lunes, 19 de septiembre de 2016
sábado, 10 de septiembre de 2016
Absurdo
De esas cosas que un día lento, más la suma de pequeñas circunstancias van desencadenando un estado emotivo poco alentador... un taco a la altura del pecho que va incomodando un poco al respirar, o esa compresión en la caja torácica cada que la emoción sale a flote cuando piensas en una persona específicamente.
Y sí, hay que mirar todos y cada uno de los síntomas, sensaciones, pensamientos, emociones, sentimientos, estados de ánimo... mirarlos con lupa, con agudo ojo crítico, tomar distancia y examinarse como lo haría un médico con su paciente, sí, tal cual...
Es el método que he encontrado para hacer frente a estados emocionales que me abruman y que no deberían estar allí, puesto que el pensamiento, el sentido común, la lógica, la ética, el pensamiento racional ya ha llegado a una claridad y lucidez de argumentos irrefutables a cerca de la persona en cuestión...
Sin embargo, inexplicablemente, el lado emotivo no evoluciona con la misma rapidez o madurez, o al menos con la sincronía esperada respecto al pensamiento, es entonces cuando surje lo absurdo:
Un estancamiento emocional por algo que ya la razón aceptó desde el principio... una resistencia y rebeldía sin fundamento, ni causa, ni sentido... como si quisiera regodearse en la tristeza, la nostalgia y lo más absurdo: la "pérdida" de lo que jamás siquiera tuvo la mínima posibilidad de tenerse.
Que nadie ose mirar siquiera el sagrado recinto de mi soledad.
Y sí, hay que mirar todos y cada uno de los síntomas, sensaciones, pensamientos, emociones, sentimientos, estados de ánimo... mirarlos con lupa, con agudo ojo crítico, tomar distancia y examinarse como lo haría un médico con su paciente, sí, tal cual...
Es el método que he encontrado para hacer frente a estados emocionales que me abruman y que no deberían estar allí, puesto que el pensamiento, el sentido común, la lógica, la ética, el pensamiento racional ya ha llegado a una claridad y lucidez de argumentos irrefutables a cerca de la persona en cuestión...
Sin embargo, inexplicablemente, el lado emotivo no evoluciona con la misma rapidez o madurez, o al menos con la sincronía esperada respecto al pensamiento, es entonces cuando surje lo absurdo:
Un estancamiento emocional por algo que ya la razón aceptó desde el principio... una resistencia y rebeldía sin fundamento, ni causa, ni sentido... como si quisiera regodearse en la tristeza, la nostalgia y lo más absurdo: la "pérdida" de lo que jamás siquiera tuvo la mínima posibilidad de tenerse.
Que nadie ose mirar siquiera el sagrado recinto de mi soledad.
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