miércoles, 8 de mayo de 2013

Zafiro 5


El auto se detuvo de un modo imperceptible frente a una construcción surrealista, semejante a las arquitecturas tipo Gaudí, concretamente la fachada tenía mucha similitud con la casa Batló que había visto hacía un par de semanas en historia del Arte. Zafiro leyó en mi silencio el impacto visual que estaba teniendo ante semejante construcción, ante el auto mismo, ante ella, tan enigmática y encantadora a la vez, intuyó, o así lo creí, que mi silencio era la expresión pura de mi asombro ante lo desconocido, así que suavemente tomó mi mano haciendo que mi atención se centrara, primero en la calidez de su tacto, luego en su mirada, y por último en el sonido de su voz.

-Hemos llegado Lisa, bienvenida a mi casa
-gr.. gra… gracias –dije en un susurro, ahora me había vuelto tartamuda

La silla me soltó de su reconfortable abrazo y la puerta se deslizó suavemente a un lado, mientras mi atención seguía absorta en Zafiro, ella sonriendo me invitó a salir del auto, y así lo hice, ella rodeando el auto me tomó nuevamente de la mano, y con su natural delicadeza me motivó a salir de mi silencio

-Has estado muy silenciosa, ¿qué sucede?
-sucede… sucede que estoy en shock
-no tienes los síntomas propios del estado de shock, pero aun así, ¿por qué crees estarlo?
-jajajaja.. ¿que por qué? Pues ya no sé qué pensar de ti, primero me sigues, asustas a mis vecinos, luego me sueltas una historia del tipo Estephenie Meyer, luego me pides que te deje experimentar conmigo, y por último me traes a una casa fantástica en un auto de otro mundo… ¿necesito más motivos?
-um, y eso que es solamente el principio. Relájate Lisa, mira, eres el primer ser humano en mucho tiempo con el que podré compartir la mesa, simplemente te he invitado a cenar, y como tenías curiosidad de conocer el laboratorio, decidí que ésta era la oportunidad perfecta. Tranquila, no te haré daño, poco a poco reunirás la información suficiente que te dé los elementos que necesitas para creerme o no, si te sientes más cómoda con la idea sigue pensando que soy un caso raro de psicosis o cualquier otro trastorno mental, a mi no me molesta, al contrario, me divierte mucho, así que esta noche solo relájate y trata de familiarizarte con el lugar ¿te parece?
-¿en realidad no te molesta?
-¿Qué pienses que estoy loca? Jajajaja, para nada Lisa, ojalá tuvieras razón, pues en ese caso mi cura estaría en manos de psiquiatras
-si tu lo dices
-de verdad Lisa, no pasa nada
-bien, de todas maneras yo acepté tu invitación a cenar
-así es, ahora entremos que la cena no se preparará sola

Diciendo esto me dedicó una hermosa sonrisa y suavemente me condujo hasta la casa, al contacto de su mano la puerta se abrió silenciosa, no había cerradura, ni le vi introducir ninguna llave, al parecer la llave eran sus huellas digitales, una vez más, como ya era constante esa noche, no supe dónde terminaba la realidad y comenzaba la fantasía, ese tipo de puertas se ven solo en las películas, pensé, o en las casas de los archimillonarios, pero no conocía a ninguno, así que era una mera suposición.

De la arquitectura de Gaudí solo había visto las fotos en las que se muestran las fachadas de sus creaciones más representativas, sin embargo al entrar en casa de Zafiro intuí que el interior de aquellas construcciones no tenían grandes diferencias con lo que estaban viendo mis ojos en este momento, parecía que estuviéramos entrando en un organismo vivo, un enorme árbol que hubiese hecho espacio en su interior para dar cobijo a seres humanos, hasta el aroma de la casa era el de un fresco bosque, la luz suave de las lámparas de estilo antiquísimo le daban una coloración muy acogedora a las diferentes estancias. El piso de piedra rústica con tapetes de pieles de animales salvajes: osos, tigres, venados y otros que no supe distinguir, así como los muebles, de manufactura totalmente artesanal y cojinería de cuero de búfalo. Si Zafiro no tenía vida social por qué tener una sala tan confortable en su casa.

