Pasaron horas
en las que me olvidé del mundo, trazo a trazo daba forma a una vorágine de
imágenes, un pliego tras otro; perdí la noción del tiempo, llegó el amanecer y
yo seguía absorta en mi trabajo, el sol invadió con fuerza todo el espacio
interior, toda esa luz nueva solo acrecentó mi excitación, por fortuna encontré
detrás de la pequeña biblioteca un bastidor de proporciones suficientes, solo
unos centímetros más alto que yo, el ancho era justo lo que abarcan mis brazos
abiertos, rebusqué en los cajones y me deleité con las pinturas encontradas, me
decidí por los acrílicos. Tomé la paleta y los pinceles y me sumergí en la
magia del color.
Con trazos
largos y un poco toscos, fui plasmando en el lienzo la danza de colores que la
luz del sol dejó en evidencia frente a mis ojos, mi sala de estar a esa hora de
la mañana me abrió la puerta a un sueño vívido del que tenía que dejar constancia.
Sin embargo el
sol continuaba su carrera compitiendo contra mí, apremiándome antes de dar paso
a nuevos ángulos de luz, diferentes sombras, nuevas tonalidades, el sudor
corría por mi espalda desnuda mientras yo luchaba frenética con el pincel para
ganarle la carrera al sol.
Cuando al fin
terminé ya el reloj marcaba las 10 de la mañana y transpiraba por cada poro de
mi piel, sumergí los pinceles en agua, me dirigí nuevamente a la ducha suspirando
agradecida por la caricia del agua fresca, mi mente en blanco solo percibía
sensaciones, el líquido cubriendo mi piel, mis músculos relajándose, mi
respiración saboreando cada partícula del aire.
Al salir, un
leve mareo me notificó de la fatiga causada por la falta de sueño, me limité a
tomar un vaso de agua y caí rendida sobre la cama, sin molestarme siquiera en
quitar el cubrelecho. Había suficiente oscuridad en la habitación como para
permitirme un buen descanso.
…
Abrí los ojos
un poco confusa, ¿qué hora es?... ¿dónde estoy?... ¿qué día es?... Di vueltas
en la cama sin querer levantarme aún, en mi todavía dormido cerebro estaba
convencida de que eran por lo menos las 5 de la mañana debido a la oscuridad de
mi habitación, revolví las sábanas y retiré las almohadas, entonces mi mano
tocó un pedazo de papel cuidadosamente doblado, noté que era un sobre de tamaño
mediano, la curiosidad se impuso, así que lo tomé y me dirigí a la sala, por un
breve segundo me extrañó la pintura que encontré en medio, pero entonces
recordé todo y alarmada miré el reloj: las 4 de la tarde.
¡Mierda,
mierda, mierda!!! No fui a clase y llegaré tarde al bar…. ¡Qué carajos!,
siempre hay una primera vez para todo, primero lo primero, me senté en el sofá
y abrí el sobre:
“Cariño
Te busqué tratando de solucionar un
problema de mi fisiología, pero lo que he encontrado en ti supera con creces
todo lo que pude anhelar. Por siglos enteros me acostumbré a que me llamaran
diosa y monstruo, el aislamiento, la soledad y todo lo que conlleva mi
naturaleza me han hecho encontrar en el conocimiento un refugio, una fortaleza
que me ha mantenido firme a través del tiempo.
Pero carecía de una experiencia, de un
conocimiento más sublime que aportara a mis ojos una luz nueva para contemplar
el universo. Esa faceta del amor oculta para mí hasta ahora, no el amor filial
con el que crecí, no la compasión, tan natural en mi ser desde la más tierna
infancia, no la caridad que me ha hecho sentirme una con todos los seres, sino
esta mezcla extraña de emociones que estremece mis entrañas y que me otorga la
sensación de plenitud al mirar tus ojos.
Todo esto me desborda, pues contigo es
como si por primera vez viera brillar el sol. No, no es la metáfora adecuada,
tal vez si pudieras experimentar lo que yo siento en mi piel al recibir la luz
solar podrías tener un punto de comparación, pues es como si pudiera al fin
saborear cada fotón que penetra mis células. A tal punto has despertado mi
sensibilidad.
