavemente sobre las olas, hacía ya unos minutos que habíamos dejado
atrás las costas venezolanas y nos adentrábamos en el océano atlántico, me
mostró en un holograma del globo terráqueo la ruta que estábamos tomando, formando
una S desde el lago de Maracaibo hasta las costas de la India. En ese momento íbamos
en medio del océano frente a Brasil y Nueva Guinea rumbo hacia el sur
-en unos 10
minutos estaremos cerca del polo sur, ¿quieres dar un vistazo?
-me encantaría,
pero creo que no vengo vestida apropiadamente para esas temperaturas
-pero no he
hablado de caminatas, solo si quieres ver desde aquí
-Entonces supongo
que sí, no quiero congelarme
-bien,
entraremos solo un momento y luego seguiremos
Efectivamente
diez minutos después nos adentrábamos por la hermosa blancura del polo sur, por
primera vez en mi vida podía ver la nieve y eso me emocionó profundamente, no
me importó el frío, le pedí que se detuviera y nos bajamos unos minutos, el
cambio de temperatura fue brutal, pero estaba feliz de poder tocar la nieve con
mis manos y caminar un poco por aquel valle plateado, Zafiro se mantuvo junto a
mí transmitiéndome su calor evitando así que el frío austral me hiciera daño.
En medio de
aquella blancura Zafiro parecía brillar aún más, pero demasiado pronto para mi
gusto, mis pies no resistieron tanto frío y tuvimos que volver dentro de Skadi
y reanudar nuestro camino, poco a poco fui notando que el resplandor de su piel
se iba atenuando así como nos acercábamos progresivamente al amanecer, cuando vimos
las primeras luces de la aurora íbamos ya frente a las costas de Somalia, pocos
minutos después teníamos a Bombay frente a nosotras, para entonces Zafiro había
vuelto a la normalidad con su hermosa piel azul frente al sol de la mañana que
la hacía parecer de hielo pulido. Suspiró audiblemente.
-llegó la hora
de la verdad
-¿nerviosa?
-yo diría que
expectante, entraremos por uno de los puertos más alejados, y si todo va bien
iremos al centro de la cuidad
Avanzamos lentamente
hasta que se detuvo en el puerto que había señalado, nos miramos y permanecimos
en silencio un instante, quitó la seguridad de las sillas y me sonrió, no
necesitamos palabras, la resolución estaba ya en sus ojos, y las puertas se
abrieron.
domingo, 25 de enero de 2015
Zafiro 22
Aún no había
amanecido cuando sus besos me despertaron, un ronroneo de placer se escapó de
mi garganta y me abracé aún más a su cuerpo, amo tanto su delicadeza, y
despertar en sus brazos es lo mejor. Cuando me dí cuenta ella me había envuelto
en la sábana y me llevaba por los pasillos de la casa como si yo fuera un bebé
-¿a dónde me
llevas eh?
-a mi
laboratorio
-pero si aún no
amanece
-oh si, ya veo
el espectro solar en el horizonte, en unos 10 minutos será visible para ti
-y no podíamos
esperar hasta que el sol se viera entero por la ventana
-no, prefiero
aprovechar cada segundo de luz y espero haber terminado al atardecer, así que
empezamos ya
-¿en serio?...entonces
bájame, no me he bañado, debería ir a ponerme decente ¿no crees?
-no, estás
bien, luego iremos juntas a la ducha, o al lago, o al cuerpo de agua que
prefieras
-eh… ¿tengo
hambre?
-no es verdad,
solo estás nerviosa, tranquila, estarás bien, no te haré daño
-de todas
formas no deja de asustarme un poco
-solo relájate
y ponte cómoda
-¿voy por algo
de ropa?
-jajajaja dormiste
desnuda junto a mí y ahora estás pudorosa
-aw, eres
imposible, es que…
-shhh
tranquila, estarás bien
Me acarició el
pelo mientras me acomodaba en una camilla un poco demasiado elevada sobre el
piso para mi gusto. Estaba nerviosa sin motivo, pues ella no haría nada para
dañarme, tal vez solo era temor a lo desconocido, el mundo científico estaba lejos
de mi alcance, pero mi confianza en ella es absoluta, así que para disipar el
nerviosismo me centré en sus ojos y en sus suaves caricias, poco a poco mi
respiración se normalizó y mi cuerpo se relajó notablemente.
