El jugoso aroma
de un delicioso trozo de solomito a la plancha, con papas fritas y ensalada de
lechuga, cebolla y tomate me inundó por completo, mi estómago gruñó sin pudor
alguno, y por esos breves segundos solo disfruté del placer del gusto y el
olfato, mi amigo por su parte se había decidido por algo más típico y había
pedido bandeja paisa, que también despedía un aroma demasiado tentador, el
culpable era el gran trozo de crujiente chicharrón que coronaba el plato.
Por unos
minutos nos dedicamos a saturar nuestros sentidos y de paso saciar nuestra
hambre con aquel banquete, pero luego de esos primeros instantes de eufórico
placer gastronómico, Richard puso el tema que habíamos aplazado hasta entonces
-y bien, ¿me contarás
lo que sucedió estos últimos tres días?
-han sido los
días más maravillosos que he vivido
-bueno, ya no
lo adornes, recuerda que estamos tratando un tema delicado, ¿o es que ya
olvidaste la paranoia que tenías la semana pasada?
-jajaja ah, sí,
no lo he olvidado, solo he cambiado de parecer respecto a Zafiro, estos días
junto a ella me han otorgado una nueva perspectiva
-pues cuéntame,
quiero saberlo, porque lo último que recuerdo era que estabas convencida del
desequilibrio mental de la chica, y ahora llegas sudando corazones por los
poros
-jajajaja tan
exagerado, pero ya que lo mencionas, estuviste presente el viernes, la viste,
dime ¿cuál fue tu percepción acerca de ella?
-ya que lo
mencionas, pues déjame decirte que nunca había visto a una súper modelo en
persona, su belleza es fascinante… pero también es aterradora, pasó cerca de mí
cuando iba a tu encuentro y por poco mojo mis pantalones, casi salí disparado
hacia el puesto de hamburguesas, pero luego me pude serenar y observar las
cosas con algo de objetividad
Mientras él
hablaba no pude evitar reírme, la imagen de Richard con su huesuda anatomía
huyendo de Zafiro me pareció de lo más cómica
-¿de qué te
ríes?
-perdona Richi,
es que te imaginé corriendo, no me prestes atención, sígueme contando
-pues no es
gracioso, sentí verdadero pánico, al parecer es verdad eso de que provoca miedo
en la gente, porque no fui el único en comportarse así, pero claro, tú no lo
notaste porque estabas de espaldas al lugar por el que ella llegó
-la verdad sí
lo noté, y fue esa actitud en la gente la que me indicó que ella estaba cerca
-bueno, pues al
menos tú eres inmune, porque te aseguro que no es nada agradable la sensación,
pero luego de que ustedes hablaron y se fueron estuve investigando y no hay
nada, está totalmente limpia, sus únicos litigios legales fueron hace dos años
cuando obtuvo la cédula de extranjería, pero nada más, así que oficialmente no
es ninguna criminal
-¿cómo que
oficialmente? ¡No hay motivos para desconfiar de ella!
-bueno, no lo
sé, será por sus efectos terroríficos, pero empiezo a volverme algo
supersticioso
Lo persuadí de
la bondad de Zafiro, contando en esencia lo que fue mi estadía en su casa
durante esos días, sin entrar en detalles, claro está, además le confesé de los
sentimientos que estaban fluyendo en mi interior y el cambio que el contacto
con Zafiro había operado en mi manera de percibir la realidad; aunque no le
conté la historia de sus orígenes, le aseguré que junto a ella no corría
peligro de ningún tipo y que lamentaba mi anterior paranoia pero que ya no eran
necesarias sus investigaciones
Al salir del
restaurante solo me abrazó y me dijo
-me alegro por
ti, de verdad, ojalá puedas ser feliz, te lo mereces… junto a ella o con quien
sea… perdona mi desconfianza, pero está en mi naturaleza, y no te pierdas mucho
por favor, mantente en contacto
-por supuesto
Richi, eres un buen amigo, gracias, de verdad, saludos a Carmen
-con gusto se
los daré, y ve haciendo espacio en tu agenda, tienes que ir a visitarnos
-claro, te
avisaré para que prepares un buen asado
-no piensas
sino en comida ¿eh? Aun no entiendo cómo es que no engordas
-jajajaja la
belleza no se improvisa
-presumida…
cuídate mucho pedazo de espagueti
-mira quién
habla
Nos separamos y
fui directo a casa, aún necesitaba procesarlo todo en el silencio y soledad de
mi apartamento, así conectaría con mi realidad y podría comprender realmente
todo lo que le estaba sucediendo a mi vida.
