El cielo de un azul grisáceo, el sol ya oculto tras el horizonte deja ver aún sus últimos resplandores, el silencio mudo que envuelve mis pensamientos y mi mirada que se pierde en todo y ningún punto.
lentamente sin motivo mi mente viaja por los recónditos laberintos de la memoria, intentando encontrar el momento exacto en el que comencé a perder el horizonte, sin embargo este desierto al parecer solo es una etapa más en el camino, avanza, avanza!! me dice con su voz apagada el corazón, como si al mantener la esperanza ahuyentara la fatiga y la sombra lúgubre del sin sentido, avanza a tientas, pero sigue! no te detengas... tal vez encuentres luz, o simplemente tal vez nada
martes, 19 de noviembre de 2013
Zafiro 8
El silencio nos
envolvió, acompasado por nuestras respiraciones aún agitadas, no hacían falta
las palabras cuando hablaron nuestros cuerpos, ella descansaba sobre mi pecho
desnudo y me sentí feliz, y cómo no serlo sintiendo la calidez de su cuerpo
sobre el mío, la suavidad de su piel y su embriagante aroma. Mis dedos
dibujaron sobre su espalda hasta que su respiración se fue haciendo cada vez
más profunda y entonces yo también por fin me rendí al sueño.
Mi sueño fue profundo, como hacía mucho tiempo no experimentaba, me despertó la suave luz que se filtraba por la ventana. Abrí mis ojos y recordé dónde y con quién estaba, su aroma inconfundible que llevaba respirando toda la noche, la suavidad de su piel a la que estaba entrelazada en un íntimo abrazo, ella totalmente pegada a mi espalda, sus manos en mi cintura, su aliento en mi cuello, suavemente me fui girando para quedar frente a los ojos azules que me miraban con una profunda paz y alegría, no pude evitar esbozar mi gran sonrisa, en silencio besé sus labios tiernamente y al fin dije,
-Buenos días
Afrodita
Ella sonrió y
siguiendo mi juego respondió
-buenos días
Baco
-jajajaja ¡cómo
que Baco! Has herido mis sentimientos
-¿quién estaba
ebria anoche?
-No es verdad,
no estaba ebria, solo mareada, además recuerdo perfectamente cada segundo, mi
diosa del Amor
-¿Es la nueva
teoría que tienes sobre mí?
-Tal vez
Y me acerqué
lentamente para besarla de nuevo, con infinita ternura, diciéndole en ese beso
lo que no podía con palabras, un beso que fue correspondido con intensa dulzura,
me quedé contemplándola, acariciando su piel desnuda sobre la mía y sonriendo
como tonta
-Eres hermosa
Por toda
respuesta solo sonrió, la luz suave del día me permitía contemplar plenamente
su belleza, tal vez por la noche tan intensa que vivimos su maquillaje había
desaparecido por completo, su perfecto rostro de una tonalidad azul turquesa
parecía brillar, estaba radiante, más hermosa si cabe, como una verdadera
divinidad, lo había dicho juguetonamente, pero era cierto que estaba entre los
brazos de una diosa, la misma Afrodita podría morirse de envidia ante la
hermosura de Zafiro, y esta maravillosa divinidad me había entregado sus besos,
su cuerpo, su corazón, de eso estaba completamente segura.
-no deberías
maquillarte nunca más
Ella me miró
con algo de confusión
-¿Por qué me
miras así?, tú sabes que es cierto. Ocultar tu hermosura es un crimen contra la
humanidad, quien te contemple dejará de ser ateo ipso facto.
-jajajajaja por
lo visto no se te han pasado los efectos del alcohol
Entonces me
acerqué a su rostro y susurré:
-nunca he
estado más lúcida en mi vida que en este momento, créeme cuando te digo que
eres perfecta- y la besé
Ella terminando
el beso tomó mi rostro entre sus manos y mirándome a los ojos con algo de
tristeza me dijo
-Tú lo dices
porque no experimentas lo que yo causo en el resto de los mortales. Al verme en
lo único que pensarán es en que soy el mismo lucifer, la sensación de terror en
sus mentes es tan intensa, que algunos han muerto de miedo por mi causa. Sobre
todo en mis primeros años cuando no comprendía lo que le pasaba a mi cuerpo,
llegué a asesinar a muchos con mi cerco de terror
Al decir esto último, la tristeza y el dolor en su mirada eran más que evidentes, y sus lágrimas comenzaron a brotar con abundancia. Verla llorar me descompuso totalmente, sentí la necesidad de protegerla, de hacer que cesara todo su sufrimiento
-sh… amor,
mírame
Ella abrió los
ojos sorprendida
-ahora me
encontraste, no llores más, ¿no dices que tal vez yo tenga la cura? Además
estoy segura de que quienes murieron, si tuvieron la fortuna de mirarte, solo
pensarían que eras el ángel de la muerte más hermoso que jamás se habrían
imaginado
Con esto una pequeña sonrisa se asomó a sus labios, luego su mirada se volvió pensativa
-¿cómo me
llamaste?
-Ángel de la
muerte
-no, antes de
eso
-te llamé amor.
¿Hice mal?