Vencido mi
nerviosismo inicial pude apreciar mejor su laboratorio, no sé por qué me
imaginé un lugar subterráneo lleno de tubos de ensayo, cables, mesas de
disección y aparatos complicados; nada más lejos de la realidad, en realidad
era casi como un invernadero, en vez de paredes y techo había un material
transparente cubriendo una fina estructura de madera, dejando pasar la luz
exterior, el piso era de mármol blanco muy pulido. Junto a la “pared” del fondo
había una serie de estanterías de vidrio llenas con lo que parecían ser frascos
de perfume, debido a que su contenido era líquido de distintos colores, estaban
organizados de tal forma que la luz incipiente del amanecer los hacía brillar, aportando
al lugar un agradable ambiente cromático.
En el costado
derecho, también recostada a la pared una mesa metálica tenía una serie de
montoncitos de minerales, algunos en polvo y otros en pequeñas rocas y
cristales ordenados milimétricamente en hileras, también por colores hasta la
mitad de la mesa, la otra mitad, estaba llena de hierbas organizadas de igual
manera.
A la izquierda
en cambio había una enorme U en torno a la camilla que ocupaba el lugar central
en el espacio, (donde yo estaba sentada tratando de cubrirme con la sábana)
Consistía en una plataforma cristalina que parecía un súper computador y verticalmente
una pantalla curva transparente con recuadros de diferentes tamaños, donde
aparecían una serie de algoritmos y gráficas indescifrables para mí en las que
Zafiro estaba muy concentrada, le bastaba con pasar su mano sobre éstas para
que su contenido cambiara. Cuando estuvo satisfecha con todo ese galimatías
volvió a mí su mirada
-Bueno todo
listo, recuéstate, ponte cómoda
-eh, ok… qu…
qué es lo que harás
-empezaré por
observar tu actividad cerebral, y estudiaré
minuciosamente la composición
química de tus neuronas, tus fluidos endocrinos y todo tu sistema nervioso en
general. Tú no sentirás nada, pues sabes que no necesito extraer nada de ti,
mis ojos me bastan para ver todo lo que necesito. Pero puede llevarme algunas
horas todo el proceso, pues no quiero dejar nada por fuera, así que lo más
probable es que te duermas.
-bueno, no es
tan aterrador como pensé… solo estarás mirándome fijamente durante horas, puede
llegar a ser un poco intimidante pero nada más
-¿qué te
imaginabas?
-no lo sé, tal
vez que me llenarías de cables y esas cosas
-jajajajaja no,
nada más lejos de la realidad
-lo sé,
olvidaba que no eras una científica común y corriente
-solo voy a
pedirte un favor
-claro, solo
dime
-que no me
distraigas
-oh ¿yo te
distraigo?
-es verdad, no
me seduzcas, que con observarte es más que suficiente
-jajajaja vale,
no entiendo cómo puedo distraerte si estaré aquí acostada, casi dormida, ¿qué
puedo hacer?... soy un alma inocente
-sí claro, lo
estás haciendo ahora mismo
-¿ah sí?
-ya, deja de
hacerme esas caritas, debo empezar
-pero si no
estoy haciendo nada
-Shhh
No pude evitar
sonreír, con toda seguridad ella se estaría sonrojando visiblemente en este
momento si pudiera, pero el tono azulado de su rostro no varió en lo más
mínimo, aunque la sonrisa de sus labios me lo decía todo. Cerré los ojos por un
momento para dejarla concentrarse, pero luego la observé a mi placer durante un
buen rato. La luz del amanecer se iba haciendo más fuerte a cada segundo, su
rostro adquirió una concentración única, ni siquiera parpadeaba, sus pupilas se
dilataron notablemente y el delgado iris de sus ojos parecía girar dejándome
notar cuándo hacía un ajuste de enfoque, era hipnotizante.
Tal como ella
lo dijo terminé durmiéndome.
-Lisa, ven siéntate,
debes alimentarte
El exceso de
luz me impidió abrir los ojos, lo que me hizo arrugar un poco el ceño
-¿qué hora es?
-las 8 de la
mañana
-¿tan rápido?
-te dormiste
profundamente, pero han pasado dos horas y media desde que te traje aquí
-sí eso parece
-toma
Me entregó un
enorme vaso lleno de un líquido espeso de color verdoso
-¿y esto qué es?