-Tienes una casa muy hermosa
-Gracias
-¿Está inspirada en Gaudí verdad?
-sí, en gran parte
-¿y la otra parte?
-en la casa de mis padres

Me condujo hasta un patio interno con un cuidado jardín, estaba oscuro, pero pude distinguir un sendero serpenteante que lo atravesaba hasta una fuente que inundaba el lugar con el relajante murmullo de sus aguas, al parecer no solo había salido de Medellín, estar en aquella casa era estar en un mundo desconocido para mí, pero de una belleza exquisita.

-si quieres puedes recorrer el jardín, también de noche se aprecian los encantos de la naturaleza, o puedes recorrer la casa, como tú prefieras, yo te buscaré cuando la cena esté lista
-gracias, eres muy amable
-solo deseo que te sientas a gusto
-parece un jardín de cuentos
-compruébalo tú misma- me dijo guiñándome el ojo
-eh…. Y ¿tienes mascotas?
-podría decirse que sí
-¿cómo que podría?
-pues, en verdad los animales, al contrario que los humanos, se sienten muy a gusto en mi compañía, así que gozo de la amistad de todo animal, y aquí no tengo solo uno, sino muchos de todas las especies, que vienen y conviven pacíficamente conmigo, así que presentártelos todos nos llevaría toda la noche, y no creo que gustes de algunos
-entiendo, o creo entender… pero ni un perro, o gato en especial, ya sabes, como el común de la gente
-no soy común, pero si, hay algunos animales especiales para mí, un caballo, un tigrillo, una perra, dos gatos, una serpiente y una familia de loros
-jajaja… ya veo, no te gusta uno, sino el zoológico entero
-exacto
-bueno, creo que visitaré tu jardín
-espero que lo disfrutes
-claro, aunque no creo que pueda ver mucho
-si, esta noche hay luna llena, así que tendrás luz suficiente
-iré a comprobarlo
-ve tranquila, yo te buscaré en unos momentos

Me adentré por el jardín mientras que Zafiro desapareció por una de las puertas que daban al pasillo, ella tenía razón, había luna llena, la luz de la casa no llegaba al jardín, solo la luna lo iluminaba todo con su plateada luz, seguí el sendero de piedra tratando de llegar a la fuente guiada por el murmullo del agua, a mi paso el aroma fresco de las plantas y algunas flores nocturnas que perfumaban el aire me llenaron de una serena paz, di media vuelta para observar la casa, entonces pude ver que el patio interno tenía forma de u, estaba abierto a un espacio mucho más amplio de lo que vi inicialmente, también las plantas iban creciendo en número y tamaño, no podía distinguir mucho cuántas especies habían, pues aunque la luna era clara mis ojos no lo podían abarcar todo con gran detalle, solo las rosas que estaban junto al sendero.

A medida que iba avanzando penetraba en un mini bosque de árboles de mediana altura, algunos plátanos, helechos y arbustos de toda clase, la casa ya había quedado atrás, al fin pude ver un hermoso lago en el que desembocaba una quebrada, que curiosamente venía de la casa, así que el agua que escuché en todo el camino no era de una fuente como creí al principio, sino el trayecto de la quebrada que tal vez transcurría paralela al sendero, por eso el aroma siempre fresco y húmedo. El lago parecía un lago natural, el lugar en el que yo estaba era una pequeña bahía, pues se iba abriendo a una extensión mucho mayor, tal vez un kilómetro, no lo sabía, pero era como estar frente a un pequeño mar en medio del bosque, como las ciénagas del río magdalena que abundan en la costa atlántica. Un sitio naturalmente hermoso. Así estaba absorta en mi contemplación cuando Zafiro apareció a mi lado

-¿lo disfrutas?
-oh, esto es muy bello, ¡cómo describir las sensaciones, es abrumador!
-me alegra que lo estés disfrutando, ven conmigo

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