Entré y lo
primero que hice fue abrir las ventanas, abrí mi desocupada nevera en la que
por suerte todavía había una botella de té, la abrí y me senté en la sala. Lo
observé todo, no había un solo cambio en el mobiliario, ni en la arquitectura,
todo estaba como siempre, seguía siendo mi casa, seguía siendo mi lugar
personal, solo yo estaba cambiando; llámenlo enamoramiento o como quieran, pero
había más luz y la soledad había desaparecido, ya no me sentía sola, a pesar de
no tener ningún tipo de compañía en este momento.
No supe cuánto
tiempo permanecí en silencio, sentada en la sala, en un estado similar a la
meditación interiorizando todas las vivencias de los últimos días, solo sé que
cuando me levanté de ese sofá estaba en completa paz. Me dirigí a mi habitación
y con suficiente calma seleccioné la ropa que me pondría para ir al trabajo,
luego entré a la ducha y disfruté de cada gota de agua que relajaba mi cuerpo.
Llegando al bar
me detuve un momento en la esquina donde la vi por primera vez, no pude evitar
sonreír, las experiencias más importantes en la vida son a la vez las más
sencillas, una mirada es una de ellas.
Esta vez al
llegar a la puerta me encontré con John, se había tomado en serio mis
sugerencias de vestuario, tenía que reconocer que el atuendo hipster no se veía
nada mal en él, a pesar de no estar entre mis favoritos.
-Hola John, qué
puntual
-Hola Lisa
-te ves muy
bien, buena elección
-gracias, tú…
tú también estás muy linda
-gracias John,
ven, voy a abrir para que hablemos dentro
Mi celular
vibró pero al tener mis manos ocupadas abriendo la puerta del local no pude ver lo que me había escrito Zafiro,
pues solo ella había estado tan activa con los mensajes de texto. Así que en
cuanto tuve mis manos libres pude comprobar que efectivamente ella me escribía
-“¿qué tanto cariño le tienes a tu
mueble de cocina?”
Fruncí el ceño,
¿por qué me hacía esa pregunta?
-“¿estás en mi casa?”
-“no necesariamente, y no has respondido
a mi pregunta”
-“no suelo establecer relaciones
sentimentales con objetos inanimados, el mueble me ha sido muy útil, pero no
daría la vida por él”
-“Gracias por su respuesta, nos veremos
luego”
¿Qué? ¿cómo que
nos veremos? ¿vendrá de visita? ¡Oh no!!
Dejé la casa hecha un desastre…
-“será mejor otro día, no he tenido
tiempo de hacer aseo”
-“Relájate, y no dejes al pobre John
hablando solo, ocúpalo en algo para que pierda los nervios, que está al borde
de un colapso”
Miré a John,
efectivamente me estaba hablando pero no le entendí una sola palabra, le sonreí
tratando de disimular mi total falta de interés y le pedí que me ayudara a
acomodar las mesas mientras me dedicaba a limpiar la barra y preparar todo
antes que llegara Santi, que por cierto estaba tardando y eso era muy raro en
él, así que empecé a preocuparme, pero cuando estaba buscando su número para
llamarlo apareció en la puerta
-¡Dime que por
fin tuviste sexo salvaje o te despido ahora mismo!
-vaya Santi, yo
también me alegro de verte
-es la única
excusa que aceptaré por dejarme solo este fin de semana, me pediste solo una
noche y solo hasta hoy te apareces, así que empieza a contar los detalles o de
lo contrario considérate desempleada
-jajajajaja qué
dramático, y yo que creí que a los únicos hombres a los que les interesaba el
sexo entre chicas era a los hetero
-¡Así que hubo
acción! Lo acabas de admitir!!!
-Ya Santi, creo
que este tipo de conversaciones no deben darse en horario laboral, además no
querrás espantar al nuevo mesero
-¿Cuál nuevo
mesero?