Por eso contigo he perdido la mesura, y
crees que he derrochado al ofrecerte unas pocas cosas, pero no es así, discúlpame
por lo de tu apartamento, pero lo volvería a hacer, sé que es una forma muy
materialista de expresar una realidad mucho más profunda, pero por el momento
no encontré otra manera más sublime de hacerlo. Sé que tú lo entiendes, solo te
pido, por favor no te mortifiques por mis locuras, soy feliz sorprendiéndote,
así que vete acostumbrando.
Quiero que hagas parte de mi mundo, que
te sientas cómoda a mi lado, y eso incluye las cosas. Te he mostrado muy poco,
pero ya me encargaré de que puedas conocerme y que me permitas conocerte, que
nuestra confianza mutua se fortalezca, pues te daré acceso a todos mis secretos
y desde ya te advierto que algunos de ellos son delicados.
Enfrentarás riesgos que no has conocido,
por eso necesito que confíes en mí y me permitas protegerte, soy perfectamente
consciente de que puedes cuidar de ti misma, pero hay fuerzas a las que eres
completamente vulnerable y de las que yo puedo mantenerte a salvo. Me
entenderás más tarde. No entres en pánico, no es ésa mi intención, ya tendremos
tiempo de hablar sobre estos temas.
Por ahora, tratemos un asunto más
importante: he dejado en tu armario, en el cuarto cajón a la derecha unos
lentes, póntelos y sal a las 5:30am a tu balcón y mira la salida del sol
atentamente, si logras descifrar el nuevo color del espectro solar entonces
comprenderás lo que le has otorgado a mi vida con tu sola presencia.
Tuya:
Zafiro.
PD: revisa la nevera”
Sonreí, pasé
mis dedos sobre el papel acariciando la pulida caligrafía ¿qué podía
argumentar? Mi corazón bailaba el mapalé celebrando la tácita declaración de
amor escondida en sus palabras, y mi mente se enfrentaba de nuevo al tema de
discusión en el desayuno ¿cómo que solo unas pocas cosas? Por Dios ¡remodeló mi
apartamento entero!! ¿y que me vaya acostumbrando? Por lo visto ésta es una
batalla sin sentido; pero ese enigmático párrafo sobre la confianza me dejó
picada por la curiosidad ¿de qué me quiere proteger? ¿quiere decir que me
seguirá vigilando desde lejos?, miré alrededor y hablé en voz alta, por si
estaba escuchando, aunque sin evitar la sonrisa que ya tenía en mi rostro
-Zafiro, más te
vale que mires a otro lado en este momento, si no sabes a dónde pues cuenta las
hormigas que caminan sobre Plutón, yo no sé lo que estás haciendo en éste
momento, y prefiero imaginarlo a tener una cámara escondida siguiéndote a todas
partes… Así que deja de mirarme ¡No hagas trampa!
No sé si estará
realmente prestando atención, pero la advertencia no está mal por si acaso, y ¿qué
es eso tan delicado que me quiere mostrar? ¿en qué tipo de negocios está
involucrada? ¿hay un par de lentes en el cuarto cajón del armario? ¿y qué hay
en la nevera?
Ésta última
inquietud me hizo abandonar la comodidad del sofá para ir al mencionado
electrodoméstico e inspeccionar su contenido. Bueno, tal como lo dijo, tendría
que irme acostumbrando, pero no por ello mi mandíbula casi toca el piso y mis
ojos por poco abandonan sus cuencas, -lo admito, estoy exagerando,- pero quedé
presa del asombro por el surtido de portacomidas que encontré, todos debidamente
marcados con la elegante caligrafía de mi carta: “miércoles: desayuno/ almuerzo/ cena” y así los dos restantes días
de la semana, además de bebidas, barras energéticas, frutas y postres para
picar entre comidas.
-Me vas a
engordar y luego me abandonarás por obesa, descubrí tu maquiavélico plan
Una nota
adherida al regulador de temperatura captó mi atención
“Los almuerzos sabrán mejor si los
calientas por un minuto en el microondas, pero no te pases del tiempo porque
alterarás su sabor, los desayunos y cenas los puedes tomar fríos, pero si lo
prefieres puedes ponerlos 30 segundos en el micro para que los gustes a una
temperatura más agradable.
No protestes; con cada bocado que alimente
tu cuerpo, un poco de mi cariño tocará tu corazón. Ésta es mi manera de dejarte
un poquito de mí en estos días de ausencia.
