domingo, 3 de julio de 2016

Etérea

Etérea como la bruma,
como la tenue claridad de la aurora
inasible como el aire, 
como el rocío al amanecer,
distante cual lucero,
fría como la noche, 
y sin embargo, acogedora.
Me atraes sin remedio,
pero te alejas sin dudar.
Vas y vienes inocente,
ignorando cuanto siembras en mi ser,
pues tu labor es silenciosa y delicada
oculta a tus ojos, pero evidente para mí


Te me has vuelto aire, luz y suelo
agua vital y voraz fuego;
no lo sabes, pero eres mi sustento
eres paz, sosiego, calor, consuelo,
la más dulce compañía,
el mayor de mis anhelos
y por ello mismo, la mayor de mis renuncias.

¡Vuela libre, Tú, mi más querida!
vuela alto y devora el horizonte.
Que tu luz incendie estrellas, galaxias enteras.
Que vivas feliz, y al final...
y al final me recuerdes.


3 comentarios:

  1. Oh señorita, que dulces palabras, muy sentidas en verdad. Da la sensación de ser la que se desliza entre los dedos, inmaterial, onírica incluso, pero que ahí esta... expuesta a la vista, que se conoce real aunque parezca ideal, soñada. Ojala, esa querida... correspondiese.

    Saludos, Att L

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    1. ay... gracias por tu apreciación, hay que aprovechar las letras para intentar cerrar la brecha de lo que se percibe inalcanzable

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