-una mezcla de
proteínas, minerales, vitaminas y nutrientes, tu sistema digestivo no tendrá
que esforzarse mucho para absorberlo íntegro, te alimentará y te dejará
satisfecha durante al menos unas ocho horas más
-huele a…
-¿a qué te
huele? Tengo curiosidad
-a… ¿agua?...
no… no lo sé, no logro identificar este olor… mmm pero sabe a… ¿jugo de
albahaca y hierba buena?, sabe bien, se siente bien… es cremoso como una
malteada
-esa era mi
intención, que te gustara
-estaba
delicioso, me encantó y sobre todo ese vaso antiadherente, pude disfrutar hasta
la última gota, así deberían estar hechos los vasos de yogurt, que siempre se
quedan con la mitad del contenido pegado a sus paredes
-decidido, te
quedas con el vaso
-gracias
-tecnología
Zafiro, tú sabes
-¡¡cuánta
humildad!!!
-siempre. ¿Continuamos?
-cuando guste
Ya estaba
completamente despierta así que nos observamos mutuamente, bueno yo contemplaba
su rostro mientras ella veía mi composición atómica y molecular. Uf de esas
cosas comunes que pasan al lado de Zafiro.
Aunque por mi parte no duré mucho,
puesto que caí en un profundo sueño a los pocos minutos. Un sueño sin sueños, en
el silencio total de la consciencia. Solo vacío, un espacio vacío, sin tiempo, blanco
en un principio pero fue llenándose de colores que se iban alternando uno tras
otro, en un silencio absoluto y una paz total. Creo que de haber sido budista
habría comparado ese estado con el Nirvana
En mi realidad
alterna habría transcurrido un segundo y un siglo a la vez cuando la voz de
Zafiro me llamó de vuelta y desperté
-Lisa
-Aquí estoy
-cómo te
sientes
-como que he
conocido a Dios
-tienes una
curiosa manera de emplear la hipérbole
-no lo hago, es
que sería lo único comparable al estado en el que he entrado, por primera vez
experimento el silencio y la paz absoluta
-bueno, me
alegra que la hayas pasado tan bien
-y dime, ¿pude
serte útil en algo?
-totalmente,
creo que la respuesta estaba en tu ADN, tienes una ligera mutación en tu
sistema nervioso, por eso eres tan sensible, pero si logras desarrollar el
autocontrol, podrás tener un mejor dominio de ti misma que el resto de los
humanos. No te vendría nada mal un poco de entrenamiento, quizá tengas en
cuenta la posibilidad de pasar algún tiempo en algún monasterio del Tíbet y
aprendas a meditar, así despertarás tu potencial.
-así que soy
una mutante… y me enviarás al Tíbet
-yo no te
enviaré a ningún lado, solo es una sugerencia, por otra parte tu mutación es
mi antídoto. Mira
Me mostró un
diminuto tubo de ensayo lleno de un líquido plateado
-¿qué es?
-Esencia de Lisa
-no en serio,
dime
-así lo he
llamado. Es un gramo de la porción mutante de tu ADN
-bueno y cómo
lo harás entrar en tu cuerpo si dices que es impenetrable y que incluso tu
sistema digestivo no absorbe nada
-es verdad, pero
trataré de forzarlo, haré que mi lengua lo asimile y mi torrente sanguíneo lo
conduzca directamente a la zona problemática de mi cerebro y hacer que se
fusione con ese pequeño grupo de células que conforman mi amígdala
-¿funcionará?
-no he hecho
nada parecido antes, así que no lo sé
-bueno, nada
pierdes con intentarlo
-oh sí, este
gramo es muy valioso, no ha sido fácil extraerlo y no quiero arriesgarlo de
cualquier manera
-¡El Sol!!
-¿qué pasa con
el sol?
-que sus rayos
te penetran y te alimentan, ¿no puedes hacer que esa sustancia se transforme en
luz y así hacerla entrar en ti?
-wao, es una
excelente idea, es posible, aunque algo complejo el proceso de transformar ésta
sustancia en luz
-pero tú puedes
así que manos a la obra
-aún no, ven,
recuéstate de nuevo
-¿y eso?
-Voy a hacerte
un regalo Lisa, en la hora que queda antes que se ponga el sol. Dime ¿hay algún
aspecto visual de tu cuerpo que desearías cambiar?
Quedé un poco
aturdida por la pregunta, tenía la mente en blanco y no procesé a tiempo sus
palabras
-ah… como ¿a qué
te refieres?
-como a si
quieres el pelo de un color distinto, una nariz más larga, orejas puntiagudas…
no lo sé algo que quieras modificar
-jajajajajaja
nariz larga y orejas puntiagudas ¿me quieres convertir en una especie de bruja
elfo?