Besos (donde los quieras)”
Qué hermoso
detalle, me invadió la ternura de tal manera que quería encontrarla y colmarla
de besos. Me reí por ese “No protestes”,
ya me conoces Zafiro.
Fui en busca de
mi celular, pero en medio del desorden que había causado la noche anterior me
llevó tiempo encontrarlo, cuando al fin pude dar con él me encontré con el
buzón lleno de llamadas perdidas, mensajes de texto y de voz… más tarde
dedicaría tiempo a revisar toda esa lista, presioné la llamada rápida y la voz
de Zafiro me respondió sin dejar sonar el primer tono
-Lisa, no pienso poner tu salud en
riesgo, ¿por qué te abandonaría por obesidad?
-¡así que
estabas escuchando!! Corazón solo bromeaba
-me tomo muy en serio tu alimentación, y
he vigilado escrupulosamente la cantidad de fibra, proteína, carbohidratos y
grasas de todo lo que…
-¡Amor!! Fue
solo una broma, nunca lo dije en serio, llamaba precisamente para agradecerte
ése hermoso detalle, y dudo que yo engorde aunque me coma una vaca entera todos
los días, lo he intentado a conciencia en varias ocasiones y no logro parecer
un Michelín, soy un espagueti sin remedio
-qué exagerada
-amo que me
hayas dejado toda esa comida preparada, me has salvado de mis propios desastres
-pero no los has probado
-he estado
ocupada
-Sí, ya lo he visto
-corazón,
¿escuchaste mi advertencia?
-sí cariño, y puedes estar plenamente
segura de que no hay hormigas en Plutón
-¡chanfle, yo
que tenía esa esperanza!!
-lamento la decepción
-entonces
cuenta sus rocas y cuando acabes con ellas sigue con los granos de arena -pasé
a un tono de voz un poco más serio, pero se escuchó como una súplica- por
favor, ponte en mi lugar, déjame mi intimidad, haz conmigo como cuando eras una
del resto de los mortales
-lo he intentado, solo te he mirado
cuando no respondías a mis llamadas y te vi sentada leyendo, entonces noté todo
lo que has hecho en este tiempo, te ha quedado muy bella la pintura, y no he
podido dejar de mirarte, quería ver tus reacciones
-bueno ya me
has visto, así que en cuanto termine la llamada, vuelve a tus asuntos
-sí, ya entendí, no te preocupes
-estaré bien…
¿qué es eso de enfrentarme a riesgos, estás en algún negocio peligroso?
-uhm- ya lo verás, todo a su tiempo, y
cuando llegue el momento estarás preparada
-me estás
asustando
-no es nada de lo que tengas que
preocuparte ahora, no tendré secretos para ti, pero te los iré mostrando a su
debido tiempo, ¿tú no tienes algún secreto del que deba preocuparme?
-oh sí, pero no
es nada, solo unas pequeñas vacaciones con mis amigos del Al Qaeda, explotamos
unas cuantas bombas por mi cumpleaños, nada serio, solo juego de niños, tu
sabes
-¡QUÉ!!!
-jajajaja
caíste, no tengo ningún oscuro secreto, mi vida ha sido más bien aburrida, ni
siquiera he probado el cigarrillo, así que no hay nada de lo que tengas que
preocuparte
-qué humor tan particular tienes
-oyeee!! Jajaja
creo que si tuvieras hijos serían las criaturas más sobreprotegidas del planeta
-¿quieres tener hijos?
-jajajaja
¡Dios!!! No he dicho eso, he dicho que si los tuvieras Tú, es mi manera
no tan sutil de llamarte sobreprotectora… y no quiero hijos, nunca me he visto
como madre, ni en embarazo, ni haciéndolos, no, no quiero tener bebés
-oh, eso es un grave problema, quería
tener contigo una docena de bebés, serían lindos, tendrían tus ojos grises y el
cabello violeta
-¡QUÉEEE!!!!
-jajajajajajaja caíste!!
-aprendes
rápido
-tengo una buena maestra
-um, bueno
querida, tengo que irme, ya es tarde y no me he vestido, Santi se pondrá
histérico si no llego a tiempo para abrir el bar
-ve con cuidado, toma un taxi a la
salida… por favor
-sí, hoy tendré
que irme en taxi, ya es muy tarde para bajar trotando
-no, regresa en taxi a casa, a esas
horas no deberías caminar
-no te
preocupes, estaré bien, te llamo mañana
-cuídate
-igual tú, un
besito
-um… ya quiero dártelo personalmente
-aww… el
viernes nos desatrasamos
-es una pena que no pueda manipular el
tiempo
-ya sabía que
algo no andaba bien contigo
-¡ah!!! ¿Ahora soy defectuosa?