-como entras
ávido de chismes ni te enteras del personal, Santi te presento a John, John, él
es Santiago, el dueño del local y por tanto responsable de tu contratación, te
dejo con él, éxitos, yo me iré a terminar de organizar la barra
-Lisa, tenemos
una conversación pendiente, te salvas por ahora… Encantado de conocerte John,
así que quieres trabajar con nosotros…
Yo me retiré a
la barra buscando en mis bolsillos el vibrante celular, por supuesto, otro
mensaje de Zafiro
-“Qué sutil es tu jefe, ya quiero saber lo que
le dirás”
¿Cómo es que se
entera de todo, me ha puesto un micrófono para espiarme? No me aguanté más y la
llamé
-hola, señorita imprescindible
-Zafiro, ¿me
puedes decir cómo es que te enteras de todo?
-um… creo que tienes problemas de
memoria, o no me escuchas cuando te hablo
-¿Qué?
-O tal vez no confías en mis palabras
-¿podrías ser
más explícita? No entiendo nada
-¿te hablé de la sensibilidad de mis
sentidos cuando te conté acerca de mi transformación? Podría escucharte
perfectamente aunque estuvieras hablando en susurros en medio de una multitud
enardecida en las calles de Bagdad, ¿responde esto a tu pregunta?
-oh perdona, lo
olvidé, he vivido contigo tantas cosas en tan poco tiempo que es demasiada
información para mi pequeño cerebro
-no te preocupes, te entiendo
-un momento,
¿así que me has estado espiando desde lejos?
-eh… digamos que he estado pensando en
ti durante el día, por tanto mis sentidos te siguen casi que involuntariamente,
aunque admito que no he opuesto resistencia
-vaya manera
más romántica de decirme que me extrañas
-jajajajaja pero tú también me has
extrañado
-claro, pero yo
no te he estado espiando todo el día
-auch, qué enojona ¿estamos teniendo
nuestra primera discusión?
-pues eso
parece
-cuando pones esa carita de enfurruñada
te ves tan adorable
-¡y lo sigues
haciendo!
-ok, entendí, no te enojes, y mejor
sigue con tus labores pues tu jefe no te ha quitado el ojo de encima y vendrá a
interrogarte sobre tus llamadas en horas de trabajo, y más te vales que guardes
el celular o quizá se atreva a checar tu historial de llamadas…
-agh… par de
entrometidos los dos, ya me las arreglaré con él, y tú no creas que te salvas
-Cariño, el enojo no te durará tanto
-presumida
Sin esperar
respuesta corté la llamada. Es encantador que me extrañe y se interese por mí,
pero esa forma suya tan particular raya en lo obsesivo, yo valoro mucho mis
momentos de soledad, mi espacio personal, y el hecho que me esté vigilando
desde lejos me hace sentir acorralada… pero claro, no podía dejar de tener
razón, Santi terminó de hablar con John y en seguida vino a bombardearme con
preguntas, respiré profundo para disipar un poco mi cambio de humor
-Ahora sí me
dirás en dónde estuviste el fin de semana, porque esa desaparición tuya me
parece muy sospechosa y mi instinto me dice que…
-Ay Santi, de
verdad, no entiendo cómo es que no te hiciste periodista, de verdad, eres un
poquitín exasperante cuando te lo propones
-nena, pero soy
tu jefe, y aún no me has dado una excusa válida por tu ausencia
Suspiré, sería
mejor contarle o sus preguntas me provocarían una apoplejía
-a ver, por
dónde empiezo
-pues por el
principio, me pediste permiso para el viernes porque tenías una cita y no
viniste a trabajar los dos días siguientes
-Sí, bueno, la
cita se convirtió en un increíble fin de semana en el paraíso, ¿responde eso a
tus preguntas?
-¡pero qué
locuaz!
-Bueno, está
bien, te contaré, me encontré ése viernes con Zafiro, ella me invitó a su finca
y perdía la noción del tiempo, estuve con ella todo el fin de semana, por eso
no vine a trabajar. Creo que me he enamorado
-¡Oh por
Dios! ¡Ya la quiero conocer!!! Pero mujer,
quién lo diría, no perdiste el tiempo, esa sí que es una primera cita exitosa,
podríamos organizar una boda conjunta, aún hay tiempo
-¡Santi!!!
¿estás loco?
