Quiero probar los besos de tu boca,
que han de saber a miel, canela y chocolate,
a brisa de mar
y noche fresca,
roja tentación que se cuela entre mis sueños,
y me embriaga
con anhelo delirante
de solo imaginar el licor de tu dulzura;
quiero probar tus labios suavemente,
cual catador experto frente a vinos exquisitos,
y degustar esa ambrosía que se guarda tan celosamente
tras las rosadas puertas de tu sonrisa.