Ella por toda
respuesta me besó, y luego dijo
-lo que hemos
vivido en esta noche ha sido muy intenso
-Así es, es la experiencia
más maravillosa que he tenido en toda mi vida
-llevo siglos y
siglos leyendo sobre el amor y la pasión humana, y jamás imaginé que
experimentarlo sería mil veces mejor que como lo describe la más magistral obra
romántica escrita hasta el momento
-wou, eso es
muy profundo
-así lo
experimento yo. Aún no me conoces totalmente, pero me encantaría dejarte entrar
en mi mente para que pudieras comprender lo que digo
-Zafiro, sé que
parece una locura, es decir, cuánto tiempo ha pasado desde que me hablaste la
primera vez, ¿9 días?, anoche solo iba a encontrarme contigo para que mi amigo
pudiera verte en persona y poder investigar si no eras parte de la mafia o algo
por el estilo, solo sé que aceptar tu invitación a cenar y venir aquí es la
mejor decisión que he tomado. Cada minuto cerca de ti ha sido suficiente para
saber que no hay una regla que estipule el tiempo mínimo para empezar a amar,
pues yo siento que te amo, y este amor es tan real como el hecho de que
necesito respirar para seguir viva. Tú has unido los pedazos de mi corazón roto
y has hecho que vuelva a latir con mayor alegría
-Lisa, yo no sé
qué decir, no tengo punto de referencia en mi larga existencia para poder
comparar lo que me sucede en estos momentos, solo puedo decirte que es increíblemente
maravilloso. Pero, ¿por qué dices que
tenías el corazón roto?
-Hace cinco
años, conocí una mujer maravillosa a la que amé profundamente, tuvimos una
relación intensa y hermosa, pero solo duró un año. Su familia, pero sobre todo
sus principios fueron determinantes para que, a pesar del amor que nos teníamos,
ella renunciara a nuestra vida juntas… se hizo monja, y yo tuve que aprender a renunciar
a ella. Todos estos cuatro años los he pasado intentando aprender a vivir sin
ella, a encontrarle sentido a mi vida sin su amor, y había sido en vano… hasta
hoy. Tú me has devuelto la alegría y la capacidad de amar que creí haber
perdido con ella, y todo temor ha desaparecido, ahora sé que puedo amarte, no a
medias, sino con la totalidad de mi ser, ella fue mi primer gran amor, pero tú
eres mi resurrección y mi esperanza.
-Me alegra
devolverte la esperanza, porque de mí no te librarás tan fácilmente
Y dicho esto me besó tan apasionadamente, que mi cuerpo se estremeció de placer, nunca imaginé experimentar tantos orgasmos seguidos con un simple beso, pero claro está, Zafiro no es como el resto de los mortales, y estas son las ventajas de ser besada por una diosa. Para cuando zafiro culminó el beso yo estaba rendida y feliz, mi cuerpo ya estaba necesitando urgentemente una recarga energética después de una noche de placer, y para confirmarlo mi estómago rugió cual león hambriento, cosa que me avergonzó tanto que de inmediato escondí mi rostro en el cuello de Zafiro
-Uh, vaya, al parecer no solo resucité tu corazón, sino también a tu león rugiente
-ya, me haré
extirpar el estómago por hacerme pasar tantas vergüenzas
-Cariño, aquí
la que puede vivir de luz solar soy yo, tú necesitas proteínas, así que nada de
mutilaciones, ¿no me dijiste anoche que te fascinaba mi comida? Pensé que te
alegrarías de desayunar conmigo
-Claro que me encanta,
pero me da muchísima pena que mi organismo sea tan evidente
-ya, no pongas
esa carita de niña mimada, ven conmigo a la cocina y prepararemos algo
delicioso
-No. Tú lo
preparas y yo lavo los platos, no quiero arruinar el desayuno
-Como quieras
corazón, pero ven ya, si no quieres un nuevo rugido de tu amigo
Me tomó de la mano y se levantó de la cama, yo me quedé embelesada mirando su cuerpo desnudo, debían ser ya como las nueve de la mañana, pues la luz del sol entraba ya con mayor fuerza por la ventana, la piel de Zafiro brillaba como un trozo de hielo al sol, de una forma hermosamente extraña, las tonalidades de azul turquesa variaban según la incidencia de los rayos del sol, dando la apariencia como de hielo o cristal muy puro
-Si me sigues viendo de esa manera no habrá desayuno, ya cierra la boca y ven conmigo
Sentí que mi
cara ardía, entonces entendí lo que decía, ¿acaso pretendía ir a la cocina así
desnuda? Si así era, yo tampoco la dejaría preparar ningún desayuno, la quería
a ella
-¿piensas
cocinar desnuda? Así ni te molestes, porque el único desayuno que quiero es a ti,
y bueno, la cocina ofrece muchas posibilidades a la imaginación
-Ya me
mostrarás esas posibilidades cuando te haya alimentado
-¡al menos
ponte algo de ropa! No sabes lo irresistible que eres
-Ohh, dijiste
que ocultar mi hermosura era un crimen contra la humanidad
-y es verdad,
pero en este momento solo me pones a mil
-Todo es
cuestión de práctica, aprende a controlar tus impulsos, y ¡levanta tu hermoso
trasero de mi cama!!
Me llevó de la mano tras ella a la cocina, aunque yo diría que iba babeando, simplemente no podía dejar de contemplarla dejando cual caracol un hilo de baba a mi paso, si ella pretendía pasar todo el tiempo desnuda, más me valía controlar mis instintos, yo también estaba desnuda y al parecer no era ningún problema para ella.
Llegamos a la cocina y mis manos se prendaron de su cintura, hasta que su voz me volvió a la realidad
-Lisa, deja tus manos quietas, siéntate mientras preparo la comida
Tuve que obedecer contra todos mis impulsos, y me senté donde decía. La preparación de ese desayuno era el espectáculo erótico que jamás había presenciado, todo su cuerpo desbordaba sensualidad con una naturalidad arrolladora
-Zafiro, ¿cuándo vas a decirme qué eres realmente? Tu belleza y perfección infinitas no son de este mundo, y lo que me has contado hasta el momento es insuficiente
-Paciencia,
primero come y luego te contaré mi origen
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