-jajajaja es
injusto que no pueda verte, imagino la expresión que habrás puesto
-es una ventaja ser yo
-sí, pero no te
aproveches, ya sabes… bueno amor, chaito, hablamos luego ¿sí?
-bueeeno, está bien, besos
Colgué la
llamada y corrí a la ducha; después de 15 minutos ya estaba en la puerta lista
para salir, recordé que no había comido nada así que fui a la nevera y empaqué
en mi mochila el portacomidas marcado como “miércoles/almuerzo”
cerré con llave y detuve el primer taxi que se me atravesó en el camino, tal
como pensaba, Santi estaba abriendo el local, en cuanto me vio me hizo señas
mostrándome su reloj
-¿se puede
saber por qué no contestas el teléfono?
-¿me estuviste
llamando?
-creo que
tienes como 500 llamadas perdidas
-ay si exageras,
bueno ¿y para qué me llamabas?
-necesitaba que
fueras a mi casa, pero como no respondías me pasé por aquí antes de llamar al
GAULA y resulta que no habías llegado ¿dónde estabas?
-bueno, se me
hizo tarde y como tenía el celular en silencio no me enteré de ninguna llamada,
solo son 10 minutos tarde Santi, no es el fin del mundo, pero ¿Por qué me
querías en tu casa? ¿pasó algo?
-bueno querida,
pues esperemos que llegue alguien a quien podamos dejar a cargo y te vienes
conmigo, necesito que me ayudes, ocurrió una tragedia y de verdad, no sé a
quién más acudir
-pero cómo que
tragedia ¿qué fue lo que pasó? ¡Ya me estas asustando!!!
-el decorador
de la boda, sufrió un accidente, estará hospitalizado unos tres meses y no
podrá hacerse cargo, Lisa, por favor, a estas alturas ninguno quiere aceptar,
no me abandones por favor
-ay no llores
Santi, todo va a salir bien, no te preocupes; pero tengo entendido que ya
tenías todo listo con él, ¿no es así?
-sí, después de
muchos debates habíamos llegado a un acuerdo que unía las ideas de Sebas y mías,
la propuesta era hermosa, pero ya él no estará y como trabaja solo no hay quien
continúe
-¿Qué clase de
decorador trabaja solo?
-uno maniático
y perfeccionista compulsivo, pero es el mejor
-¿Y ya había adelantado
algo?
-sí, pero no sé
si me entregue esa información, ya aparté cita para verlo en el hospital el
sábado en la mañana y que me diga qué es lo que falta, por eso te necesito en
mi casa, él me había entregado un portafolio con fotografías y una maqueta del
decorado final, necesito que las veas, para que te hagas una idea
-sí, sería muy
oportuno, pero ¿tiene que ser hoy?
-Sí nena, el
tiempo corre, solo quedan 29 días para la boda
-Ok, haré lo
que pueda, ¿y dónde está John? Él podría encargarse del bar por unas horas
-No, solo lleva
un día aquí, esperemos a los demás, Confío en Mariza y Carlos, míralos ya
llegaron, déjame hablar con ellos, ve buscando un taxi que nos vamos enseguida
-como digas
jefe
No había mucho
que buscar, había una larga fila amarilla en la calle, pero con lo nervioso que
estaba Santi preferí esperarlo fuera, en menos de cinco minutos él ya estaba
saliendo, dando las últimas indicaciones desde la puerta, así que me adelanté
hasta el primer taxi de la fila y mantuve la puerta abierta para el novio en
apuros. Sería una larga noche.
-Por cierto
Santi, ¿me dejarás usar el microondas de tu casa? Aún no he almorzado
-oh, si es por
eso podríamos pasar primero a un restaurante
-¡No! Santi,
solo necesito el microondas para calentar mi almuerzo, ya lo tengo preparado,
nada de restaurantes
-ok, no hay
problema, gracias por ayudarme Lisa, te debo la vida
-no exageres
Miré por la
ventana tratando de imaginar lo que me mostraría, mi fuerte no es la decoración
pero contaría con la ayuda muy cualificada de cierta personita, trabajar juntas
será divertido.