-si en la
primera cita pasaron a segunda base, por qué no pensar en matrimonio y en los
hijos que tendrán
-¡Oh Dios!! Eres
imposible
El resto de la
noche tuve que soportar las insistentes bromas de Santi acerca de la futura madre
de mis hijos, sobre los posibles vestidos de novia y todo tipo de
impertinencias parecidas, así que llegado el momento de regresar a casa lo
último en lo que pensaba era en mi enojo con Zafiro, mi mente quedó en blanco
en cuanto abrí la puerta de mi apartamento, todo estaba tan distinto pero tan
acogedor, una luz tenue iluminaba la nueva sala, donde Zafiro me esperaba tan
dulce y encantadora, sonriéndome de esa manera que me derretía las entrañas.
Me quedé
estática en la puerta pues no podía reaccionar, ella se levantó y vino a mi
encuentro
-buenas noches
corazón
Y tomándome por
la cintura me plantó un beso tan cargado de pasión como de ternura, y mi cuerpo
respondió abrazándome a ella como si de ello dependiera mi vida, mi corazón latía
desbocado con una emoción incontenible, no había pensamiento alguno en mi
cabeza, pues mi cerebro se ocupaba exclusivamente de procesar el sinfín de sensaciones
que la sola presencia de Zafiro provocaba en mí, y ni qué decir de un contacto
como éste.
Con delicadeza
terminó el beso dejando unidas nuestras frentes
-¿cómo estuvo
el trabajo?
-¿eh?
¿cuál trabajo,
de qué me habla? Mi conciencia me había abandonado, poco a poco comencé a
recordar mi nombre, ah sí, claro, el trabajo, tengo un trabajo, acabo de llegar
de él, y, ¿estoy en la puerta? Ah claro, encontré a Zafiro en mi casa que no
parece mi casa… y me ha dado un beso que me ha hecho olvidarme de mí misma
-¿cariño?
-ah, sí, el
trabajo… um, bien, estuvo bien
Lo que de
verdad están bien son tus labios, sin pensarlo siquiera busqué
nuevamente el dulce contacto interrumpido por preguntas sin sentido.
Ella culminó
nuevamente el beso, sonriendo sobre mis labios
-veo que me has
extrañado, pero ven, entra, ¿o te quedarás el resto de la noche en la puerta?
Yo solo asentí
y me dejé conducir por su mano, entonces recobré mi capacidad de hablar
-¿tú has hecho
todo esto?
-creí que no
vendría mal una renovación de interiores en tu apartamento, pero mañana lo
verás con más calma, estás muy agotada y es mejor que descanses
-ajá
Entramos a mi
habitación, un nuevo y agradable tono azul y violeta cubría las paredes y una
enorme cama doble ocupaba casi al completo el espacio interior, me encantó ese
nuevo aspecto de mi lugar de descanso, y agradecí nuevamente a Zafiro con un
beso para luego dirigirme al baño por una cálida ducha y mi pijama. Ella quiso
acompañarme en la ducha pero supe resistirme a la tentación, necesitaba un poco
de privacidad para aliviar mis necesidades fisiológicas. No tuvo que esperarme
demasiado, pues me duché con brevedad.
-qué rapidez
-solo porque
hay algo más importante en ésta habitación
-¿ah sí? ¿qué
será?
-un par de ojos
azules que me vuelven loca
-¿solo los
ojos?
-toda tú
Silencié sus
palabras con mis besos, y sus brazos me envolvieron, nuestros cuerpos casi
fusionados se expresaron en el lenguaje íntimo del amor hasta que al fin
encontraron el descanso y nos entregamos al sueño cómodamente unidas en un
abrazo.
sí, lo sé, me he demorado mucho para subir éste capítulo, pero he estado con tantas ocupaciones que solo hasta hoy pude dar los últimos retoques, ha sido casi el único capítulo que no he escrito de una sola vez, como los otros, espero poder continuar lo más pronto posible y así tener el siguiente capitulo con prontitud.
ResponderEliminarUn abrazo a quienes siguen éste blog
Feliz día
Lis! Tanto tiempo!
ResponderEliminarNo me prestás a Zafiro para que remodele mi departamento?
Pobre Lisa, nunca va a poder sorprender a Zafiro que no le pierde pisada ;P
Claro!! invítala, además que lo hará todo en 2 horas, jajaja...
EliminarMe alegra leerte de nuevo, un abrazo!!
Me vendria bien un cambio en mi apto.
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