-jajaja solo te
estoy dando ideas, piénsalo, no sé, algo que quieras
-mmm… a ver, me
la pones difícil eh, nunca me he sentido incómoda con nada
-oh eso es
perfecto
-además acabas
de sugerirme hace un momento que recibiera entrenamiento budista, ya sabes,
desprendimiento de todo deseo y vanidad y esas cosas
-veo que estás
enterada de los valores budistas, y me alegra saber que amas tu cuerpo, solo lo
sugería porque limpiaré y fortaleceré tus células y eliminaré todo el lastre de
enfermedades genéticas que heredaste de tus antepasados que podrían desarrollarse
en tu vejez, y ya que haré una limpieza tan estructural pues pensé que podrías
estar interesada además en algún cambio de apariencia, es solo eso
-bueno, a ver,
dame un espejo y así tal vez pueda responderte
mejor
-claro, aquí lo
tienes
Con un gesto de
su mano hizo aparecer frente a mí un pulido espejo de cuerpo entero, me tomé un
buen momento para hacer un minucioso escaneo de mi cuerpo, juzgando la imagen
del espejo tal como lo haría con uno de mis dibujos, entonces pude ver que se
podrían hacer unos pequeños ajustes, con mis manos le fui indicando mientas le
hablaba:
-bueno, tal vez
me poblaría un poquito más las cejas, justo aquí, sí… y limpiaría estas pecas
que me quedaron por el sol de la playa una vez… mmm tal vez reducir unos gramos
de la grasa de mis pechos, para que se levanten , así, mira, no es mucho…ah
también me pondría un poco más de trasero, no mucho, solo levantarme un poquito
las nalgas, tú me entiendes, así… ya está… ah, y me aclararía el cabello, pero
solo un tono y si puedes hacer que esté un poco más en armonía con el gris de
mis ojos mejor, sí un toque de plata no quedaría nada mal... aunque cobrizo
también me quedaría bien, auch… no lo sé, tú decide el tono que me quede mejor:
castaño cobre o castaño plata ¿me explico?
-perfectamente,
¿algo más?
-bueno, si
eliminas del todo el vello púbico te lo agradecería
-¿de veras? ¿Eliminarlo
totalmente?
-sí, me
ahorrarías mucho en afeitadores
-y qué te
parece si lo dejo como el resto del vello de tu piel
-oh… no estaría
nada mal
-tú eres
lampiña, quedará tan invisible como los vellos del envés de tu brazo
-pero no tengo
vellos ahí
-sí los tienes,
pero son tan finos y pequeños que no los notas
-uf, entonces
será perfecto
-muy bien,
manos a la obra. Vuelve a acostarte
El espejo
desapareció en el aire con un movimiento de su mano, tal como había aparecido. Me
acomodé nuevamente sobre la camilla, no me cubrí con la sábana, ya hacía
suficiente calor, de lo último que fui consciente fue la mano de Zafiro sobre
mi frente y volví a entrar en ese estado de paz en el que estuve inmersa
durante el día.
-Lisa
-dime
-ya puedes
levantarte
-gracias
Me senté
lentamente y me puse en pie, mi cuerpo se sentía tan liviano y lleno de vida
-me siento
maravillosamente, gracias Zafiro
-para mí ha sido
un verdadero placer, me alegra que lo disfrutes
-parece que se
ha hecho tarde, ¿qué hora es?
-las seis y
media de la tarde
-definitivamente
tarde
Ella me miraba
sonriente, la calidez de su mirada fue como un imán y la abracé expresando así la
gratitud y ternura que suscitaba en mí, cerré los ojos y aprecié su aroma, al
abrirlos de nuevo mis ojos enfocaron un brillo plateado a sus espaldas,
entonces me separé un poco para preguntarle
-¿ahora te
dedicarás a tu poción?- dije señalando el diminuto frasco sobre la plataforma
cristalina del computador
Su rostro se iluminó, tomó el frasco encerrándolo en su puño izquierdo mientras me tomaba con su mano derecha para
salir apresuradamente, la seguí corriendo sin preguntar hasta que llegamos a su
habitación y fue directo al clóset para extenderme algo de ropa
-toma, ponte esto
La obedecí
mientras ella también se vestía rápidamente, a pesar de las prisas había
escogido muy bien, un par de vestidos de algodón, el suyo de un blanco perlado
y el mío de una bella tonalidad turquesa, con sandalias y accesorios a juego. Parecía
que iríamos a una velada en la playa, teniendo en cuenta que ya era de noche
-¿A dónde
vamos?
-necesito un
rayo de alta potencia y conozco el lugar perfecto
-¿sí, dónde?
-el delta del
Catatumbo- dijo con una gran sonrisa
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